Nación y Emigración: Los que aman a Cuba
La IV Conferencia La Nación y la Emigración ha reunido a participantes de diversas latitudes que han compartido sus experiencias y reflexiones sobre la identidad cubana y el acercamiento entre los cubanos dentro y fuera de la isla.
Orlando Terré Camacho, educador cubano residente en Perú y presidente de la Asociación Mundial de Educación Especial y la Organización Mundial de Educación, Estimulación y Desarrollo Infantil (OMEDI), expresó su privilegio y honor al participar una vez más en estas conferencias.
Terré Camacho destacó los logros obtenidos en las ediciones anteriores de la conferencia, que han contribuido a fortalecer la identidad cubana tanto en la isla como en el extranjero.
Según el profesor, en esta cuarta edición ya no se puede hablar de cubanos de fuera y de dentro de la isla, “sino de la conquista de sentirnos todos cubanos”. Para él, participar en esta conferencia es un símbolo de amor por Cuba, un abrazo a la isla, a las familias cubanas y a la historia que los engrandece.
A pesar de haber dejado Cuba en 1991 por amor y establecerse en Perú, Terré Camacho enfatizó que siempre ha mantenido su conexión con la isla.
Se considera discípulo e hijo de la Revolución, y ha defendido la cultura y los principios cubanos. Entre los temas que considera relevantes en esta conferencia, mencionó la descolonización del pensamiento y resaltó que todos son cubanos, mientras la bandera cubana los mira orgullosa.
Mariana Gastón, cubana residente en Estados Unidos, también compartió su experiencia y reflexiones sobre el acercamiento entre los cubanos en el exterior y en la isla.
Mariana regresó a Cuba hace muchos años con el deseo de reconectarse no solo con su niñez, sino también con los cambios que experimentaba la Revolución. Antes de los encuentros de La Nación y la Emigración, Mariana y otros cubanos en Estados Unidos realizaban actividades para fomentar el acercamiento, incluso en momentos complejos.
Mariana relató que fueron jóvenes audaces que se unieron a movimientos políticos en Estados Unidos, como el de Martin Luther King contra la discriminación y el movimiento contra la guerra de Vietnam. A través de revistas, foros y proyecciones de películas cubanas, atrajeron la atención de otros y formaron la Brigada Antonio Maceo.
El primer regreso a Cuba fue significativo para ellos, no solo a nivel personal, sino también como parte de un proceso colectivo que buscaba un futuro posible.
El reconocimiento y la oportunidad de ser escuchados en Cuba fue motivo de satisfacción para los brigadistas, ya que representaban a un sector de la comunidad cubana en el exterior que buscaba el acercamiento. Además, muchos de ellos tenían a sus padres en la isla y no los habían podido ver desde su partida, por lo que el regreso simbolizaba un reencuentro familiar.
Mariana hizo referencia a la diversidad de la comunidad cubana en el exterior y mencionó la existencia de un sector hostil, aunque considera que no representa a la mayoría.
Destacó que la apertura de la reunificación familiar en 1978 permitió que cientos de miles de cubanos regresaran a Cuba, superando el miedo y las presiones existentes.
Para Mariana, la identidad cubana une a todos los cubanos en todo el mundo, más allá de las diferencias políticas, y les permite reconocerse como nacionales y cubanos en el exterior.
Tomado de Cubadebate