Patriótica posición del pueblo cubano ante el objetivo yanqui de apoderarse de Isla de Pinos. Los pineros se suman a la lucha.

La crisis económica de los años ´20 del pasado siglo, demostró las consecuencias de la dependencia económica del mercado norteamericano.
Esto se evidenciaba como la causa de todos los males de la República y contribuyó a la definición del sentimiento antimperialista en los sectores obrero, estudiantil e intelectual. Se genera el despertar de la conciencia nacional.
El auge del movimiento obrero y estudiantil de estos años inquietó al gobierno de Alfredo Zayas y a los inversionistas yanquis: unos y otros comprendieron la necesidad de hacer concesiones con el fin de mediatizar las demandas populares y evitar el caos social.
En 1922, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano emitió un voto favorable a la ratificación de la Enmienda Platt y al año siguiente es nombrado embajador de Cuba en Washington el Coronel del Ejército Libertador, Cosme de la Torriente, quien desempeñaría un papel destacado en dicho proceso por la parte cubana.
Durante 1924 y 1925 se desarrolló una aguda lucha política alrededor de esta cuestión.
Los colonos estadounidenses, residentes en Isla de Pinos, crearon un clima de fricciones con repetidos actos de desacato a las autoridades locales, y por otra parte las fuerzas enemigas del Tratado en Estados Unidos ejercieron fuertes presiones sobre los senadores.

Los pineros no quedaron cruzados de brazo.
Mientras esto ocurría, un grupo de patriotas pineros encabezaban la lucha por la ratificación, apoyados por notables compatriotas.
El 22 de noviembre de 1923 se creó la Columna de Defensa Nacional de Isla de Pinos, en el hotel La Favorita, en Nueva Gerona, presidida por Enrique Bayo Soto y formando parte de su dirección se encontraban Ramón Llorca Soto, Alcalde Municipal, Antonio Vignier, Juez Municipal, Sergio Montané, contador de la Zona Fiscal y representantes de diversas asociaciones pineras de la época.
A principios de 1924 se creó el Comité Patriótico Pro - Isla de Pinos presidido por el Dr. Osvaldo Valdés de la Paz, periodista y pedagogo, presidente de la Junta de Educación de La Habana.
Este Comité agrupaba a diversas organizaciones partidarias de la ratificación, como era la de los Emigrados Revolucionarios, la Asociación de Maestros, la Columna de Defensa Nacional, los Veteranos, el Club Atenas, la Sociedad Unión Fraternal, la Asociación de Graduados de la Escuela de Pedagogos, la Gran Logia de la Isla de Cuba y otras instituciones, cuyos dirigentes ofrecían conferencias sobre la cubanía de Isla de Pinos y a la vez gestionaban ante el gobierno mejoras para la población pinera.
Entre los aspectos más significativos de esta misión se destaca el hecho de El Comité con apoyo del periódico El Heraldo, realizó la Misión Patriótica, consistente en un recorrido por todo el país para recabar apoyo a la causa pinera.

En esta labor participaron, además del Dr. Valdés de la Paz, el general mambí Enrique Loynaz del Castillo, el catedrático de la Universidad de la Habana Evelio Rodríguez Lendian, Ramón Llorca Soto, alcalde pinero, así como otras personalidades.
Las principales acciones desarrolladas fueron la organización de mítines y discursos donde se cuestionaban las relaciones entre Estados Unidos y Cuba desde posiciones críticas repitiendo la ruta seguida por Gómez y Maceo, en la invasión de Oriente a Occidente.
Julio A. Mella encabezó mítines y manifestaciones, así como denunció la Enmienda Platt desde las tribunas antimperialistas de la época. Intelectuales como el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring, Don Fernando Ortíz, el Dr. Rodríguez Lendián y otros defendieron el derecho de Cuba a la soberanía sobre Isla de Pinos.
El 13 de marzo de 1925, luego de dos semanas de prolongados debates entre partidarios y adversarios, el Senado Norteamericano ratificó el Tratado Hay Quesada.
El agradecimiento del presidente Zayas al gobierno norteamericano por la ratificación, motivó una declaración pública del Comité Antimperialista de la Universidad de La Habana, liderada por Julio Antonio Mella, donde se señalaba:
"El darnos Isla de Pinos es un acto natural, siempre fue nuestra. Sólo los que nunca han hecho justicia, como nuestro gobierno, pueden asombrarse servilmente por este acto de hipócrita justicia".
En este proceso los comités organizados fueron los principales instrumentos políticos de carácter local y nacional donde se van a revivir los sentimientos de pertenencia a la nación cubana.

Sus antecedentes más importantes fueron la rica tradición patriótica de los pedagogos cubanos, de los cuales los pineros no fueron la excepción, la participación de instituciones culturales defensoras de la soberanía nacional como la Sociedad Popular Pinera, y un fuerte movimiento cultural, resumiéndose en un amplio frente cívico patriótico que acude a figuras de arraigo con la finalidad de movilizar la conciencia nacional alrededor de este asunto y rebasar su carácter meramente local.
Para la sociedad pinera la ratificación del Tratado Hay Quesada, constituyó el resultado de una larga lucha de enfrentamientos antinorteamericanos, demostró el fomento de un sentimiento que expresaba el orgullo de ser cubano, es por ello que la principal festividad de la localidad, a partir de ese momento, lo fue el 13 de marzo, como expresión de cubanidad.


(Datos tomados de la Monografía de la Isla de la Juventud.)
Por: Lic. Guillermo F. Maquintoche Vázquez.
Fotos: archivo personal