Los tesoros de La Cañada
En el centro oeste de la Isla se levanta la Sierra de Cañadas, una referencia orográfica en la geografía pinera pletórica de curiosidades.
Observada desde lejos guarda parecido con un serrote descomunal, como si un gigante mitológico lo dejara abandonado allí, después de cortar la isla en dos, con un tajo por la Ciénaga de Lanier. Lo primero que llama la atención es el nombre, pues no queda claro si fue bautizada así en honor al marqués de La Cañada, don Juan de Tirry y Lacy, quien fuera el primero en explorar a fondo y hacer una descripción sustanciosa de todo el territorio insular, o tal vez se deba a los innumerables arroyos y caladas de aguas pristinas que corren por sus laderas para engrosar los cauces de los ríos Las Nuevas, San Pedro, Cisterna y otros de menor caudal.
Las singularidades de la Sierra de Caladas comienzan por la cresta de pinos que recorre toda su cima, a diferencia de la Sierra de las Casas y la Sierra de Caballos, cuyas entrañas pletóricas de mármol, no permiten que prospere el árbol emblemático de esta Isla. En cambio, la Sierra de Cañadas con su suelo de esquisto en parte arenoso, le asienta de maravilla a ese símbolo vegetal de nuestros predios, y junto a la palma de manaca, es una de las plantas con mayor presencia en esas elevaciones.
Pero no es lo único curioso: allí se encuentra la mayor elevación de todo el municipio especial, el techo de la Isla, con algo más de 309 metros sobre el nivel del mar.
Como si eso no bastara, en el lugar descansa la roca más añeja de todo el Caribe con más de 160 millones de años de existencia y propuesta como Patrimonio Natural en virtud de la nueva Ley de Patrimonio.
En la Sierra de Cañada junto a los árboles centenarios, crecen delicados helechos y bellas orquídeas, junto a la manzanilla silvestre y la cotizada caoba. En su fauna las aves destacan por su variedad y colorido.
Resulta llamativa la presencia allí de mineral de cuarzo, una piedra semipreciosa que, según los mineros empíricos, donde se encuentra ésta, casi siempre también hay oro. ¿Será cierto?
En La Sierra de Cañadas se creó la primera área protegida de recursos manejados y es administrada por la Empresa de Flora y Fauna. Sin dudas un verdadero tesoro ecológico con enorme potencial para el turismo de naturaleza que no debemos desaprovechar.
Sierra de Cañada; Sitio enriquecido por la flora y la fauna.
Por Linet Godrdillo Guillama
Fotos tomadas de la Red