La huella arquitectónica “americana” en Isla de Pinos.
Las chimeneas.
En un paseo que realicé hace algún tiempo por diferentes lugares de la Isla de la Juventud, acompañando a mi amigo Arsenio en el viejo almendrón de su papa, visité sitios donde aún se puede apreciar la huella material que dejaron las comunidades estadounidenses en la antigua Isla de Pinos.
Partiendo de Nueva Gerona hacia el poblado de La Demajagua y otras partes del territorio pinero se puede ir observando las ruinas dispersas a ambos lados de la carretera de lo que fueran las viviendas y otras construcciones propiedad de los residentes norteamericanos que hicieron su vida en el municipio insular.
A medida que avanzábamos se alzaban a la distancia unas estructuras extrañas, ajenas a nuestras tierras; eran las chimeneas de aquellos hogares que desaparecieron con el tiempo, al ser abandonados por sus habitantes al emigrar a sus tierras ancestrales.
Aquellas viviendas, construidas de madera u otros materiales resistentes, estaban rodeadas de amplios portales columnados y grandes ventanas que permitían el flujo del viento que apaciguaba el arduo calor del trópico, pero como quien espera un crudo invierno en estos lugares y llevando acuesta su cultura arquitectónica les insertaron a estas construcciones la característica chimenea, pieza que ha permanecido erguida durante décadas desafiando el tiempo, la naturaleza y al hombre.
Este viaje tuvo como objetivo principal catalogar ese patrimonio para inscribirlo como legado histórico, cultural y arquitectónico de una época que formó parte del acontecer pinero durante el siglo XX. Por ello cada vez que detectábamos un sitio con esta peculiaridad lo visitábamos y pudimos observar que conjuntamente con las chimeneas, también había columnas, paredes, techos, partes del piso y otras piezas que correspondían a aquellas obras.
Residencia en la Tumbita.
Desde el año 1898, al territorio pinero comenzaron a arribar ciudadanos norteamericanos en buscas de mejores perspectivas de vida y por las condiciones de clima cálido y saludable de esta región, los cuales con dicha migración y asentamiento trasladaron sus costumbres, tradiciones, su sistema de valores y por tanto sus modelos arquitectónicos que caracterizaron sus edificaciones.
En la comunidad de Ciro Redondo
La cultura estadounidense, con su identidad se mantuvo latente en Isla de Pinos durante la primera mitad del siglo XX, dejando sus raíces tanto en lo tangible como en lo intangible, mediante las familias que residieron en el territorio y que crearon infraestructuras apropiadas a sus necesidades y costumbres y con estas tradiciones aparecen junto a los poblados típico norteamericanos, las necrópolis para depositar los restos de sus seres queridos.
Esta comunidad reprodujo aquí su modo de vida: estilos constructivos, bailes, música, comidas, cultivos, deportes, formas de recreación y creencias religiosas para lo cual contaban con sus espacios como las iglesias, clubes o asociaciones.
Desarrollaron el cultivo de las plantaciones de cítricos, frutas y vegetales, estableciendo rutas comerciales fundamentalmente con el sur de los Estados Unidos.
Crearon diferentes agencias, instituciones, compañías, comercios, bancos, medios de prensa plana y algunos fueron dueños de barcos de pasajeros que enlazaban a la Isla con el resto del país.
Escuela Americana: ayer y hoy
Incluso, cuando no se produjo una transculturación podemos hablar que dejaron una huella material de su paso por este lugar y que forman parte de la memoria colectiva de este pueblo y no los podemos borrar de la historia pinera porque legaron la tradición del cultivo del cítrico y de los orígenes de la cerámica, elementos que fueron retomados con un desarrollo a mayor escala, llegando a convertirlos en dos de los rubros más importantes y característicos de la economía pinera.
Aquí les hemos mostrado algunas imágenes de esa huella americana que todavía se conserva, de un pasado con sus luces y sombras, pero que forma parte integrante de la historia local. Elementos constructivos que debemos conservar porque forman parte del patrimonio arquitectónico de nuestra localidad
Hogares de ciudadanos americanos.
Por: Lic. Guillermo F. Maquintoche Vázquez.
Fotos: archivo personal.