El reclamo de los viejos planos
“De nada vale tener boletos reservados con tiempo suficiente si por cualquier motivo suspenden los viajes. Un mal tiempo está pensando todavía si se forma o no… ¡y enseguida suspenden la navegación! Antes esto no ocurría”.
Lo que antecede es un criterio bastante comentado por estos días, sobre todo desde que el ferry Perseverancia llegó para cubrir la ruta Nueva Gerona-Batabanó. Sentir al cual se agrega una coletilla no menos exacerbada: “Lo mismo te quedas varado de un lado que del otro, pero si es en La Habana resulta peor, no puedes regresar y ¡cómo están los precios!”
Coyuntura, al parecer, insalvable de momento.
Antes no ocurría, cierto. Teníamos dos ferris, Palma Soriano y Jibacoa, y hasta una decena de lanchas Kometa, gallardas y muy veloces. Disponíamos incluso de un varadero propio, las izábamos en tierra y dábamos prácticamente cualquier clase de mantenimientos o reparaciones. Pero en los momentos actuales nada de eso existe. La flota alternativa, compuesta por tres viejos catamaranes, está de baja, o en proceso de reparaciones.
Nos queda solo el Perseverancia. ¿Convendría arriesgarlo en navegaciones no seguras? ¿Lo haría usted si fuera en exclusivo de su propiedad? Como respuesta, no caben comentarios aventureros, ¿verdad? Nadie lo haría. Pero alguna solución habrá que darle, la demanda está planteada por las circunstancias.
Para aquellos ferris y kometas se acondicionó un muelle, en Batabanó, que resultaba bastante adecuado aunque, por supuesto, enfrentaban –en menor grado– las famosas mareas meteorológicas que allí se producen, durante las cuales el mar arremete contra la costa o se retira hasta un punto donde resulta imposible el atraque de embarcaciones.
La solución de un problema engendra un nuevo problema, está dicho y más que demostrado. La llegada del Perseverancia trajo una gran solución (masividad de pasajeros y carga rodante), pero también nuevos escollos a resolver. En las mareas meteorológicas esta nave no se aviene con el viejo atracadero de Batabanó.
Desembarca por la popa, sobre una pasarela y si esta no tiene donde apoyarse con firmeza, no hay desembarque posible. Está concebido como una embarcación para la navegación interior, en aguas tranquilas, no para enfrentar los altibajos de la mar.
¿Qué hacer entonces?
“La solución no está en el dragado del puerto –según considera quien estrenó este nuevo ferry, comandándolo, el capitán Carracedo–: Basta el paso de un cicloncito mediano y todo el sedimento extraído vuelve a rellenar el área profundizada”.
Para este marino, con toda una larga vida sobre el puente de un barco, convendría más la construcción de rompeolas, muros o pedraplenes, uno al lado de otro, con un espacio interior para la maniobra de las embarcaciones.
Una idea que tiene más de 70 años, concebida inicialmente por la Town Planning Association, cuyos planos se conservan en el Archivo Municipal de Historia, de Nueva Gerona. Un muelle, con diferentes muros en forma de peine, dientes de peine; de modo que, muro por medio, una nave pueda atracar al lado de otra.
Link periódico Victoria
https://www.periodicovictoria.cu/el-reclamo-de-los-viejos-planos
Foto: Redacción Digital Victoria
Por Wiltse Javier Peña Hijuelos /Periódico Victoria