Raimundo Cabrera Bosch deportado a Isla de Pinos.

Al iniciar las pesquizas para tratar de conocer todo lo concerniente a la Isla de los Deportados, uno de los tantos nombres, que por costumbre se le otorgó a Isla de Pinos, encontré el libro Mis Buenos Tiempos, publicado por primera vez en 1891, obra escrita, según se indica en el prólogo, por el abogado, periodista, novelista y poeta, Raimundo Cabreras Boch. También por necesidad, en 1869, maestro de los hijos del propietario de la finca de Cayo Bonito, cerca del poblado de Santa Fe, cuando apenas contaba con 17 años.
Raimundo nació en La Habana el 9 de marzo de 1852, al poco tiempo junto a su familia pasó a vivir al poblado de Güines, donde estudio las primeras letras y culminó la Escuela Superior, siempre en la enseñanza pública.

Desde la adolescencia habían prevalecido en él, las ideas revolucionarias a tal punto que después del inicio de la Guerra de 1868, decidió, el 21 de agosto de 1869 embarcar como polizonte en nave norteamericana Missouri, con destino a los Estados Unidos, buscando la forma de participar, posteriormente en una expedición que lo llevara a los campos insurrectos del Oriente cubano. En aquel país la Revolución había situado su centro de operaciones en el extranjero.
Fue la época cuando la Junta Revolucionaria de Nueva York atraía a los emigrantes simpatizantes con la causa de la Independencia, para formar expediciones y enviarlos a la lucha que se había iniciado en Cuba.
Pero fue descubierto y apresado en el momento de la partida, por las fuerzas españolas. Fue encerrado durante 10 días en una cárcel habanera, hasta que lo trasladaron a Güines, poblado donde residía, para ser juzgado. Allí lo sancionaron al destierro en Isla de Pinos a donde llegó con otros 37 deportados, procedentes de varios lugares de Cuba.
Llegaron a Isla de Pinos al caer la tarde, en un pequeño vapor que realizaba el viaje desde Batabanó: De pronto, - escribe Raimundo- a la orilla derecha, tras el follaje de los pinos y las enhiestas palmas-canas, en una planicie que limitan a ambos lados dos cadenas de montañas, surgió a nuestros ojos disperso caserío de blancas paredes y de techos bajos y rojizos, Nueva Gerona, la ciudad presuntuosa, la metrópoli de aquel país casi deshabitado.

Después de bajar a tierra, fueron llevados en cordillera a la plaza, donde el Comandante Militar de turno les dio el sermón de bienvenida.
Como todos los deportados políticos que llegaban a la ínsula pinera, Raimundo Cabrera tuvo que buscar donde comer y dormir, pues el gobierno no mantenía a los desterrados. Casi de inmediato fue a servir de maestro a los hijos del dueño de Cayo Bonito a cinco leguas de Nueva Gerona, lugar donde enconcontró lo necesario para vivir.
(…) quedé desde aquel día instalado en el seno de aquella familia adorable que endulzó con sus cuidados mis penas, y sustituyó en mi destierro los tiernos, cariñosos y solícitos afectos de mis familiares.
A los pocos meses sufrió un accidente al caer de un caballo espantado, mientras se dirigía a Nueva Gerona, a la Lista de Ordenanza. Allí se le partió y fracturó un brazo que le quedó (…) torcido y para siempre inutil e imperfecto.
Después de aquel hecho, la madre realizó ante el Gobernador General numerosas gestiones, hasta que firmó un decreto donde le conmutaba la pena por la de confinamiento a Güines y posteriormente en La Habana. Diez meses permaneció en la Isla de Pinos, de donde regresó enfermo, casi inválido, y con el rostro pálido. Fue en el mes de junio de 1870.

A través de sus narraciones en el libro Mis buenos tiempos, se da a conocer, por primera vez, las características de los desterrados en Isla de Pinos; los llamadaos deportados comunes y los conocidos por deportados políticos.
El 30 de mayo 1872, viajó a España para culminar su carrera de abogado y ya en marzo del ´73, obtuvo el título.
Después del Pacto del Zanjón tomó el camino del autonomismo, aunque no fue su ideólogo, lo defendió y divulgó durante aquellos años, hasta que a finales de 1895 viaja a los Estados Unidos y se une a los independentistas, ideas que promovió en una revista creada por él, con el nombre de Cuba y América.
Escribió gran cantidad de artículos y varios libros, además de Mis buenos tiempos, editó la trilogía novelada Episodios de la Guerra, Mi Vida en la Manigua y Relatos del Coronel Bumamar. Durante los años 1916 al 1919, terminó sus obras Sombras que pasan, Ideales y Sombras eternas, donde describe la vida colonial. Fue en 1917 cuando publicó Mis Malos Tiempos, obra donde relata los acontecimientos de aquellos años.
Un poco antes de morir terminó Sacando Hilos. Falleció el día 21 de mayo de 1923.
Referencias: Cabrera Boch, Raimundo. "Mis Buenos tiempos" Editorial Letras Cubanas. La Habana 1981.(De un trabajo en preparacion de Juan Colina La Rosa)

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Por: Lic. Guillermo F. Maquintoche Vázquez.
Fotos: archivo personal