“…basta con una ¡la mía!”
Ese fue el sentir del poeta cubano Bonifacio Byrne nacido un día como hoy tres de marzo pero de 1861, al regresar a Cuba del exilio en Estados Unidos, el 4 de mayo de 1904 y ver cómo en el Morro flotaban dos banderas: La cubana y la de Estados Unidos.
Bonifacio Byrne, revolucionario e independentista, fue un importante poeta cubano que, después de un período juvenil de iniciación en la poesía modernista, se convirtió, a partir de 1896, en el intérprete de los entusiasmos y agonías de su pueblo en la lucha por su independencia de la corona española.
Así sale de Matanzas el 29 de enero de 1896 en el ferrocarril de Bahía y al día siguiente embarca para Tampa y poco tiempo después se le une su familia.
En el exilio dedicó buena parte de su tiempo en realizar labores separatistas y fundó, en Tampa, el Club Revolucionario, del cual fue secretario. Durante su estancia en esa ciudad trabajó como lector de tabaquerías y colaboró en varias publicaciones como el Periódico Patria, "El Porvenir" y en "El Expedicionario", regresando a Cuba en 1899 en el vapor Mascotte el cual aribó a La Habana el día 4 de mayo y el poema que lo inmortalizó, “Mi Bandera” lo escribe ese mismo día en la calle Jesús María # 9 en Guanabacoa y se publicó por primera vez el 5 de mayo de 1899 en el periódico matancero de Cuba.
Durante la república mediatizada fue secretario del Gobierno Provincial de Matanzas y de la Superintendencia Provincial de Escuelas. En 1909 fundó el periódico "El Yucayo". Colaboró en "La Primavera", "El Ateneo", "Diario de Matanzas", "El Fígaro" y "La Discusión". Fue declarado Hijo Eminente de Haciendo un resumen sucinto de su trayectoria, encontramos que en 1890 fundó los periódicos La Mañana y La Juventud Liberal, publicó su primer libro de versos en 1893 y regresó a Cuba en 1899 siendo declarado hijo eminente de Matanzas en 1915
Por la altura de sus versos obtuvo galardones poéticos en los juegos florales de Sancti Spíritus en 1916 y en Matanzas en 1934; fue miembro fundador del grupo Índice en 1935; era socio correspondiente de la Academia Nacional de Artes y Letras. También cultivó el teatro con sus piezas “El anónimo” en 1915, “Varón en la puerta” en 1905, “El legado” en 1908, “El espíritu de Martí” en 1908 y “Rayo de sol” en 1911; algunas de ellas publicadas, según consigna su biógrafo Israel M. Moliner y dejó en preparación la novela “Hijas y yernos”, el libro de cuentos “Letra menuda” y la colección de poemas “Voces del alma”.
Pero fue sin dudas el poema “Mi Bandera” el que inmortalizara a Byrne en el pueblo cubano, por la desprendida y apasionada fuerza y sentimientos con que demuestra su patriotismo y arraigo nacional a partir del símbolo de la bandera que lo hace suyo una y otra vez. Es Bonifacio Byrne el Poeta de la Bandera”, que también utilizara Camilo como fuerza movilizativa y sentida por los cubanos en el último discurso el 27 de octubre de 1959.
POEMA “MI BANDERA”
Al volver de distante ribera,
con el alma enlutada y sombría,
afanoso busqué mi bandera
¡y otra he visto además de la mía!
¿Dónde está mi bandera cubana,
la bandera más bella que existe?
¡Desde el buque la vi esta mañana,
y no he visto una cosa más triste..!
Con la fe de las almas austeras,
hoy sostengo con honda energía,
que no deben flotar dos banderas
donde basta con una: ¡la mía!
En los campos que hoy son un osario
vio a los bravos batiéndose juntos,
y ella ha sido el honroso sudario
de los pobres guerreros difuntos.
Orgullosa lució en la pelea,
sin pueril y romántico alarde;
¡al cubano que en ella no crea
se le debe azotar por cobarde!
En el fondo de obscuras prisiones
no escuchó ni la queja más leve,
y sus huellas en otras regiones
son letreros de luz en la nieve…
¿No la veis? Mi bandera es aquella
que no ha sido jamás mercenaria,
y en la cual resplandece una estrella,
con más luz cuando más solitaria.
Del destierro en el alma la traje
entre tantos recuerdos dispersos,
y he sabido rendirle homenaje
al hacerla flotar en mis versos.
Aunque lánguida y triste tremola,
mi ambición es que el Sol, con su lumbre,
la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!
en el llano, en el mar y en la cumbre.
Si deshecha en menudos pedazos
llega a ser mi bandera algún día…
¡nuestros muertos alzando los brazos
la sabrán defender todavía!…
Fragmento del último discurso de Camilo Cienfuegos.
Por Redacción Web.
Fotos: Tomadas de la Red.