junio 23, 2025 ¿Quienes somos?

Fidel hace 60 años: La naturaleza del trabajo de los compañeros del Ministerio del Interior se desarrolla de una manera callada, abnegada, silenciosa. (+Fotos)

Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

En el aniversario 64 de constituido oficialmente el Ministerio del Interior (MININT), Cubadebate y el Sitio Fidel Soldado de las Ideas comparten con sus lectores fragmentos del discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el IV aniversario de la fundación del Ministerio del Interior, el 16 de junio de 1965:

Compañeras y compañeros:

Es muy justo y muy legítimo que los compañeros del Ministerio del Interior celebren esta fiesta, puede decirse, del IV aniversario de su fundación.

Es la primera vez que se celebra ese aniversario. Y es a la vez una buena oportunidad para todos, para el pueblo y para todos los compañeros revolucionarios que participan en los distintos frentes de trabajo para apreciar las funciones, las tareas, el valor del trabajo que se realiza por este ministerio.

Fidel conversa con pobladores, lo acompaña el Teniente Coronel Elvin José Fontaine quien fuera miembro de su equipo de escoltas durante 50 años. Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

En la Revolución las tareas son muy diversas y todas tienen su importancia. Pero algunas son más visibles, tienen más relieve. En muchos frentes del trabajo revolucionario siempre hay su momento culminante. (…) En muchos frentes se ve el esfuerzo, se ve el resultado, se ven los frutos. Hay otros frentes de la Revolución que en cambio no resultan fáciles esos momentos culminantes y que, sin embargo, es un trabajo que se realiza día a día incesantemente, preñado de sacrificio, de heroísmo; del heroísmo ese callado de los hombres que, en el cumplimiento de su deber, bien sea un miembro de la Seguridad del Estado, bien sea un compañero que vigila el tránsito, bien sea un compañero que trabaje en el Departamento de Incendios, o compañeros que guardan el orden público, o compañeros que se infiltran en las filas de los enemigos y que tienen por tanto la amarguísima tarea de pasar por contrarrevolucionarios para servir a la Revolución (…)

(…)

(…) la naturaleza del trabajo de los compañeros del Ministerio del Interior y cómo muchas veces ese trabajo se desarrolla de una manera callada, abnegada, silenciosa. De ahí que a todos nos conmoviera el recuerdo a esos compañeros que, realizando tareas difíciles, duras, han ejercido ese heroísmo silencioso, que tiene todo el mérito que puede tener cualquier otro heroísmo, pero además ese mérito del heroísmo anónimo.

Y, desde luego que los revolucionarios luchan por una causa, no luchan los revolucionarios por un premio, ni en la vida ni un premio póstumo; ni siquiera luchan los revolucionarios por las glorias de este mundo. Martí decía que todas las glorias del mundo caben en un grano de maíz.

El hombre que cumple el deber, lo cumple así, por el alto concepto que tiene de sus obligaciones, por el gran amor que siente hacia su causa.

Fidel junto al General de brigada de la reserva José Castro Delgado jefe de la escolta. Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

Contra los hombres que realizan esta tarea y que están en la primera línea de la lucha revolucionaria, se ensañan los enemigos. El enemigo más odia a quien más lo combate, más odia a quienes más temen, más odia a quienes ve como los representantes del espíritu siempre alerta y siempre combativo de la Revolución.

Es natural que la tarea de la defensa de la Revolución contra el enemigo solapado, que la tarea de la defensa de la Revolución contra todos los esfuerzos del imperialismo promoviendo todo tipo de actividades contrarrevolucionarias, desde el sabotaje, el espionaje, hasta la organización de bandas de criminales, en una escala grande de actividades, y habiéndose tenido que defender la Revolución de esas actividades del enemigo, la atención de la opinión respecto a las actividades del ministerio se ha centrado en ese esfuerzo.

Hay que decir que esta institución, como institución revolucionaria que es, lucha contra el enemigo a través de métodos realmente revolucionarios. Es deber de la Revolución no solo descubrir y desmantelar o aniquilar las organizaciones o los actos del enemigo; es deber también prevenirlos, es deber también incluso rehabilitar muchas veces a aquellos enemigos que son rehabilitables.

(…)

No se limita la Revolución a luchar contra ese delincuente, sino que siempre que sea posible trata de rehabilitarlo; y debe decirse con justicia que el esfuerzo que nuestra Revolución ha hecho en el campo de la rehabilitación es un esfuerzo brillante y extraordinario. Debemos decir que nuestra Revolución está acumulando en ese sentido una experiencia muy interesante. Y nosotros seremos tanto más revolucionarios, no solo en cuanto sepamos combatir a ese enemigo, sino también en cuanto sepamos y seamos capaces de reeducarlos o rehabilitarlos, si ello es posible.

Fidel saluda a oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria. Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

(…)

Debe decirse que por el tipo de tareas que desempeñan los hombres y las mujeres que en este organismo de la Revolución trabajan, necesariamente deben ser hombres y mujeres de entre los mejores de nuestro pueblo; de entre los más revolucionarios y los más firmes. La firmeza, la convicción revolucionaria, es un requisito esencial en este caso. Y en realidad podemos decir que esas características abundan en un grado muy alto entre los compañeros que trabajan en este frente de la Revolución, y gracias a eso han sido muchas las victorias obtenidas contra el enemigo, han sido muchos los éxitos logrados.

Casi todas las actividades contrarrevolucionarias, prácticamente todas las organizaciones contrarrevolucionarias —y eran bastantes, porque cada tres contrarrevolucionarios se creían ya en las posibilidades de organizar una organización, cada una de las cientos de organizaciones que hay en el extranjero se creían con el derecho a tener una sucursal aquí—, en realidad prácticamente todas fueron desmanteladas.

Las organizaciones de espionaje de la Agencia Central de Inteligencia han recibido muchos y muy duros golpes.

Los planes de la contrarrevolución, los planes subversivos y de sabotaje, los planes de introducción de armamentos y explosivos por nuestras costas, han recibido muchos y muy duros golpes. Miles de armas y cantidades de artefactos terroristas de todo tipo han sido ocupados a lo largo de estos años. Armas que de nada les han servido, explosivos que de muy poco les han servido, como no sea para enriquecer los arsenales de la Revolución.

Debe tenerse presente que los imperialistas tienen industrias enteras dedicadas a preparar medios de sabotaje y de terrorismo, medios de comunicación muy especializados, medios para que faciliten el trabajo de los terroristas; cantidades de armas con silenciadores, cantidades de plantas de tiro rápido de largo alcance, cantidades de instrumentos, armas y equipos de todo tipo de esa industria muy especializada que tienen en Estados Unidos para estas actividades que ellos realizan en todo el mundo.

Muchas veces se publican y muchas veces las circunstancias aconsejan no publicarlas para seguir agarrándolas. Es por eso. Incluso muchas veces, si hay un buen número de depósitos ocupados, preferible es que estén contando con esos depósitos, a que sepan que no los tienen, las posibilidades que tienen de "embarcarse" en ese caso son mucho mayores, y el desconcierto es también mucho mayor.

Fidel junto a oficiales del MININT. Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

En otras oportunidades hemos señalado cómo todos esos planes del enemigo han sido contrarrestados y han fracasado de una manera rotunda.

Es posible que esos señores tan acostumbrados a hacer lo que les da la gana en todo el mundo y a llevar a cabo exitosamente muchos de esos crímenes, se admiren y les cueste mucho trabajo comprender cómo es posible que todas sus técnicas, todas sus técnicas de subversión, de contrarrevolución, de terrorismo, de espionaje, de sabotaje han fracasado a lo largo de todos estos años.

Sus intentos de organizar bandas de contrarrevolucionarios han fracasado de manera vergonzosa, los intentos persistentes que han realizado durante estos años, los esfuerzos que han hecho en casi todas las provincias y en algunas especialmente como la provincia de Las Villas; los esfuerzos que hicieron por organizar esas bandas en el Escambray y donde un trabajo muy coordinado del Ministerio del Interior con las fuerzas armadas dio lugar a la erradicación paulatina de esas bandas, de manera que prácticamente deben estar a estas horas convencidos de lo inútil de ese empeño.

Bandas que asesinaban lo mismo a un trabajador, que a un brigadista alfabetizador, que a un maestro; que cometían crímenes como aquellos que llenaron de indignación a la nación entera. Todos aquellos elementos criminales prácticamente no hubo uno, no hubo uno de los que cometiera ninguno de aquellos crímenes que escapara, no hubo uno solo que no pagara como debía pagar aquellos crímenes, ninguno escapó. Y algún día se podrá escribir ampliamente de la forma inteligente, tenaz, con que fueron puestos fuera de combate por los compañeros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior.

Cuando llegue la hora de escribir esas historias. Ahora es hora de hacer la historia, no de escribirla, después habrá que seguir haciendo historia en el futuro, y escribiendo las historias pasadas. Y estoy seguro de que habrá algunos capítulos en realidad muy interesantes de esa lucha callada, silenciosa, entre la Revolución y sus enemigos, y que el resultado es obvio.

Soñaban con que iban a poder quemar todas las cañas, a paralizar el transporte, a paralizar los centrales azucareros, a sabotear las refinerías, a sabotear las industrias principales. Y los resultados están ahí. Algunos de sus crímenes tuvieron éxito, algunos actos de sabotaje lograron realizar, pero posiblemente no llegaron a concretar ni el uno por mil, ¡ni el uno por mil! de lo que planeaban, a pesar de todo el dinero que tenían, de todos los recursos y de todos los medios que el imperialismo les facilitaba para ello. Han fracasado y ya se puede hacer el recuento, después de seis años y medio de Revolución, en qué forma han fracasado ellos y en qué forma hemos avanzado nosotros.

(…)

No pudieron vencernos en los difíciles días de los primeros tiempos, ¿cómo podrán hacerlo ahora? Podemos decir con satisfacción que todos los inventos del imperialismo se han estrellado contra nuestro país, contra nuestro pequeño país, contra nuestra gran Revolución. Porque el caso de la Revolución Cubana, es el caso de una revolución grande en un país pequeño. ¿Qué ha hecho grande a la Revolución?, su contrario, entre otras cosas. El hecho de tener un enemigo poderoso frente a nosotros, que nos ha hostigado, nos ha hecho más fuertes. Y ha hecho más grande la repercusión y la trascendencia de nuestra Revolución.

(…)

Hay que decir que debe destacarse la incorporación de la mujer a estas actividades, la incorporación de la mujer a este importante frente de la Revolución, que sirve una vez más para demostrar su valor social. Ya veíamos entre los uniformes aquí, los uniformes de las compañeras de tránsito. Ahora las multas pues ya no las pondrá un policía; ahora tendrán que ser los multados todavía más caballerosos, y posiblemente se encuentren con gente más disciplinada todavía; van a ser más exigentes, porque cuando estén allí cumpliendo con su deber van a pensar en sus hijos y van a pensar que hay que ser inflexibles en el cumplimiento de sus deberes.

Y eso era otra cosa que se notaba aquí hoy, y se nota aquí en este acto, y una razón más para sentirnos todos muy satisfechos del trabajo que se ha hecho y del desarrollo de esta institución de la Revolución.

Les deseamos a los compañeros muchos éxitos y que se mantenga ese ritmo de trabajo, ese impulso.

(…) en este frente, sin discusión, deben trabajar hombres y mujeres de gran calidad, hombres y mujeres de gran convicción revolucionaria, hombres y mujeres que merezcan la confianza plena del pueblo, hombres y mujeres que sepan comprender el honor del lugar que ocupan en la Revolución, de la función que desarrollan en la Revolución; hombres y mujeres que comprendan toda la importancia de su trabajo, el mérito de su trabajo y la dignidad de su trabajo.

Muchas felicidades a todos ustedes, compañeros y compañeras.

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)


Tomado de Cubadebate

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