Naturaleza pinera
Entender la naturaleza de esta Isla no es tarea sencilla. Lo que en la actualidad son mares de escasa profundidad como los que rodean estos piélagos, antaño fueron suntuosos pantanos de agua dulce que dieron abrigo a todo un abanico de variopintas criaturas, incluida ésta, la jutía.
Esos grandes roedores siguen habitando la isla en la actualidad y suelen permanecer en los troncos más elevados para huir del agua porque…motivos no le faltan. Hay otra criatura que habita también en los pantanos: el temido cocodrilo cubano, que pueda alcanzar los cuatro metros de largo y los 130 kilos de peso. Como si fuera poco, también tiene fama de ser el más agresivo del mundo.
Este espécimen evoluciono aquí hace dos millones de años y lo hizo junto a la jutía, quien no pocas veces, debe echarse al agua en busca de comida y… desde luego, no son las mejores nadadoras de la isla, ni las más veloces. El revuelo que arman alerta a los cocodrilos y caer en sus fauces es solo cuestión de tiempo.
El cocodrilo, por su parte, ha evolucionado para poder cazar jutías y no solo en el agua. Tal vez confiemos en que mientras permanezcan en lo alto de un árbol no corran peligro. Sin embargo, a veces las apariencias engañan.
Los saurios tienen un olfato muy fino y les resulta muy fácil captar el olor que flota en el aire, a veces a la distancia de más de un kilometro.
Nadan lentamente guiados por ese aroma que los atrae. La jutía está a más de dos metros sobre agua, pero este pariente de los dinosaurios sabe muy bien como alcanzar su objetivo.
La jutía no tiene escapatoria, mientras el cocodrilo cuenta con todo el tiempo del mundo para mejorar su marca como saltador de altura.
En el entorno natural la lucha por la supervivencia entre el depredador y la presa, entre el cazador y su posible alimento, es un ciclo vital que se mantiene desde el principio de los tiempos, allí donde el hombre no ha irrumpido con su proverbial devastación y la naturaleza permanece intacta, y con ella la lucha por sobrevivir en un entorno a veces hostil y siempre desafiante.
Por: Linet Gordillo Guillama