Las Señoritas 13 de Marzo.
El 13 de marzo de 1925 se recibe a través de los equipos del centro radiotelegráfico de la Isla, la grandiosa noticia de que el Senado norteamericano había ratificado el Tratado Hay- Quesada, que devolvía la soberanía de Cuba sobre Isla de Pinos.
El pueblo pinero sale a las calles a celebrar el acontecimiento. Nos cuentan que todos corrían de un lugar a otro, unidos en un mismo abrazo, sin distinción de clases, sexo ni edades, mientras que durante la marcha, el maestro Fernando Bayo Soto disparaba un viejo cañón en cada esquina. Se trajo una orquesta de Batabanó y la celebración se prolongó durante días, con bailes y fiestas desbordantes de júbilo popular.
Era una locura. Se cantaba el himno nacional, el himno Invasor, se recitaban poemas alusivos al hecho. Se brindaba con espumosa sidra por la República cubana y por el futuro de nuestra Isla.
A partir de estos hechos, el 13 de Marzo se convirtió para los pineros en un grandioso día de festividad que sobrevino en tradición.
Toda la Isla era una fiesta, principalmente en Nueva Gerona, donde se podía disfrutar por el día de carreras de cintas a caballos y de sacos, de un juego de pelota donde nuestros peloteros, se medían con algún equipo de La Habana o de Batabanó; también de peleas de gallos, el palo encebado entre otras distracciones, a donde acudían las conocidas “mascaritas”, personas disfrazadas con la cara empolvada de tal manera que resultaba difícil identificarlas.
Elección y coronación.
Por la noche llegaba el gran momento por todos esperados, la coronación de nuestra Reina “Señorita 13 de Marzo”, que ya había sido elegida mediante un escrutinio efectuado por la directiva de la Sociedad Popular Pinera, determinado la candidata que más papeletas había vendido, era declarada la Reina y las damas de honor las que habían quedado en segundo y tercer lugar respectivamente. Alrededor de las nueve de la noche todos permanecían en la sociedad bailando al compás de la música de alguna orquesta que había venido de la Habana u otro lugar del país.
A las diez de la noche se anunciaba que se iba a proceder con la coronación de la Reina, que ya iba haciendo su entrada por la puerta principal de la Sociedad con su corte de honor, iban hasta el final del salón donde ya se había instalado un trono, se sentaba con sus damas a su alrededor para comenzar el acto. Alguna personalidad de la ciudad pronunciaba un discurso sobre el 13 de Marzo y después el alcalde procedía con la coronación oficial de nuestra Reina, comenzando entonces el baile, bailando hasta altas horas de la madrugada, en un ambiente sano y familiar.
La Sociedad Nuevo Progreso, que congregaba negros y mulatos se sumaba al acontecimiento, desplegando diferentes actividades que incluía la selección de su Señorita “13 de Marzo”, la que también era coronada por el alcalde o una personalidad local en una ceremonia que concluía con un baile siempre amenizado con una orquesta local o traída de La Habana .
Esta tradición se observó hasta el triunfo de la Revolución cubana en 1959, la que eliminó estas sociedades excluyentes y discriminatorias en todo el país. En la entonces Isla de Pinos, la Sociedad Popular Pinera se transformó en un círculo social al igual que la Sociedad Nuevo Progreso. Hoy el edificio de la primera está ocupado por la Casa Municipal de Cultura de Nueva Gerona y el de la segunda por la Biblioteca Municipal Julio Antonio Mella.
En la Isla de la Juventud esta práctica festiva continuó con otros aires en correspondencia con los nuevos tiempos que se vivían. Comenzó a festejarse los carnavales, eligiéndose previamente una Reina o la Flor y sus capullos, fiestas que derivaron en los Festivales de la Toronja y en las actuales Fiestas Pineras.
Ya no se eligen Señoritas 13 de Marzo, ni Reinas, ni Flores y sus Capullos, pero sería interesante recuperar esta costumbre como parte de nuestras fiestas para darle color y prestancia a una conmemoración histórica- cultural que surgió de un acontecimiento que demostró y elevó el espíritu patriótico, de soberanía e independencia, de este territorio que siempre quiso estar en los brazos de la Patria.
Por: Lic. Guillermo F. Maquintoche Vázquez.
Fotos: archivo personal.