“Gerona celebra sus 193 diciembres”
Nueva Gerona, nuestra ciudad Capital, está de cumpleaños y estamos prestos para la celebración desde hace varios días que sus hijos la engalanan y la ponen a punto para que se muestre con todo su esplendor, tal como la han dibujado escritores, artistas y periodistas en sencillo abrazo con sus sentimientos.
Es así que una lluvia de amor cae sobre ella en franca complicidad con un arco iris abriendo paso a la bondad, la belleza y el amor en este 193 onomástico, cual joven recién crecida en la madurez de su vida, luce sus mejores galas muy segura de que este es solo un pretexto para estar cada vez más hermosa.
A la que hoy rendimos honores es la reina y orgullo de los pineros, aroma de las noches, lágrimas que dejó el rocío sobre la piel, flor que llegó antes y dejó los sentidos. Venimos a hablar de ella, de nuestra ciudad Nueva Gerona en sus 193 diciembres que seduce tanto a sus hijos como a los viajeros, y los enamora con la flor de azahar engalanando su cabeza.
Me gustaría citar la manera en que la pluma de algunos periodistas fueron modelando el nacimiento de esta joven que hoy agasajamos: “Cuentan que una fría mañana de diciembre en el año 1826, se celebró en lo alto de la loma de La Daguilla una interesante ceremonia: el médico francés Josheph Labadie y el comandante español Clemente Delgado y España suscribían un documento que daba fin a una histórica empresa: el levantamiento topográfico de esta Isla.
“El precioso papel, acta con todos los detalles escrita por Labadie, fue guardada dentro de una botella y sellada su boca cuidadosamente. Sería este el primer documento administrativo de la futura colonia que habría de fundarse cuatro años después y que llamarían Reina Amalia, en honor a la compañera del entonces monarca español Fernando VII.
“Para darle mayor realce al asunto, los cronistas de la época precisan que el médico galo labró en la corteza de un gigantesco árbol del lugar el nombre del odiado rey absolutista de “allende y aquende los mares” y el de su representante entonces en la “siempre fiel Isla de Cuba”, el Capitán General Dionisio Francisco Vives.
“Claro que en tan solemne acto no podía faltar una cortesía hacia la egregia reina, su majestad Doña Amalia, a cuya corona ofrendaron la Isla como la más modesta prenda.
“Dicho esto, el primero de agosto de 1828 se aprobó, por Real Orden, fortificar y poblar la hoy Isla de Pinos, dándole la denominación de ‘colonia Reina Amalia’ y sentando las bases preliminares para la fundación de Nueva Gerona, lo que tuvo lugar el 17 de diciembre de 1830”.
Fue así que la bisoña ciudad vio la luz en las márgenes del Río “Las Casas”, con el sagrado honor de que en su desembocadura el Almirante Cristóbal Colón había abastecido de agua sus naves durante un bojeo por la costa sur cubana en su segundo viaje al continente americano en 1494, con el interés de determinar si Cuba era una isla o tierra firme.
Así de sencilla y pequeña, con unas 28 casas, un cuartel, presidio correccional, farmacia, hospital, almacén, cuatro tiendas, una herrería y 22 hatos y unos 500 habitantes, escoltada por dos sierras de mármol multicolores sobre una colina, surgió a la vida la inicialmente identificada como Colonia Reina Amalia, el 17 de diciembre de 1830.
Poco a poco fue creciendo aderezada por la sabrosísima cadencia del sucu suco, la armonía de las guitarras y el tres, el cántico exacto y la sonrisa a flor de piel; muy cubana y caribeña, dejó ver su eterna universalidad.
Sí, porque ella desde que abrió los ojos, fue tan autóctona como universal, nombrada así por una alabanza al que fuera Capitán General de Cuba, Dionisio Vives, ya que Gerona había sido una localidad defendida por él durante sus andanzas militares en la península ibérica, entonces, para hacerla diferente adquirió el nombre de Nueva Gerona.
Gerona guarda para sí la complicidad de dolores en el alma e infinitas alegrías que le hacen reponer, con la lucidez de sus techos rojos de dos aguas, sus visibles esquinas, parques, añejos y nuevos ventanales y columnas, únicas y delimitadoras de largos
Sí, de nosotros, los que nacimos y los que no, pero la asumimos como nuestra, los que la llevamos en el corazón, los que sembramos raíces y aquellos que adoptaron la pineridad como esencial principio y entrega, por sembrar también un árbol, crear un libro, una canción, por tener aquí a nuestros hijos que sí se marcan pineros aunque muchos emigren a otras ciudades lejanas.
Mi muchacha camina con el idílico misterio de mirar siempre el mar y saber que esas aguas envuelven toda tu geografía, convertida en misterio que nos sabe y olemos diferente cuando de aquí zarpamos o volamos, y que cuando no estamos,la necesitamos. Siempre pensamos en el regreso a pesar de que el tiempo y sus avatares indescifrables muchas veces alarguen la intención; por eso guardas para todos en el corazón una célebre memoria e historia.
Así es mi Gerona, la que seduce y deleita en tiempo pasado, presente y futuro con las fabulaciones de quienes en ella hemos crecido y que intentamos dejar un manojo de pan espiritual y de crecimiento ético para las futuras generaciones.
Es ella la que nos exige que pongamos con más ahínco nuestros corazones para quererla, embellecerla y animarla. Por estos días rejuvenece, sus parques adquieren nuevas luces, las fachadas vencen el tiempo, y solo nos pide que la amemos más, para que preservemos sus valores patrimoniales como el mayor disfrute espiritual y material para los que la habitamos hoy, y los que estarán mañana. Así reverdeció a través del movimiento popular #SentirPinero el Bulevar con la rehabilitación de obras de la cultura y el esparcimiento como la librería Frank País, el café Nuevo Virginia y el segmento dedicado a la historia pinera en franca complicidad con la identidad, las tradiciones y la cultura.
Esta es Gerona, la Nueva, la nuestra: Nuestra Nueva Gerona que está de cumpleaños y nada impide el jolgorio; provechosas luces alumbran el camino de su andar sereno y cadencioso, la suma de voluntades de sus hijos, los múltiples esfuerzos y realizaciones institucionales, para hacerla cada vez más hermosa, cada vez más coqueta, cada vez más pizpireta, cada vez más autóctona, con el sudor y el trabajo que forjan nuestros brazos.
Hoy estamos aquí, Gerona, para entregarte una vez más nuestros corazones y gritar con una amplia sonrisa:
¡Felicidades Gerona, en su 193 cumpleaños!
SentirPinero: Iniciativa social en la Isla de la Juventud
Por Sergio I. Rivero Carrasco
Fotos: Ana Isa Verdecia y tomadas de Internet