Gira presidencial (I): Argelia, buenas noticias
Primero lo primero: Argelia ha recibido a Cuba con los brazos abiertos y los ha cerrado en fraternal gesto, con importantes acuerdos de carácter económico y comercial, anunciados por su presidente, Abdelmadjid Tebboune, al finalizar el encuentro con su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez y la delegación ministerial que le acompaña.
Sin papeles por medio y evidentemente entusiasmado por lo acordado, el presidente anfitrión, que cumple años este jueves, anunció ante medios locales y cubanos que se cancelarán los servicios de la deuda, aplazándose su reembolso.
“Argelia también ofrece a la hermana Cuba una central de energía solar para la producción de electricidad”, puntualizó Tebboune, quien se refirió, además, a otros acuerdos relacionados con el abastecimiento de combustible a nuestro país y la cooperación de ambas naciones en la producción de medicamentos y vacunas; la industria azucarera, educación, ciencia y cultura.
Después de dar públicamente la bienvenida a Díaz Canel a “su segunda patria”, el presidente argelino se comprometió a asistir en 2023 a una sesión de la Comisión Mixta, en La Habana, “con un grupo de 150 empresarios de su país para examinar posibilidades de inversión en Cuba”.
Díaz-Canel satisfecho
Al hablar ante la prensa, Díaz-Canel destacó la importancia que concede Cuba a las relaciones bilaterales y la voluntad de la actual generación de dirigentes cubanos de darle continuidad a esa hermandad cimentada por los líderes históricos de ambas naciones.
En cuanto a los anuncios de Tebboune, dijo que “sobran las razones para sentirnos satisfechos, y más que eso, estamos muy comprometidos con la causa argelina, estamos muy comprometidos con el pueblo y el Gobierno argelino”.
Visiblemente emocionado, afirmó que “Argelia siempre podrá contar con el apoyo del Gobierno y el pueblo cubanos”, después de resaltar los extraordinarios valores del pueblo argelino y las lecciones de resistencia que ha dado al mundo.
Argelia, la resistencia
Desde el Monumento de los Mártires, situado al centro-norte de la ciudad, en el punto más elevado de la Comuna de El Madamia, la bahía de Argel es una postal de la orilla magrebí del Mediterráneo, con su amplio y activo puerto deslumbrando a los visitantes desde el balcón mirador.
Por tradición, las visitas oficiales a Argelia comienzan aquí, con una ofrenda floral en honor a los muyahidines. El pequeño túmulo está ubicado sobre una plataforma de mármol, justo debajo y al centro de una monumental pieza de 92 metros de altura, que es a la vez centro del complejo monumental al que también pertenece el Museo de los combatientes.
Allí se rinde tributo a los muyahidines, nombre que reciben quienes ofrendan sus vidas a la sagrada causa de la independencia o guerra santa, para los seguidores del islam. Los muyahidines sintetizan el espíritu de resistencia del pueblo argelino a la ocupación francesa, que duró 132 años, desde 1830 hasta 1962.
En 1954 estallaría la épica rebelión popular contra el ocupante extranjero, reprimida de forma tan cruel, que se habla de una “escuela francesa de torturas”, que tendría su origen en el país árabe.
Tras ocho años de una cruenta guerra civil que, según organizaciones de derechos humanos, costó un millón y medio de vidas entre combatientes y población civil, cuando el país contaba con poco más de 11 millones de habitantes, la heroica resistencia popular conquistó la independencia el 5 de julio de 1962. Cuba fue entonces el primer país latinoamericano en reconocer a la nueva República Argelina Democrática y Popular.
Acercándose a esa historia desde el testimonio de sus huellas, se inició la visita oficial a Argelia del presidente cubano y la delegación que le acompaña en una gira intensa, que busca abrir caminos en la cooperación con énfasis en la economía, el comercio, ciencia e innovación.
Tres días están dedicados a la gran nación del Magreb, que hoy sobresale en la región por su estabilidad y promisorio desarrollo.
Tomado de Cubadebate