mayo 13, 2025 ¿Quienes somos?

La población, el recurso más importante con que cuenta el país

Laura Prada: Bienvenidas, bienvenidos. Esto es Cuadrando la Caja, un espacio para debatir desde el socialismo sobre los temas económicos que más preocupan y ocupan a nuestro país.

Soy Laura Prada y hoy estaremos hablando sobre demografía y economía. ¿Es la demografía una herramienta necesaria para implementar el desarrollo económico? ¿Por qué es una prioridad de gobierno para Cuba? ¿Qué desafíos presentan hoy los indicadores demográficos para nuestro país?

Sobre esto y más estaremos aprendiendo en este programa, y para ello nos acompañan en el estudio el doctor en ciencias Antonio Aja Díaz, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana. ¡Bienvenido!

Dr. C. Antonio Aja Díaz: Muchas gracias por la invitación.

Laura Prada: También nos acompaña en el estudio nuevamente el máster en ciencias Juan Carlos Alfonso Fraga, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). ¡Bienvenido!

Sc. Juan Carlos Alfonso Fraga: Gracias.

Laura Prada: Hecha la presentación, iniciamos nuestro programa. Comenzamos preguntando: ¿Qué relación guarda la demografía con la economía?

Sc. Juan Carlos Alfonso Fraga: A ver, de una manera muy concreta, es una relación que yo diría estratégica y fundamental para cualquier país. Más aún para Cuba, un país de economía socialista centralmente planificada, donde la población, que se entiende como demografía, es el recurso más importante con que cuenta el país. La manera de desarrollarse es precisamente a través de la economía; por lo tanto, no puede existir una sin la otra. En ese sentido, hay una definición que ayuda a comprender esto mejor: “La población es objeto y sujeto del desarrollo”. Es decir, trabajamos por y para nosotros, y el desarrollo en general de la sociedad, la economía y demás, se logra y se perpetúa a través de la economía. Por eso reitero que existe una relación estratégica entre demografía y economía. Conceptualmente, se puede hablar de población y desarrollo, es decir, de la interrelación entre ambos, y en este sentido está claro en demografía y economía.

Laura Prada: ¿Qué relación guardan, profesor?

Dr. C. Antonio Aja Díaz: Yo me referiría a lo que señalaba Juan Carlos sobre la relación entre población y desarrollo, que es un elemento clave para comprender la necesidad del desarrollo económico y social. Este desarrollo está en función de la población de un país, ya sea en un sistema capitalista conocido o en un sistema socialista como el que estamos construyendo. En cualquier variante, esta relación existe, aunque con diferencias, por supuesto, de acuerdo a los sistemas. Es fundamental, en primer lugar, para orientar el desarrollo económico y social de un país, considerar las características de la población: su composición, estructura, dinámica, y elementos relacionados con la fecundidad, la salud sexual y reproductiva, la mortalidad, la morbilidad y la movilidad espacial. Esto incluye si es un país con población netamente inmigrante, emigrante o ambos, que es lo que más ocurre en la actualidad. Todos estos son elementos clave para diseñar una estrategia de desarrollo económico y social.

Laura Prada: ¿Es eso lo que estudia la demografía?

Dr. C. Antonio Aja Díaz: La demografía estudia la población. Es una ciencia que inicialmente surgió ligada a la economía y al análisis estadístico, pero ha evolucionado, a través de la relación población-desarrollo, convirtiéndose en una ciencia social. Tiene elementos objetivos, pero también subjetivos; por eso diferentes áreas del conocimiento se interesan en la demografía. La demografía es estudiada, por supuesto, por estadísticos y matemáticos, pero también por psicólogos, sociólogos, politólogos, historiadores y médicos. La geografía, además, tiene un peso muy importante en los estudios demográficos. Esta complejidad y el conjunto de disciplinas aportan a la visión demográfica del asunto, sin perder de vista su núcleo fuerte: el análisis demográfico.

Laura Prada: Todo eso se expresa en los informes de la ONEI. ¿Por qué es importante acudir a instituciones como la Oficina Nacional de Estadísticas e Información para conocer esos datos?

Sc. Juan Carlos Alfonso Fraga: Todo esto debe estar respaldado por datos y cifras. Para obtener esos datos, necesitas un sistema, como el que existe en Cuba, en la Oficina Nacional de Estadística e Información. Dentro de esta oficina, hay un centro de investigaciones que se encarga de las estadísticas continuas, así como de los censos y encuestas, incluyendo el censo de población y el sistema de encuestas de hogares. Estos procesos deben contar con rigor y fuentes certificadas. En el caso de Cuba, hay una ventaja indiscutible: el sistema está diseñado en función de la organización social del país. Por ejemplo, todos los niños y niñas nacen en hospitales, donde se recogen esos datos a través de formularios estadísticos, lo que garantiza un proceso avalado. Además, Cuba es el único país en América Latina y el Caribe que tiene un sistema para medir las migraciones internas junto con las externas. Esto incluye variables demográficas sobre cómo nacen, fallecen y migran las personas, tanto hacia y desde el país como dentro de una provincia o municipio. Todo esto conforma un sistema muy sólido, a cargo de la Oficina Nacional de Estadística e Información, que es el sistema oficial de estadísticas demográficas y de otras estadísticas económicas y ambientales.

Laura Prada: ¿Hay alguna otra entidad autorizada a ofrecer esos datos en Cuba, además de ustedes? ¿O solo ustedes tienen los datos verídicos y oficiales?

Sc. Juan Carlos Alfonso Fraga: Los datos oficiales en Cuba, como en todo el mundo, son proporcionados por la oficina estadística oficial del país. No existe una oficina estadística privada en el mundo. Obviamente, hay estimaciones y estudios a lo largo de la historia, no solo en la actualidad. En el siglo XIX, muchas personas estudiaron la población de Cuba. Pero, en respuesta a tu pregunta, hay una oficina que es reconocida como la estadística oficial del país. Esto es validado por los sistemas de las Naciones Unidas, tanto a nivel de la propia ONU como por instituciones regionales, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que considera y reconoce las cifras oficiales que Cuba emite.

Dr. C. Antonio Aja Díaz: Es importante señalar este último elemento que Juan Carlos explica. No se trata simplemente de que las cifras sean oficiales porque las define el gobierno. Ningún país que se respete toma en cuenta cifras que no sean las oficiales. Por eso, las oficinas de estadística, como la nuestra, que es de información y estadística, pertenecen a los gobiernos. Esta información es oficial. Si revisamos los principales países desarrollados del mundo, ya sea en Europa, América del Norte o Asia, todas esas oficinas son gubernamentales. Esto no impide que existan centros de investigación demográfica que analicen los datos y realicen pronósticos. La demografía trabaja con proyecciones de población, y pueden existir pronósticos, pero la información oficial, reconocida internacionalmente, es la que ofrecen los países a partir de estas características.

Laura Prada: Ya usted mencionaba cuántas disciplinas intervienen en la recopilación de esos datos, pero ¿cómo llegan ustedes a reflejarlos estadísticamente?

Sc. Juan Carlos Alfonso Fraga: Hay todo un sistema diseñado para esto. En el caso de Cuba, tenemos fuentes muy importantes y tradicionales, como los registros civiles, que llevan más de un siglo funcionando en el país y tienen una base legal. La estadística demográfica se basa en la inscripción de nacimientos y defunciones, lo que garantiza que cada persona tenga una identidad desde el punto de vista físico y legal. También se registran estadísticas de matrimonio y divorcio, así como de migraciones. En Cuba, contamos con un sistema de carné de identidad y registro de población que permite medir las migraciones internas, lo cual es una ventaja del sistema estadístico cubano. Este sistema emite información sobre migraciones internas y externas con rigor, al igual que los datos de nacimientos y defunciones. Por ejemplo, en Cuba, nadie puede ser enterrado sin haber obtenido un certificado de defunción. Hay un sistema que interrelaciona el carné de identidad y otros documentos, lo que le da solidez y robustez al sistema estadístico cubano.

Laura Prada: Hace unos meses, se creó un gran alboroto mediático por la noticia de que se había reducido la población cubana. ¿Cuál es la situación demográfica de Cuba hoy? ¿Está divorciada de la del mundo? Por favor, Aja

Dr. C. Antonio Aja Díaz: Me gustaría que Juan Carlos empezara.

Sc. Juan Carlos Alfonso Fraga: En estos momentos, para dar una cifra redonda, Cuba tiene 9,8 millones de habitantes. Esto indica un descenso poblacional que se ha reflejado en la prensa y en una serie de estudios e investigaciones, así como en anuarios estadísticos que realizamos. Este descenso en los últimos cinco años ha sido de 1,4 millones, motivado por dos razones fundamentales: los movimientos migratorios hacia el exterior, en un contexto de incitación a la emigración, y una importante contracción del número de nacimientos. Para que tengas una idea, hay una medida que indica que un matrimonio debe dejar dos hijos para sustituirse. Desde hace 47 años, Cuba está por debajo del reemplazo, lo que indica un nivel de fecundidad muy bajo, a pesar de las medidas y derechos para ejercer la maternidad y la paternidad, así como de las posibilidades educativas de nuestra población. La población está decreciendo, envejeciendo, urbanizándose y concentrándose. Estas son características de la población cubana, con diferencias por municipio y provincia.

Laura Prada: Le voy a interrumpir un segundo, vamos a hacer una pausa, y regresamos para continuar hablando sobre el tema del decrecimiento poblacional y cómo trabajar en el desarrollo económico del país. ¡Ya volvemos!

Spot sobre Pinar del Río hablando del tema del envejecimiento.

Laura Prada: Regresamos y continuamos ampliando sobre el tema del decrecimiento poblacional en Cuba y cuáles son los retos para implementar un desarrollo económico en nuestro país. Profesor, ¿usted quería aportar a la idea?

Dr. C. Antonio Aja Díaz: Sí, porque tú mencionabas algo que tiene que ver mucho con las redes sociales en los momentos que vivimos hoy: el supuesto revuelo de que Cuba ha decrecido. Es cierto, pero es una verdad que se ha manifestado desde años anteriores, prácticamente desde el siglo pasado. Lo que sucede es que, en nuestro caso y en general con los temas demográficos, a menudo carecemos del conocimiento necesario sobre la utilización de las estadísticas que se publican. Si se revisaran los anuarios demográficos y estadísticos, se vería cómo la población cubana ha ido decreciendo. No es un problema que comenzó el año pasado, ni el anterior, ni con la COVID. Como Juan Carlos señalaba, estamos por debajo del nivel de reemplazo desde 1978. Es un proceso que ha sido advertido por la ciencia demográfica desde tan temprano como 1972-74. Las proyecciones de población que realizamos ya indicaban que estaría ocurriendo un proceso de declinación de la población total, una disminución de la fecundidad, un aumento de la mortalidad, y que la migración jugaría un papel importante.

Todo esto ha cobrado relevancia ahora, sobre todo con la publicación más reciente que indica que somos 9,8 millones de habitantes. Este proceso se ha acumulado y tiene que ver con dos elementos fundamentales. Juan Carlos mencionó uno relacionado con el comportamiento reproductivo, es decir, los bajos nacimientos. A menudo se piensa que los bajos nacimientos son consecuencia de un desarrollo económico-social, pero, en realidad, la mujer tiende a tener menos hijos a medida que se desarrolla. El único lugar donde se observa un crecimiento en el número de nacimientos, que se acerca o está por encima del nivel de reemplazo, es en países con menos desarrollo económico y social, lo que no es particularmente el caso de Cuba. Si revisamos el comportamiento de la fecundidad en el mundo, los principales países desarrollados tienen una baja fecundidad y están por debajo del nivel de reemplazo.

Cuba, aunque no es un país económicamente desarrollado, ha logrado avances significativos desde el punto de vista social y tiene elementos importantes de empoderamiento de la mujer. Aunque hoy enfrentamos una situación más compleja, las décadas de los años 60, 70 y 80 tuvieron una incidencia notable en ese comportamiento reproductivo, lo que se refleja en la actualidad. Es importante reconocer que Cuba exhibe comportamientos demográficos que se asemejan a los de los países altamente desarrollados, sin tener una economía desarrollada. Esto es un tema que se discute mucho en este programa, pero lamentablemente no se habla lo suficiente sobre la población.

Laura Prada: ¿Y qué papel juega la población en la implementación de estas políticas de desarrollo económico, teniendo en cuenta los datos demográficos actuales?

Dr. C. Antonio Aja Díaz: El tema de la demografía es crucial. Todos los eventos demográficos tienen variaciones en su comportamiento. Los resultados de las políticas que se apliquen suelen ser a mediano y largo plazo; no hay una reacción inmediata. Por ejemplo, puedes implementar políticas para aumentar el número de nacimientos a partir del cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, pero eso no garantiza un aumento inmediato en los nacimientos. Invertir en la calidad de vida de las familias, en vivienda y en desarrollo económico-social, no resultará en un aumento inmediato de nacimientos. Esta realidad está bien documentada en la historia del comportamiento demográfico.

Sc. Juan Carlos Alfonso Fraga: Este comportamiento es muy relevante para la economía cubana en el contexto del decrecimiento poblacional. Desde hace años, mueren más personas de las que nacen, y esto presenta diferencias según el territorio, provincias y municipios. Por ejemplo, la región oriental es más joven. Pero hay algo importante que considerar: ¿cómo impacta esto en la fuerza laboral del país? ¿Va a decrecer la población en edad laboral? ¿Cómo se incrementa el envejecimiento poblacional? Este último es, en cierto modo, un triunfo; siempre digo que el envejecimiento poblacional, desde el punto de vista estadístico, es el triunfo de la vida sobre la muerte, ya que hay más personas mayores porque viven más. Actualmente, más del 25% de la población cubana tiene 60 años o más. En municipios como Plaza, esa cifra supera el 35%. Todos estos son factores que deben considerarse al relacionar la demografía con la actividad económica.

No es lo mismo un lugar donde hay más población en edad laboral que otro donde hay menos población de este tipo o donde está envejecida. Esto refleja la interrelación entre demografía y economía; sin una, no puede existir la otra, y ambas son necesarias para el desarrollo del país. Lo único que crece en Cuba, y esto es muy importante, es la población de 60 años y más. Estamos asistiendo a un descenso en las poblaciones de edades escolares, laborales, militares y reproductivas. ¿Por qué? Porque, además de que la población desciende, también se envejece. Todo esto debe tomarse en consideración, y hay que buscar un proceso que convierta esas brechas y desafíos en oportunidades. La sociedad cubana, con su organización, puede ayudar en este sentido, y es algo que debemos encontrar en nuestro propio camino. Hay políticas que abordan esta situación.

Laura Prada: A eso me iba a referir. ¿Han sido efectivas las políticas que se han dictado? ¿Por qué se ha convertido en una prioridad de gobierno?

Dr. C. Antonio Aja Díaz: Bueno, antes que nada, una precisión. Hablamos del envejecimiento de la población, y es importante entender que el envejecimiento demográfico se refiere a la estructura por edades de la población. Como dice Juan Carlos, lo único que aumenta en Cuba es la población de 60 años y más. Esta estructura es definitoria para la relación entre economía y demografía, y es crucial para el desarrollo económico. A medida que aumenta el envejecimiento demográfico, se restringe la población económicamente activa y productiva, así como la cantidad de mujeres en edad de tener hijos. Esto representa un desafío económico y social para la vida en general.

Es importante destacar que Cuba también tiene una alta expectativa de vida, lo cual es un gran logro social. Sin embargo, esto genera la necesidad de trabajar en la estructura por edad de la población. Aquí entra la importancia de los nacimientos y de la migración, no solo la migración hacia el exterior, sino también la que ocurre de un municipio a otro y de una provincia a otra, así como las pérdidas que esto implica.

Laura Prada: Entonces, ¿por qué se ha convertido en una prioridad de gobierno aplicar políticas demográficas efectivas que ayuden a promover ese desarrollo?

Sc. Juan Carlos Alfonso Fraga: Porque debemos cuidar a nuestra población actual y hacerla más efectiva. Cuando tenemos menos población, necesitamos ofrecer más educación y cuidado. Debemos reciclar a las personas educacionalmente, en el mejor sentido de la palabra, para que produzcan más y tengan mayor consistencia y sostenibilidad en su quehacer diario. Esto es fundamental y se establece como política. Hay una política demográfica que atiende el jefe del gobierno de Cuba, y tiene una serie de principios y objetivos relacionados con el envejecimiento, la fecundidad, la migración y la fuerza de trabajo.

Te daré un ejemplo: actualmente tenemos alrededor de 100,000 jubilados recontratados. Estas son personas que gozan de buena salud, tienen disciplina laboral y calificación, y aportan al desarrollo de la sociedad. Además, se ayudan económicamente en un momento como este. Esas son las cosas que debemos considerar para contribuir al desarrollo del país.

Laura Prada: Tenemos que hacer una pausa para escuchar a nuestro Gurú de Jatibónico.

Gurú de Jatibonico:

Trabajo y demografía,

vaya reto esta semana,

cuando el país se desgana

por la global geografía.

A la ya ardua porfía

de aumentar natalidad,

se une otra realidad,

y es la alta emigración.

Nos será en la producción

un gran reto, la verdad.

Laura Prada: Escuchábamos a nuestro Gurú de Jatibónico y retomamos algo muy relacionado con lo que veíamos en el segmento anterior sobre las políticas. Aja…

Dr. C. Antonio Aja Díaz: Sí, siguiendo al gurú, él menciona el tema de la natalidad y la migración, y ya hemos estado hablando de la natalidad. Este ajuste de la población que Juan Carlos ha estado explicando se relaciona con la modificación del cálculo del saldo migratorio en Cuba, para reflejar la realidad de un país que es, desde sus inicios, un país de emigración. Este fenómeno no comenzó en 1959, sino en la década de 1930, pero ha tenido elementos muy puntuales y característicos en los últimos 40 años, y particularmente en los últimos 10. Esto ha llevado a un ajuste en la población real, basado en la residencia efectiva que podemos contabilizar en el país.

Dicho esto, Cuba tiene una política de población que se orienta a atender la dinámica demográfica. Como señalaba Juan Carlos, esta política está coordinada y dirigida por el primer ministro de la República. Hay una comisión gubernamental que la gestiona, varias subcomisiones de trabajo y cuatro objetivos fundamentales que no son nuevos, sino que son parte de un proceso de aproximación a las políticas poblacionales en Cuba. Estos objetivos son:

Estimular la fecundidad: Esto debe hacerse sobre la base del cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer. No se trata solo de abordar el embarazo en niñas y en edades muy tempranas, un problema que ha sido visibilizado y se está combatiendo. La idea es aumentar el número de nacimientos, considerando la estructura por edades que mencionaba.

Atender las necesidades de la población de 60 años y más: Esto incluye fomentar la participación de los adultos mayores en las tareas económicas, políticas y sociales. Es fundamental promover un envejecimiento activo y productivo, rompiendo con la idea de que el envejecimiento es sinónimo de enfermedad. Cada persona envejece de manera diferente, y esto debe tenerse en cuenta al abordar esta problemática. En Cuba, la situación es más compleja debido a la cantidad de adultos mayores que viven solos, lo que representa un desafío.

Estimular el empleo de las personas aptas para trabajar: En una economía y sociedad como la nuestra, con un alto nivel de envejecimiento, es necesario conciliar los saberes de diferentes generaciones. Esto ha llevado a modificar la política de jubilación, sin cerrar el paso a la juventud, sino buscando una conciliación entre generaciones en la vida y, en particular, en el ámbito laboral.

Atender las causas de la migración interna y externa: Esto busca reducir los flujos migratorios y mitigar el despoblamiento de municipios y zonas rurales. Debemos reconocer que hay áreas con población envejecida y segmentos completos donde no hay población. También es importante trazar políticas que faciliten la participación de los cubanos residentes en el exterior.

Este último punto es relevante debido a la conceptualización del tema migratorio cubano y su politización, especialmente en relación con Estados Unidos, el principal país receptor de migrantes cubanos. Cuba se está moviendo hacia una política de retorno y circularidad, analizando el tema migratorio en sus múltiples aristas y buscando evitar que se convierta en un elemento disfuncional.

Estos son los cuatro objetivos de la política, que se desarrollan a través de siete subcomisiones de trabajo que abordan áreas como la familia, la vivienda, la salud sexual y reproductiva, así como temas de mortalidad y morbilidad, la migración y la aplicación de la ciencia, la técnica y la innovación en la vida cotidiana, especialmente en relación con la población adulta mayor.

Sc. Juan Carlos Alfonso Fraga: Para hacer todo eso, necesitas una base informativa muy sólida, es decir, estudios, investigaciones, estadísticas y censos. Si no se conoce y no se socializa la información para la toma de decisiones, eso es fundamental. Cuba cuenta con esto y se reconoce, además, a nivel internacional. Como mencionaba Aja, toda esa política debe analizarse en los contextos específicos de cada provincia y municipio; no son iguales, hay diferencias significativas.

Por ejemplo, el municipio Yateras en Guantánamo tiene entre un 16% y un 17% de población de 60 años y más, mientras que en otras áreas esa cifra supera el 35% o 36%, es decir, se duplica. Por lo tanto, las consideraciones sobre inversiones, atención en salud y desarrollo escolar—en definitiva, todo lo relacionado con la economía—deben tener en cuenta las características, estructuras y composición de la población.

Hay territorios en Cuba donde históricamente ha habido más hombres que mujeres, o viceversa. En las zonas rurales del país reside aproximadamente el 25% de la población cubana, lo que es fundamental para un país con una base agropecuaria que necesita asegurar la alimentación. Esto requiere niveles de atención adecuados que se están desarrollando nuevamente para fijar la población en esas áreas.

En estos momentos, las zonas rurales de Cuba presentan una característica general: hay un incremento de hombres mayores que permanecen solos debido a la migración, lo que masculiniza y envejece esa población. Por lo tanto, hay que considerar estos factores para desarrollar la economía y garantizar la fuerza de trabajo necesaria para la producción agropecuaria y las pequeñas industrias. Esto se puede aplicar a todos los sectores, incluida la biotecnología, donde se requiere una población más joven, capacitada y dedicada. Esto es parte de lo que estamos discutiendo sobre demografía y economía.

Laura Prada: Ahora, ¿es responsabilidad solo del gobierno o también se pueden movilizar otras fuerzas?

Dr. C. Antonio Aja Díaz: No, lo primero es que esta es una política pública que debe ser conocida, dominada y actuada por toda la sociedad. Ese es el primer elemento; de lo contrario, el efecto que pueda tener a mediano y largo plazo, como explicaba, será muy limitado. Así que es responsabilidad del gobierno porque es una política gubernamental, pero también es responsabilidad del resto de los actores sociales, de la sociedad civil en su conjunto y de la población en general.

No tenemos tiempo para entrar en detalles, pero hay disfuncionalidades presentes en la Cuba de hoy que están relacionadas con elementos de vulnerabilidad y pobreza, entre otros. Si no se atienden de manera integral y no se visibilizan adecuadamente en los territorios, es decir, si esta política no se define en las provincias, municipios y asentamientos, no tendrá el nivel de sensibilidad necesario.

La situación demográfica de Cuba es muy similar a la de Japón, Francia, Inglaterra, Estados Unidos y Canadá, así como a la de Chile, Uruguay y Argentina, que están por debajo del nivel de reemplazo. Por tanto, no es un problema excepcional de Cuba; lo excepcional de Cuba radica en su situación económica y en el enfrentamiento político que enfrenta, lo cual tiene un efecto muy concreto. En este contexto, ¿cómo se diseñan las políticas? Muchas veces, lo que no se puede hacer debido a restricciones económicas puede avanzar, aunque sea de manera limitada, gracias a la sensibilidad de los actores sociales, políticos y científicos. En esa medida, sí se puede lograr mucho.

Quizás no se puede avanzar considerablemente en las condiciones de un hogar de ancianos que no serán comparables con las de otros países, pero sí se puede mejorar la atención y la sensibilidad hacia esa realidad, y de eso se trata en gran medida esta política aprobada.

Sc. Juan Carlos Alfonso Fraga: Además, es importante mencionar que esta política está vinculada a otras políticas que el país también aplica. Existen políticas para la niñez, la adolescencia y la juventud, lo cual es fundamental. También hay políticas contra la discriminación racial y en defensa de la mujer, así como contra la violencia hacia ella. Todo esto forma un conjunto que, de alguna manera, establece un marco general en la política demográfica. Aquí es donde nacemos, fallecemos, migramos y donde nos unimos o desunimos.

Todo esto debe verse en ese contexto, y por eso hablábamos de la relación entre la superestructura y la vida cotidiana en la demografía y la economía. Es fundamental la capacidad de decisión que hemos otorgado a los integrantes de nuestra sociedad para definir el número y el espaciamiento de su descendencia. Esto es muy importante. Los derechos legales y los recursos son derechos adquiridos que a veces se olvidan; están ahí y se deben preservar. A pesar de los problemas que aún persisten, Cuba sigue siendo un país con alta esperanza de vida, de 78 años. La tasa de mortalidad infantil ha llegado a ser de siete, y aspiramos a que vuelva a niveles de cuatro. Todo esto se relaciona con la economía, la salud y la educación. Cuanto más joven y saludable sea la población, mayor será el capital humano que se crea. Cuba se ha distinguido por su capital humano y ha ayudado incluso a otros países del mundo. Ahora hay una gran campaña en contra de los médicos cubanos, lo cual también forma parte de la demografía, la economía y las políticas.

Dr. C. Antonio Aja Díaz: Y, si me permite, ya casi estamos terminando. El tema de las estrategias de desarrollo económico y social juega un papel fundamental. Estas deben basarse, en primer lugar, en el conocimiento de las características de la población que se tiene en el país, en las provincias, en los municipios y en los asentamientos. Cuando se ignoran estas características, y muchas veces lo hacemos, la estrategia no responde a las necesidades básicas de la relación población-desarrollo.

Laura Prada: Ahora les pregunto: ¿Tiene Cuba la capacidad para diseñar políticas sociales que lleguen a cada uno de los miembros de la población cubana?

Sc. Juan Carlos Alfonso Fraga: Yo creo que sí, absolutamente. Lo que necesitamos es encontrar nuestro propio camino en el contexto económico difícil que enfrenta el país, y hemos tenido experiencias en ese sentido. Lo que está sucediendo demográficamente en Cuba no es ajeno a otras realidades del mundo; lo que es particular de Cuba es la situación de asfixia económica, entre otros factores. Debemos buscar nuestros propios caminos, y eso es lo que establecen todas estas políticas y la nueva legislación, como la Constitución y un código de familias muy avanzado. Todo esto debe verse como parte del desarrollo de esas políticas.

Para concluir, la política de niñez, adolescencia y juventud es estratégica para el país. Preservar y desarrollar a estas generaciones, dándoles sus derechos y deberes, es fundamental. Esto es parte de cómo iniciamos nuestra discusión y concluyo reafirmando que estamos ante un tema estratégico de demografía y economía.

Laura Prada: ¿Por qué hablar de demografía también implica cuadrar la caja de la economía cubana?

Dr. C. Antonio Aja Díaz: Porque sin población no podremos cuadrar la caja de la economía cubana. La población, como decía Juan Carlos al inicio, es el sujeto y el objeto del desarrollo. Las características de la población y la calidad de vida que tenga son cruciales. La forma en que invirtamos en los jóvenes, que cada vez serán menos en esta estructura demográfica, decidirá el futuro. Esto debe tenerse presente a la hora de aprobar inversiones, al discutir la producción de alimentos, al planificar la construcción de infraestructuras y la electrificación del país. Cada uno de estos elementos debe considerar la población con la que contamos y sus características.

Laura Prada: Les agradezco a ambos. Hasta aquí llegamos en este programa de hoy. Recuerde que aquí indagamos en los problemas y proponemos soluciones para transformar nuestra realidad y acercarnos a lograr cuadrar la caja de la economía cubana. Hasta la próxima.

Tomado de Cubadebate


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