El mural de Fuster y la fuente de Nueva Gerona.

La muralística en la Isla de la Juventud tuvo su origen y auge después de 1959, junto al plan de desarrollo económico y social que se produjo en la entonces Isla de Pinos.
Paralelamente toma fuerza la educación y la cultura; nacen escuelas en todo el municipio y dentro de ellas la primera escuela de arte donde sus estudiantes adquieren conocimientos de dibujo, pintura, escultura, baile, música y otras manifestaciones. Notorios profesores imparten sus saberes allí y se va creando una cantera de futuros artistas dentro del territorio local.
Muchos destacados artistas de la plástica visitaban, trabajaban o participaban de eventos nacionales o internacionales que se desarrollaban en la Isla, fundamentalmente los de cerámica y de esculturas.
Dentro de los primeros, se distinguió la cerámica artística que aún se puede apreciar en algunos lugares de esta ínsula, que la guarda como uno de sus tesoros.
Quiero hablarle de dos ejemplos, que todos los que paseamos por el bulevar o nos sentamos a la sombra de la enorme carolina, que se alza en el llamado parquecito de la Fuente, miramos diariamente, pero no conocemos o conocemos muy poco de aquellas piezas cerámicas que integran en la actualidad el patrimonio artístico de la Isla de la Juventud.

Me refiero a las obras artísticas, enclavadas en la calle Martí, junto a la sede del Poder Popular: la fuente con su columna central y al enorme mural que embellece una pared al fondo.
El mural de Fuste.

Comienzo con el mural del notable ceramista, dibujante, pintor y grabador villaclareño José Antonio Rodríguez Fuster, conocido por todos como Fuster, que fue visitante asiduo de la Isla y sus eventos en los cuales participaba.
Aquí ha permanecido su huella en dos de los trabajos que confeccionó que he podido conocer; uno permanece bajo la custodia del Museo Municipal que es un pequeño mural de cerámica y este que les presento de gran formato y que se encuentra en un espacio público para el deleite de todos aquellos que quieran valorarlo.
Fuster ha realizado ilustraciones para diversas publicaciones. Participando en numerosos eventos y simposios internacionales. Ha recibido cuantiosos premios y menciones tanto en Cuba como en el extranjero.

Nació el 6 de agosto de 1946 en Caibarién, Villa Clara, Cuba. Realizó estudios en la Escuela para Instructores de Artes (1963 – 1965). Se inicia en el taller de cerámica de Cubanacán.
José Fuster envió a la Primera Feria Nacional de Cerámica, celebrada en la Isla de la Juventud, un proyecto de mural que resultó premiado.
En unos trabajos publicados por el periódico local, allá por 1984, se exponía que Juan García, conocido como Juan el arquitecto lo vieron “haciendo mediciones y luego quedarse con los ojos perdidos debajo de la carolina y el almendro que crecen entre el Poder Popular y el Sectorial de Cultura”. García montó en su pequeño Fiat-polski al “merodeador” José Fuster.
Y continúan, que pasadas unas semanas “su mural estaría allí, entre Cultura y el Poder Popular gracias a él y a la fidelidad de sus secuaces”
En el centro Experimental de artes aplicadas, en un aula calurosa, Fuster repasaba su viejo proyecto. Meditaba de qué forma lograría componer su mural con premura y meticulosidad, manchado de esmaltes, con un lápiz jugador, ora en la mano, ora en la oreja “empezaron a aparecer caballos, hombres y cosas”.
Fuster plasma en su mural de 41/4 por 1.80 metros, la temática criolla, desarrollando en cuatro series de un pronunciado sabor local. “Su visión de gentes, poblados, animales y vegetación, la que en su fantasía pictórica nos recuerda la exuberancia tropical de nuestra pequeña Isla”.
Uno de los artículos divulgados concluye, que un total de 640 placas cerámicas forman el conjunto plástico, con imágenes que nos recuerdan un poco las flores, güijes y otros animales míticos o casi reales y sus personajes sacados de cuentos de monte adentro. Fue el primero que se ubicó en un área urbana del municipio.

Complementa el área conocida por La Fuente una obra artística de creadores holandeses, que integra el conjunto de la fuente de agua, destacándose su columna central de la cual debe brotar el preciado líquido.
Esa pilastra que se alza está decorada con elementos característicos de la flora, la fauna, la arquitectura y la naturaleza toda de la Isla de la Juventud y de Holanda, como tributo a la amistad entre los pueblos de ambas regiones.
Si nos acercamos a observar detenidamente, podremos apreciar imágenes de molinos, columnas típicas de las construcciones pineras, ranas, cocodrilos, frutas, entre otras piezas características de la geografía, la naturaleza y la cultura de comunidades distantes geográficamente, pero unidas por la humanidad de sus gentes, representadas por sus artistas.
Esta obra fue el resultado de la labor exquisita de sus creadores, Babolin Bien y Jakobine, durante el evento internacional Todo Cerámica, desarrollado en la Isla de la Juventud en 1995.
- Información recogida del periódico Victoria, con fechas del 29 de junio y 1ro de septiembre de 1984: Un hombre llamado Fuster.

Por: Lic. Guillermo F. Maquintoche Vázquez.
Fotos: archivo personal