enero 26, 2025 ¿Quienes somos?

La ciénaga de Lanier

Todos los años por estas fechas, las lluvias estacionales inundan la Ciénaga de Lanier, un tajo hídrico que separa en dos parte a la Isla de la Juventud, con notables diferencias geológicas y paisajísticas. Las lagunas interiores se multiplican y las aves migratorias llegan para anidar

Con la abundancia de alimentos en el gran pantano, los manglares de las márgenes vibran de vida con tantas criaturas en busca de pitanza: Las aves vuelan entre la floresta recolectando néctar, insectos y semillas, mientras en las aguas abiertas, de reciente inundación, millones de pequeños invertebrados proliferan entre la vegetación flotante, atrayendo a los peces y éstos, a su vez, a las numerosas aves acuáticas.

Con la lluvia millones de larvas de mosquitos se desarrollan en las aguas estancadas. Por suerte, la mayor parte de ellas no llegará a la adultez, atrapadas por grullas, gallinuelas, gallaretas, patos de Florida y otros especialistas en caminar sobre la vegetación flotante.

Gracias a la disponibilidad de alimentos, se multiplican las colonias de aves para la nidificación y algunas de ellas llegan a albergar cientos de parejas. Tal hacinamiento acarrea en ocasiones riñas entre vecinos, pero a veces la disputa acaba pronto porque el chapoteo atrae a sombras oscuras que se deslizan bajo el agua y las aves que frecuentan la Ciénaga de Lanier aprendieron a respetar a los tiburones que se adentran en esteros y canalizos.

Algunas sombras, aún mayores, también son visibles en las aguas más claras. Son manatíes buscando pasto y follaje con los que aplacar su apetito insaciable. El pacífico sirénido avanza escoltado por decenas de peces que se alimentan con el limo que levanta y las algas y parásitos que cubren su cuerpo. Su incesante actividad alimentaria es imprescindible para la supervivencia del manglar porque mantiene abiertos los canales que, de otro modo, serían cubiertos por la vegetación, privando a los canalizos y lagunas interiores del imprescindible intercambio de aguas que garantiza el oxígeno y los nutrientes a todas las especies que viven entre sus ramas y raíces.

En la Ciénaga de Lanier la perfección de la naturaleza se evidencia en la interdependencia entre los centenares de especies de la flora y la fauna que habitan en este sitio, devenido referencia obligada para la protección de la vida silvestre.


Fotos: Tomadas de la Red
Por Linet Gordillo Guillama

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