diciembre 14, 2024 ¿Quienes somos?

La hora del recuento y de la marcha unida

"Ya no podemos ser el pueblo de hojas, que vive en el aire, con la copa cargada de flor, restallando o zumbando, según la acaricie el capricho de la luz, o la tundan y talen las tempestades; ¡los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes."

(Ensayo "Nuestra América", en La Revista Ilustrada de Nueva York, Estados Unidos, el 10 de enero de 1891)

24 DE ENERO

El 24 de enero de 1880 José Martí realiza una lectura patriótica en la reunión de emigrados cubanos en Steck Hall, en Nueva York, que marca el comienzo de su propaganda revolucionaria en el extranjero.

Su tono mesurado es a veces exaltado cuando dice: “¡Oh, no! ¡no es hombre honrado el que desee para su pueblo una generación de hipócritas y de egoístas! Seamos honrados, cueste lo que cueste. Después, seremos ricos.- Solo las virtudes producen en los pueblos un bienestar constante y serio.”

También enfatiza: “Esta no es sólo la revolución de la cólera. Es la revolución de la reflexión”.

Y en la parte final de su intervención expresa: “¡Antes que cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la patria, se unirá el mar del Sur al mar del Norte, y nacerá una serpiente de un huevo de águila!”

En 1882 publica su Sección Constante de La Opinión Nacional, en la que trata sobre la fama.

Al calificarla señala que no es más que cosa casual y veleidosa; que no viene a veces sino luego de la muerte, y se niega más a aquellos por quienes es más merecida.

También escribe sobre el proyecto formulado por Estados Unidos de un Canal Interoceánico en Nicaragua, y la confección de papel de bagazo de caña.

Al año siguiente se publica en La Nación, Buenos Aires, Argentina, una de sus crónicas sobre los Estados Unidos. Refleja en el inicio de dicha crónica: Magnífica luna, de luz cara a los hombres, viaja por el cielo. Una luz blanca se esparce por la ciudad, se refleja en los techos, irradia desde el pavimento de las calles y se entra por el alma. Los trineos vocingleros colgados de cascabeles, y a la zaga de alegres caballos, coronada la cabeza de plumero de colores, asoman y se escapan, fugaces como la belleza y la ventura. Se vive como en un astro. La miseria misma parece que se limpia y argenta. Nueva York festeja sus primeras nieves.

En 1889 en El Avisador Hispano-americano, de Nueva York, aparece un trabajo de José Martí sobre Antonio Bachiller y Morales.

Martí lo califica de “americano apasionado, cronista ejemplar, filólogo experto, arqueólogo famoso, filósofo asiduo, abogado justo, maestro amable, literato diligente.”

Y al año siguiente se publica en La Nación otro de sus trabajos sobre la Conferencia Americana. Trata acerca de Sucesos varios, Noticias de América, La Argentina en la conferencia, Reconocimiento del Brasil y una crónica de la conferencia.


Tomado de Cubadebate

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