Este 20 de mayo se cumplen 63 años de que aquel 20 de mayo de 1961 el Comandante William Gálvez inaugurara esta comunidad eminentemente ganadera, a solo dos años del triunfo revolucionario de enero de 1959. Era justo las tres de la tarde, cuando desde los altos en el balcón del círculo social, hoy casa de la cultura, se dirigió a los pobladores congregados allí para dejar inaugurada la hermosa comunidad La Victoria, la primera construida aquí por la Revolución.
Eran las primeras luces de progreso social después de aquella importante visita de Fidel el 6 y 7 de junio de 1959 en que quedó abolida la Zona Franca y se proyectó el nuevo programa integral de desarrollo de la Isla, que abarcaría a todos los ámbitos de la economía, la sociedad hasta el pensamiento y concepto de la vida de los que aquí residían en sana complicidad con los que llegaron.
Fue todo un acontecimiento, y los pobladores con sus recién estrenadas viviendas elegantemente amuebladas, vibraban de júbilo y felicidad, es esa misma población y sus descendientes, alegres y entusiastas, que de seguro un día como hoy no pasarán por alto esta fecha.
Fueron esos años representativos de un fuerte movimiento constructivo para crear las capacidades habitacionales necesarias que pudieran asentar a miles de cubanos de varias provincias del país que llegaron aquí en misiones militares, productivas y de servicio, además del vertiginoso desarrollo de la agricultura, la ganadería, las construcciones industriales y de servicio que formaban parte del Plan Mínimo de Rehabilitación Económica y Social en Isla de Pinos, que Fidel chequeaba minuciosamente.
Se recoge en la Monografía pinera que a inicios de ese año el propio desarrollo agropecuario ya señalado motivó que las ocho Unidades Productoras Agropecuarias Estatales se transformaron en ocho Granjas del Pueblo, entre ellas La Victoria, organizadas con una concepción productiva agropecuaria integral hasta 1968, aunque su plato fuerte fue la ganadería por las condiciones físicas de los terrenos, excelentes para la cría intensiva de ganado mayor, tal como se determinó.
Ello fue lo que motivó la necesidad de asentar una población estable que diera respuesta productiva a estos propósitos y la causa principal de que naciera este poblado inicialmente integrado por 50 viviendas, tienda del pueblo, círculo social obrero, centro escolar, parque con áreas verdes, acueducto y alumbrado eléctrico. Un espacio urbano que se caracterizó por su belleza física, el cuidado de las áreas verdes, la higiene, un cierto halo de equidad al contar todas las viviendas con equipamiento similar en muebles y equipos, lo que permitió también desarrollar el sentido de pertenencia entre sus habitantes.
Esta nueva comunidad nacía en un entorno mágico en el centro occidental del territorio pinero, que poco a poco llegó a asimilar la Reserva natural Los Indios, el hotel El Colony, la Mina de Oro, Punta Buenavista, la loma “La Cañada”, la de mayor elevación del territorio y a la vez surcada por los ríos Los Indios, Itabo y La Majagua, y en el área se encuentra el embalse Los Indios.
Por mucho tiempo La Victoria ha sido un paradigma de trabajo comunitario, de desarrollo de una cultura ambiental, de respeto a la naturaleza y del cultivo de buenos hábitos de sus pobladores en el cuidado de los espacios públicos creados en la comunidad. Este poblado se enorgullece de haber tenido jóvenes de mucha valía que entregaron sus vidas en el cumplimiento de misiones internacionalistas en la década del ’70 del pasado Siglo, como fueron los hermanos Melecio y Alexis Echevarría, Pedro Bueno Fuentes y Orlando Gutiérrez, los cuales constituyen paradigmas a seguir por las jóvenes generaciones por sus cualidades y alto sentido de la solidaridad y el internacionalismo al entregar sus vidas en aras de la liberación de otros pueblos.
¡Y qué decir de Paco Mir! Ese joven banés que no “llegó a esta Isla por naufragio” y sí fundó una colonia de amor, de poesía, del buen arte, del buen decir y el buen hacer en función del prójimo.
Es la alta sensibilidad de sus pobladores la dio cobija Paco y a su hermosa que nunca “llegaron aquí por naufragio”, como precisó el poeta en uno de sus versos. Allí encontró Paco un refugio especial para crear la mayor parte de su obra poética y narrativa acariciado por el perfume de los pinos y la suave brisa que baña el lugar. Creó talleres literarios, espacios de reflexión y esparcimiento para los pobladores y visitantes. No se concibe hablar de La Victoria sin tener presente la figura de Paco Mir.
Pero llegó a ser esta primera comunidad pinera referente mundial del desarrollo ganadero cuando en la Vaquería No. 5 el ejemplar Ubre Blanca, se alzaba con el récord mundial en producción de leche, precisamente el 25 de enero de 1982 con 110.9 litros de leche extraídos en tres ordeños; así se convertía además, en la vaca más famosa que ha dado Cuba hasta nuestros días.
A esa tierra bendecida que acogió a ese ejemplar recordista mundial llegó en múltiples ocasiones el Comandante en Jefe Fidel Castro varias veces acompañado por científicos, especialistas y amigos de otras latitudes para que apreciaran de cerca a ese bello y productivo ejemplar. Ubre Blanca alimentó el sueño de la genética cubana y de la producción nacional; tuvo como médico de cabecera al entonces joven veterinario Jorge Alberto Hernández Blanco bautizado por Yoyi, que desarrolló una excelente labor, junto al ordeñador y jefe de la vaquería Arnoldo Carreño, quien realizaba su labor armonizada por la música mexicana que brotaba de su radio, acompañado además por el loable desempeño de los ganaderos de la comunidad que estuvieron al frente de la atención a la vaquería, quienes ejecutaban la siembra y cosecha de las plantas proteicas, la preparación de cuartones, la inseminación, entre otras labores.
Este logro le permitió a La Victoria exhibir en sus áreas verdes a la entrada de la comunidad, la única escultura de Ubre Blanca hecha con mármol pinero por los artistas visuales Luis Ruz y Abelardo Echevarría, como símbolo de que esa tierra le pertenece y ella es uno de sus importantes símbolos.
La Victoria también ha sido bendecida por su riqueza natural con varios sitios y áreas que se destacan por su belleza y utilidad para la sostenibilidad ecológica y el desarrollo del turismo. En su espacio jurisdiccional se declaró el Área Protegida a la reserva ecológica “Los indios” y el Área Protegida de Recursos Manejados “La Cañada”, que resulta ser esta última, la mayor elevación del territorio con 303 m sobre el nivel del mar, con unas prolíferas flora y fauna autóctonas, enriquecida esta última con especies importadas que encontraron su lecho apropiado para subsistir y desarrollarse.
La Reserva Ecológica “Los Indios” constituye uno de los refugios de fauna más importantes de Cuba. Posee un paisaje atractivo donde resalta el multicolor plumaje de las cotorras, el carpintero verde, el jabao, y qué decir de la grulla y la jutia carabalí; además, posee una vegetación en la que reinan más de 60 especies vegetales distinguiéndose la “Sangre de Doncella” y otras plantas carnívoras autóctonas por las cuales también se distingue. Está formada por sabanas blancas incluyendo una variedad de hábitat, como diversos tipos de bosques siempre verdes, manglares, ríos, esteros, canales, ensenadas, lagunas costeras y mares poco profundos que albergan una variada y rica diversidad biológica.
Es justo en este aniversario 63 recordar al especialista de Flora y Fauna Adolfo Piñeiro, quien se erigió como paradigma de conservación y dedicó su vida a la preservación, protección y reproducción de la cotorra como ave autóctona en peligro de extinción y símbolo del territorio pinero, a la conservación de la grulla y la protección del área, creando condiciones apropiadas para convertirla en sitio natural insigne de estas especies endémicas.
Como curiosidad les comentamos que en febrero las cotorras comienzan a formar sus parejas y la elección de la cavidad, mientras que abril y mayo son los meses de mayor puesta y nacimiento. Es en esta etapa cuando se coleccionan los huevos de los ejemplares en cautiverio.
Otra de las importantes actividades económicas que tiene La Victoria en su demarcación es el hotel “El Colony”, construido en la década del ’50 del pasado siglo e inaugurado el 31 de diciembre de 1959; está ubicado en la bahía de Siguanea, en una playa paradisíaca que ofrece múltiples servicios de buceo, deportes náuticos variados, y de mucho valor por años ha sido la creación del Centro Internacional de Buceo que funciona como rector de las actividades acuáticas del área.
Esta instalación aguarda una rica historia con la presencia de corsarios y piratas antaño que hoy dan brillo y despiertan interés de los turistas que a él asisten.
La Victoria enriquece su historia, y en este 63 cumpleaños se crece ante las adversidades y continúa con su mayor tesoro: El pueblo, creando, cantando soñando y trabajando #PorUn26EnEl24.
Apuntes: La Victoria 1
Por Redacción Web
Fotos de archivo y la red