"En medio del dolor nació el arte"
Sus manos temblorosas aguantaban con fuerza un esfigmomanómetro… Eloisa Frómeta estaba muy nerviosa; en un primer momento pensé que era por la entrevista, me había dicho antes de la cita, que le cuesta hablar y le impresionaban las cámaras, de todas formas insistí en hacerle la entrevista.
Sentada en su sillón como de costumbre levanta el esfigmomanómetro y me dice: "Este fue mi primer objeto que hice en un momento muy difícil de mi vida; mi padre estaba muy enfermo y vivía en un lugar intrincado de Guantánamo, sitio al que al médico se le dificultaba llegar. Yo, enfermera de profesión, conocía perfectamente de los primeros auxilios, pero en aquel tiempo el equipo de medir la presión arterial solo lo tenían los médicos, y a mi papá por su enfermedad había que chequearle la presión a cada rato.
“Un día empecé a investigar, ¿cómo podía hacer un esfigmomanómetro? Casi no dormía entre la atención que tenía que dedicar a mi padre y el estudio de libros de enfermería y otras bibliografías científicas buscando la manera de crear el equipo de medición de la presión arterial…, "bueno no la canso con mi historia".
Me dijo mirándome fíjamente a los ojos, y asiente: "Logré hacerlo y que funcionará bien, y de esta manera resolví la situación, pero también innové culeros desechables porque mi papá los necesitaba, él estaba encamado y la situación con los productos de aseo también resultaba difícil adquirirlos; poco a poco me fui adentrando en el mundo creativo, experimenté en la artesanía, y el arte pasó ser mi hobby.
"Unos meses después mi padre falleció y regresé a la Isla, continúe en mi profesión de enfermera, me encontraba triste y buscando resiliencia ante lo ocurrido con la pérdida de mi padre; entonces empecé a dedicar mi tiempo libre a hacer objetos como cuadros, lámparas, búcaros plásticos, mesas de noche, muñecas de trapo, medios de enseñanza, unos con papel otros con tela y con cuanto material desechable y roto encontraba.
“Así las llantas de bicicletas cobraron vida en mis manualidades, iba a los basureros y recogía botellas, cucharas plásticas, metales, lámparas viejas, y esa actividad me mantenía activa".
Me cuenta además que hizo dos esfigmomanómetro más, uno para medir la presión arterial a los niños y otros para personas obesas.
“Todos esos trabajos los presenté en eventos de mujeres creadoras en el centro de trabajo en el Fórum de base y municipal", inquirió.
Eloyda se levantó de la silla, interrumpió la entrevista y fue al segundo cuarto, trajo los diplomas de reconocimientos y premios que le entregaron en los diferentes eventos y me dijo: "No hice los trabajos para ser galardonada, porque no existe mérito mayor que la satisfacción personal"
"Cuando tuve la edad de jubilación, tenía más de treinta y nueve años de trabajo dedicados todos a la salud, siempre me mantuve en la profesión de enfermera".
"Ahora soy feliz porque me crecí haciendo manualidades, creo que las he ido perfeccionando poco a poco, claro, tengo más tiempo y pienso que con lo que hago me mantengo activa mentalmente, siempre estoy inventando algo”, me dijo, mientras sonrió como quien se siente plena y realizada.
MJe dique que "este trabajo puede ser útil para las amas de casa, jóvenes que no tienen vínculo laboral y para los adultos mayores porque los entretienen; te sacan del óseo y tienen otra ventaja, te aportan entrada monetaria.
"En estos momentos estoy centrada en hacer íntimas diarias y normales, ya que hay déficit de las mismas, las mujeres pueden resolver con estas, también estoy haciendo culeros desechables para niños y adultos. Son tantos los trabajos que hago, que se me olvidan… Ah mire, hace poco presenté muestras de obras nuevas en la Expo-Feria que se realizó en saludo al aniversario 64 de la creación de la Federación de Mujeres Cubanas, no me pierdo una exposición de la organización que nos identifica".
Eloyda en su continuo aporte, habló con él secretariado de la FMC de la Isla de la Juventud para impartir talleres gratuitos a todo el que le interese confeccionar manualidades y confiesa que con mucho gusto los va a impartir. Siente que muchas y muchos de los que asistan al taller lo van a disfrutar y les va a resultar útil y entretenido.
Ella es muy optimista y afirma que hay quienes piensan que no se puede crear en medio de una situación difícil como la que estamos viviendo; ella se motivó en medio del dolor y hoy lo que hace es su mayor motivación.
Tomó en sus manos nuevamente el esfigmomanómetro y me lo enseñó, y me dijo: "Lo guardo como un valioso recuerdo por mi papá, y porque fue la primera obra que realicé, he hizo posible el despertar del bichito del arte que llevaba dentro".
Texto y fotos Dianelys Labrador