Gratitud infinita
El hombre crece con el trabajo que sale de sus manos”
José Martí
Luis Felipe Lescaille Cumbá, es de esos hombres que no paran de trabajar en todo el día. Preguntas por él y las personas solo saben decirte de su laboriosidad, disposición, disciplina y responsabilidad. Lleva 26 años trabajando en la Empresa de Servicios Comunales, en la zona de La Fe, a la cual, me afirmó, se siente orgulloso de pertenecer y ser útil a la sociedad.
En la actualidad labora como sepulturero en el cementerio santafeseño y también como huertero en uno de los círculos infantiles del área, donde lo encontré en la faena diaria e hizo una pausa para conversar acerca de su trayectoria laboral en la entidad que próximamente estará festejando el día del trabajador de ese sector.
“Empecé a trabajar en 1997, con 24 años; me incorporé en Áreas Verdes y a partir de ahí me desempeñé en distintas tareas asignadas; trabajé en la Fábrica de Coronas, barriendo calles, apoyando en la funeraria, en los camiones de higienización, en la fomentación y jardinería en el Hogar Materno, Cocodrilo y el Combinado Lácteo, que es en lo que más me he desempeñado y conocimiento tengo, pero apoyo donde haga falta.
“Comunales me abrió las puertas cuando lo necesité y si hay que limpiar o pintar una oficina, el almacén, lo que sea, estoy dispuesto. Ahora hizo falta cumplir allí en el cementerio como sepulturero, un trabajo tan sensible, sacrificado, intenso, que no todo el mundo lo desea, pero alguien tiene que realizarlo y ahí estoy hasta que sea necesario.
“He tenido que hacerlo en tres momentos distintos a través de los años; es una tarea difícil, no hay día fijo, ni horario, ni feriado. Una labor donde debes lidiar con el público en la situación que se encuentra, entenderlo y tratarlo de la mejor manera; el sepulturero debe inhumar, exhumar y mantener la limpieza dentro y fuera del cementerio y pintar bóvedas”.
Luis Felipe Lescaille afirma que la receta para ser útil es no tenerle miedo a la encomienda y cumplir con el deber: “Trabajar es lo más sencillo que hay, solo hace falta tener el empleo porque el deseo, la disciplina y el sentido de pertenencia lo pones tú. Una cosa es lograr ser Vanguardia Nacional, lo otro es mantenerlo.
“Antes de acostarte decir: mañana lo voy a hacer un poquito mejor y trazarse metas; esto es una meta para mí –me señala los canteros sembrados a nuestro alrededor– no estaba así cuando empecé aquí y es señal de que cuando se quiere se puede. Ahí tenemos espinaca, tomate, ají pimiento y allá abajo yuca y quimbombó.
“Sembré esto sin dejar aquella tarea (la de sepulturero) que es tan fuerte como esta; es que uno logra lo que sea capaz de realizar y yo me siento bien con lo que hago y logro y eso me satisface. Me llevo bien con mis compañeros y tengo tremenda confianza con mis superiores. Cuando te sientes querido por ellos tienes que ser ejemplo. ¿Qué mejor muestra de respeto hacia esa dirección que cumplir con mi tarea?”
Mientras conversamos, se le nota muy contento, emocionado y de manera muy amena, Luis Felipe expresa una y otra vez su agradecimiento total a la empresa y la disposición de trabajar para ella siempre, pues ni en sus vacaciones laborales descansa, afirma no hallarse tantos días sin realizar su labor.
“Estoy muy agradecido con Comunales, he pasado mi juventud ahí y he sido Vanguardia Nacional por años, incluso me gané un viaje a Varadero con los gastos pagados, así como un terreno para construir, estoy esperando por la licencia.
“Me siento muy bien. Donde haga falta estoy; he limpiado y pintado el baño público de la parada en el parque, sin ningún tipo de vergüenza, el trabajo es cuestión de principios y valores. He barrido el parque completo, pintado la tarima para el Primero de Mayo, siempre estoy en la brigada de choque”.
Me dijeron que usted es muy jaranero, le digo y sonríe de inmediato: “Es que me gusta y en los momentos malos uno busca una salida relajante para hacer menos pesada la carga. Hubo un sábado que tuve que enterrar cuatro fallecidos y para eso tienes que relajarte y ocuparte en lo que vas a hacer”.
Lescaille Cumbá, de 48 años y un espíritu jovial, me expresa su satisfacción por el encuentro con la prensa: “Esto es un regalo, un estímulo moral de gran peso. ¿Momento que me haya marcado? El día que comencé a trabajar en Comunales, fue lo mejor que me sucedió, pues me gradué de técnico medio en Veterinaria y cuando fui a la incubadora de pavos en busca de empleo ya la plaza estaba ocupada, entonces Comunales me aceptó.
“Me siento identificado, con sentido de pertenencia y no hallo como devolver lo que han hecho por mí, me siento en deuda, una deuda impagable y allí estaré todo el tiempo que me quede”.
Tomado del Victoria