El arte de elaborar medicamentos
Pinar del Río.–Carlos Callava recuerda que antes que las tabletas y las inyecciones estuvieran a disposición del hombre, se utilizaron las plantas. En ellas se hallan las sustancias que luego, a través de la síntesis química, darían pie a los medicamentos genéricos que predominan en la actualidad, dice.
Por eso ha dedicado buena parte de su vida a promover el uso de la medicina natural y tradicional.
Cuenta que no solo es una alternativa en momentos de escasez, sino, además, una vía eficaz de combatir muchísimos padecimientos. «Para casi todas las enfermedades, existe una planta que puede servir», asegura Carlos.
Graduado de la carrera de Farmacia en la Universidad de La Habana en 1982, con una maestría y varios diplomados en la especialidad, se desempeña en la actualidad como especialista de desarrollo de la Empresa de Farmacias y Ópticas de Pinar del Río. Unido a esto, imparte clases en la Universidad de Ciencias Médicas de Vueltabajo y conduce desde hace más de 30 años un programa de radio sobre el uso de plantas medicinales y la medicina natural y tradicional.
A sus 75 años, este pinareño que de niño jugaba a mezclar sustancias para ver su reacción química, habla con pasión de la profesión a la que se ha consagrado.
Lamentablemente –reconoce Carlos– hay quienes piensan que el farmacéutico es simplemente una persona detrás de un mostrador, que se decida a recibir recetas y entregar medicamentos. Sin embargo, advierte que en realidad es mucho más.
Por una parte, explica que «el farmacéutico no solo vende, sino que dispensa. «Esa es la palabra correcta. Dispensar el medicamento lleva a la educación sanitaria y a un grupo de consideraciones sobre ese producto que se le está entregando al paciente».
Además, puede tener a su cargo la elaboración de tinturas, cremas y muchos otros compuestos.
Callava, por ejemplo, ha participado en la formulación de jarabes, el desarrollo de nuevas drogas crudas, de champús y limpiadores. Estos últimos, con muy buena aceptación en los hospitales pinareños, donde han venido a sustituir los productos que ya no se reciben de la industria.
Con ello, aclara que no se niega la importancia de los medicamentos genéricos. «A nadie se le ocurriría que en un cuerpo de guardia se usen plantas medicinales en lugar de una inyección o un suero, para recuperar lo más rápido posible al paciente.
«Pero sí hay que decir que las plantas medicinales en la atención primaria de salud son fundamentales, no solo como alternativa ante el déficit de medicamentos, sino porque están prácticamente exentas de reacciones adversas».
Teniendo en cuenta todas estas bondades, afirma que son pocos los médicos que en la actualidad utilizan los productos de la medicina natural de manera amplia y que en medio de las carencias que afronta en la actualidad nuestro sistema de salud, en los hospitales y policlínicos crece el reconocimiento a la labor de los laboratorios y dispensarios farmacéuticos.
«Por ejemplo, hay muchos médicos que nos están solicitando de manera insistente la tintura de caléndula para tratar el cierre de las heridas de los pacientes de cirugía».
De todo ello, les habla cada jueves a quienes sintonizan su programa de radio.
En pleno siglo XXI, a pesar de la modernidad, asegura que es algo que mantiene un gran arraigo entre la población.
«Entre los cubanos existe una cultura sobre este tema porque nuestra gente siempre ha tenido la tradición del empleo de las plantas medicinales en forma de cocimientos e infusiones. Las abuelas las usaban y sus descendientes las hemos seguido utilizando».
Tomado de Granma