Tour con una historia de vida a cuestas II

Después de una amena mañana en la casa de abuelos “Alegría de vivir” en Nueva Gerona, ya es la una de la tarde, y hay que apurarse para llegar a tiempo al Museo Municipal de Historia, porque será allí la nueva acción promocional de la estudiante Ana Isa Verdecia que anda con su Historia de Vida a cuestas; ahora en el ámbito profesional de la Cultura.

Allí aguardan Celia Hardy Rodríguez, Directora Patrimonio, Zoila Varela, Directora del Museo Municipal, Beatriz Gil Sardá, especialista en la Oficina de Monumentos y Sitios del centro municipal de Patrimonio Cultural,  el Lic. Guillermo Maquintoche responsable de dicha oficina en el territorio, y Guislaine Mesa Ruz, Comunicadora de la Dirección Municipal de Cultura, acompañados por los trabajadores de Patrimonio y del museo, profesores de la escuela de arte Leonardo Luberta Noy, y otras personas interesadas que conocieron de la actividad promocional y llegaron hasta allí.

Difícil auditorio para la estudiante, era casi como realizar el acto de presentación de la culminación de estudios. Ella imaginaba que su artista era bien conocido en ese ámbito y sería más fácil, pero comprobó que no era exactamente así y se esmeró aún más en su disertación.  Indudablemente hay falta de información, de ahí la necesidad de no “guardar las historias de vidas en papeles, soportes digitales o gavetas”; las historias son para promoverlas, divulgarlas, hacerlas saber a la comunidad, a los interesados, a las personas que trabajan en el mismo sector, porque no todas coinciden en el tiempo en que se desarrollaron, pero no es una práctica que se realice comúnmente, y resulta muy importante hacer conciencia de ello en el ámbito comunitario, que es donde convivimos todos.

El Preámbulo del museo, convenientemente preparado, estaba engalanado con la presencia de una pieza original que presidía la sesión. Era “Mujer Africana”, una obra que cuelga de una pared a punto de cumplir los 18 años en la Sala Internacionalista del Museo Municipal, que al decir del poeta y periodista Julio César Sánchez Guerra, entonces presidente de la Sociedad Cultural José Martí, en el artículo del Victoria en que magistralmente reflejó la donación hecha por el artista al Museo, cuando refería: “Es la “Mujer Africana” rodeada por la magia de los cauris que anuncian muchos ojos, lleva las manos sobre el vientre abierto, origen vital de nuestras raíces más antiguas" .  Algunos de los presentes, sobre todo las veladoras y guías, lo conocían, una buena parte no. Su autor es precisamente el artista que Ana Isa decidió tomar como objeto para realizar su Historia de vida: Rafael M. Calvo Gonzalez.

Fue un intercambio enriquecedor, las personas allí reunidas por más de dos horas quedaron estimulados con el alcance de la obra de Calvo, y la calidad del video inicial que promueve la vida del artista y su obra, las confesiones de padres, amigos, vecinos, colegas y personalidades de la Cultura como Eusebio Leal, la Premio Nacional de Literatura Nancy Morejón, opinando sobre la obra junto al director de la Revista Opus Habana de la Oficina del Historiador, el DrC. Argel Calcines, conforman una trilogía de consideraciones sobre la obra que es para respetar.

Se habló de la necesidad de promoción de este tipo a los artistas, no solo de la plástica, también los músicos y escénicos, aunque estos últimos realizan su labor frente al público y son más estimulados mediante los aplausos.

Ana Isa expresó una frase durante el intercambio que de seguro hizo reflexionar a los asistentes: “El artista es los cuadros que pinta”, en ellos va su idea, su pensamiento, su estado de ánimo, la forma de ver el mundo, la naturaleza, el barrio, los amigos, la familia, y hasta  la esposa, los padres y la hija, que en el caso de Calvo, por ejemplo, pueden estar fuertemente concebidos en uno de los infinitos puntos que tiene una obra, pero al menos,  él los identifica, y es suficiente.

Ana Isa agradeció la asistencia de tantas personas bien ocupadas por su responsabilidad, y la especial atención e interés mostrado durante el intercambio, que de seguro puede abrir nuevos espacios para encuentros similares, u otros en que se muestren las obras.

Un  fuerte aplauso, casi ovación, cerró el productivo e histórico encuentro, que abre un camino por el que se puede transitar pero, ese acto, quedó sellado como un punto de partida.


Texto y fotos Redacción Web y colaboración

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