abril 25, 2024 ¿Quienes somos?

Diario de una odisea sobre ruedas

Foto: Osuky Sardiña.

Día 1 (lunes): De la matrícula de 489 estudiantes que tiene el seminternado Ernesto Che Guevara, en La Fe, 206 necesitan de transporte para entrar y salir de la escuela, pues radican en poblados como Mella Cítrico, Mal País, La Jungla, El Caolín, La Tumbita y Los Mangos.

Para llegar temprano al centro, estos niños han tenido que levantarse aproximadamente a las cinco de la mañana. Hoy, ha sido un día feliz porque la guagua pasó y lo hizo en tiempo, pero no siempre es así. A veces, permanecen muchas horas en la carretera esperando un ómnibus que nunca llega, y se quedan vestidos y sin asistir a esa fiesta que es para ellos aprender.

Foto: Osuky Sardiña.

Día 2 (martes): "En ocasiones son las 10 de la mañana y la guagua no ha pasado. Yo vivo en La Jungla y tuve que venir hoy, a pie, a traer a mis dos niños porque tienen prueba", me cuenta la madre Beatriz Quiñones, quien espera en uno de los bancos de la institución educativa que los menores concluyan la docencia para retornarlos a casa.

Beatriz Quiñones, madre de dos niños del centro. Foto: Osuky Sardiña.

Por su parte, Greysi Delgado, miembro del Consejo de Dirección del seminternado, plantea que "a la hora de la recogida, las guaguas son igual de inestables. Aquí hemos tenido niños de zona campo hasta las siete de la noche, sin una merienda para darles, y con los padres llamándonos insistentemente. Es una situación muy preocupante, que afecta el descanso de los pequeños y también el de nuestro claustro porque, por ejemplo, la directora del centro no se retira a descansar hasta que el último pionero no llegue a su casa…y al otro día la misma historia".

Día 3 (miércoles): En cada una de las rutas desde las cuales llegan estudiantes al centro, hay distribuidas asistentes educativas para cuidar a los niños durante el viaje.

Amalia Mena es una de ellas, a quien la corresponde el recorrido de La Tumbita. Hoy estuvo desde las 6 menos veinte de la mañana en la base de guaguas, pero nadie supo decirle cuál era la suya.

Amalia Mena, asistente educativa de la ruta La Tumbita. Foto: Osuky Sardiña.

"Ya cuando vi que no iba a salir ninguna retorné a la escuela, y aquí fue que me enteré que la guagua pasó, pero salió de Gerona. Es decir, esos niños tuvieron que viajar solos".

Tania Almaral, jefa de las asistentes, afirma que este es precisamente uno de los aspectos que más les preocupa: la seguridad de los niños, algunos de ellos muy pequeños.

"Todas nuestras asistentes son de La Fe, y cuando las guaguas parten de Gerona estas no viajan. Los choferes deben concentrarse en manejar y no pueden supervisar a los pequeños como sí lo hacemos nosotros que los llevamos hasta la puerta de su aula".

Amalia Almaral, jefa de las asistentes educativas. Foto: Osuky Sardiña.

Agrega que, a veces, los niños viajan hacinados o de pie porque los choferes montan personal de la calle. "Sabemos la situación del transporte, y consideramos correcto que si la guagua viene semivacía se pueda ayudar a las personas, pero nuestros niños deben vajar cómodos porque luego llegan cansados y se duermen en clases…estas cosas ocurren casi siempre cuando no viene ninguna asistente en el viaje".

Día 4: (jueves): "La cantidad de veces que fallan estos ómnibus o que pasan fuera del horario establecido afecta los porcientos de asistencia de los educandos al centro, plantea Bárbara Àlvarez, directora del seminternado Ernesto Che Guevara, quien ha "elevado" esta problemática por todas las vías posibles, y a quien los padres le exigen respuestas que, lamentabemente, ella no puede darles.

Bárbara Àlvarez, directora de la escuela. Foto: Osuky Sardiña.

También insiste en que se puede lograr que las guaguas salgan de acá del poblado para que las asistentes educativas puedan hacer su trabajo porque "tenemos cuatro choferes que son de acá…creo que se pueden manejar algunas variantes para organizar esto. Podría ser que ellos doblen las rutas. Lo que sí no puede seguir pasando es que nuestros niños viajen solos, de pie, apretados…".

Día 5 (viernes): A nadie le es ajena la precariedad de los ómnibus de Transporte Escolar en cuanto a piezas y neumáticos, y tampoco la situación que vive el país con el combustible, pero lo cierto es que, en lo observado durante estos cinco días de la odisea de estos niños para asistir a la escuela, hay también altas dosis de desorganización, irresponsabilidad, indolencia y falta de comunicación.

Foto: Osuky Sardiña.

Que las guaguas pasen a la hora establecida y no antes para que ninguno de los estudiantes (que ya tienen que levantarse bien temprano) se quede; que no se violen puntos de los recorridos; que si se va a montar personal externo se preserve el asiento de los niños; que se hagan los movimientos pertinentes para que los ómnibus siempre salgan de La Fe y puedan montarse las asistentes educativas, no es algo que dependa mayormente de recursos materiales, y sí de organizar mejor el trabajo, y de ser empáticos con la situación que con respecto al transporte escolar hoy viven en este centro niños, padres y maestros.

"Yo solo rezo para que el lunes todo marche sobre ruedas", concluye, con un suspiro, la directora.

Día 6 (lunes): Continuará…


Por: Yuliet Calaña.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *