diciembre 2, 2024 ¿Quienes somos?

“…basta con una ¡la mía!”

Ese fue el sentir del poeta cubano Bonifacio Byrne nacido un día como hoy tres de marzo pero de 1861,  al regresar a Cuba del exilio en Estados Unidos, el 4 de mayo de 1904 y ver cómo en el Morro flotaban dos banderas: La cubana y la de Estados Unidos.

Bonifacio Byrne, revolucionario e independentista, fue un importante poeta cubano  que, después de un período juvenil de iniciación en la poesía modernista, se convirtió, a partir de 1896, en el intérprete de los entusiasmos y agonías de su pueblo en la lucha por su independencia de la corona española.

Así sale de Matanzas el 29 de enero de 1896 en el ferrocarril de Bahía y al día siguiente embarca para Tampa y poco tiempo después se le une su familia.

En el exilio dedicó buena parte de su tiempo en realizar labores separatistas y fundó, en Tampa, el Club Revolucionario, del cual fue secretario. Durante su estancia en esa ciudad trabajó como lector de tabaquerías y colaboró en varias publicaciones como el Periódico Patria"El Porvenir" y en "El Expedicionario", regresando a Cuba en 1899 en el vapor Mascotte el cual aribó a La Habana el día 4 de mayo y el poema que lo inmortalizó, “Mi Bandera” lo escribe ese mismo día en la calle Jesús María # 9 en Guanabacoa y se publicó por primera vez el 5 de mayo de 1899 en el periódico matancero de Cuba.

Durante la república mediatizada fue secretario del Gobierno Provincial de Matanzas y de la Superintendencia Provincial de Escuelas. En 1909 fundó el periódico "El Yucayo". Colaboró en "La Primavera""El Ateneo""Diario de Matanzas", "El Fígaro" y "La Discusión". Fue declarado Hijo Eminente de Haciendo un resumen sucinto de su trayectoria, encontramos que en 1890 fundó los periódicos La Mañana y La Juventud Liberal, publicó su primer libro de versos en 1893 y regresó a Cuba en 1899  siendo declarado hijo eminente de Matanzas en 1915

Por la altura de sus versos obtuvo galardones poéticos en los juegos florales de Sancti Spíritus  en 1916 y en Matanzas en 1934; fue miembro fundador del grupo Índice en 1935; era socio correspondiente de la Academia Nacional de Artes y Letras. También cultivó el teatro con sus piezas “El anónimo” en 1915, “Varón en la puerta”  en 1905, “El legado” en 1908, “El espíritu de Martí”  en 1908 y “Rayo de sol” en 1911; algunas de ellas publicadas, según consigna su biógrafo Israel M. Moliner y dejó en preparación la novela “Hijas y yernos”, el libro de cuentos “Letra menuda” y la colección de poemas “Voces del alma”.

Pero fue sin dudas el poema “Mi Banderael que inmortalizara a Byrne en el pueblo cubano, por la desprendida y apasionada fuerza y sentimientos con que demuestra su patriotismo y arraigo nacional a partir del símbolo de la bandera que lo hace suyo una y otra vez. Es Bonifacio Byrne el Poeta de la Bandera”, que también utilizara Camilo como fuerza movilizativa y sentida por los cubanos en el último discurso el 27 de octubre de 1959.

POEMA “MI BANDERA”

 Al volver de distante ribera,
con el alma enlutada y sombría,
afanoso busqué mi bandera
¡y otra he visto además de la mía!

¿Dónde está mi bandera cubana,
la bandera más bella que existe?
¡Desde el buque la vi esta mañana,
y no he visto una cosa más triste..!

Con la fe de las almas austeras,
hoy sostengo con honda energía,
que no deben flotar dos banderas
donde basta con una: ¡la mía!

En los campos que hoy son un osario
vio a los bravos batiéndose juntos,
y ella ha sido el honroso sudario
de los pobres guerreros difuntos.

Orgullosa lució en la pelea,
sin pueril y romántico alarde;
¡al cubano que en ella no crea
se le debe azotar por cobarde!

En el fondo de obscuras prisiones
no escuchó ni la queja más leve,
y sus huellas en otras regiones
son letreros de luz en la nieve…

¿No la veis? Mi bandera es aquella
que no ha sido jamás mercenaria,
y en la cual resplandece una estrella,
con más luz cuando más solitaria.

Del destierro en el alma la traje
entre tantos recuerdos dispersos,
y he sabido rendirle homenaje
al hacerla flotar en mis versos.

Aunque lánguida y triste tremola,
mi ambición es que el Sol, con su lumbre,
la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!
en el llano, en el mar y en la cumbre.

Si deshecha en menudos pedazos
llega a ser mi bandera algún día…
¡nuestros muertos alzando los brazos
la sabrán defender todavía!…

Fragmento del último discurso de Camilo Cienfuegos.


Por Redacción Web.

Fotos: Tomadas de la Red.

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