“Un escudo que aún abrazan los pineros”
Reza en la historia que el siete de marzo de 1933 fue aceptado el escudo pinero, que había sido pintado al óleo por la pinera Adriana Serra Bayo y entregado al ayuntamiento por Ramón Llorca Soto, el 14 de febrero de 1933, para que fuera aprobado como escudo oficial de la Isla.
En sesión extraordinaria el día 7 de marzo de 1933 fue aceptado el escudo, que desde ese memorable día constituye uno de los símbolos identitarios de este territorio insular cubano; pero ese escudo aprobado tiene su historia y la vamos a contar.
El origen del escudo se debe localizar en septiembre de 1924 cuando el entonces Alcalde pinero Ramón Llorca Soto, ideó y diseñó el Escudo Oficial del otrora territorio de Isla de Pinos, ante la solicitud de la casa encargada de confeccionar un vistoso diploma para declarar “Hijo Adoptivo” al doctor Osvaldo de la Paz, quien por entonces hiciera bastante defensa de los derechos pineros todavía en entredicho, pues la Enmienda Platt de hecho lo ponía en duda, al no considerar la Isla parte de Cuba.
En la Revista Isla No. 2 de 1956, fue publicado el argumento y diseño realizado por el referido Alcalde que dice: "Nuestros Ideales Patrios nacen y crecen recios y elevados como un pino y fuerte como las rocas de nuestras montañas, caldeadas por el sol de la libertad".
Como bien se ha descrito, el escudo tiene la forma de una adarga ojival con los dos extremos superiores cortados; como a una cuarta parte del campo y en medio de un valle sale un pino criollo cuyas ramas llegan hasta la parte superior y detrás de éste tres montañas, a cuyo fondo y por detrás de ellas, el disco solar, al que se le ve la mitad de su hemisferio superior, esparce sus rayos por todo el cielo del paisaje. Una rama de encina y otra de laurel, cuyas puntas se inclina hacia dentro sobre el eje, por los lados derecho e izquierda respectivamente orlan el escudo, rematando la parte superior una estrella cinco de puntas. Si comparáramos el escudo pinero con el escudo nacional podíamos apreciar que tal como se muestra el escudo nacional, en el escudo pinero se utilizan elementos del paisaje natural que destacan la cubanía de la Isla; el verdor de los campos y el azul limpio del cielo de la patria. Las ramas de encina y laurel entrecruzadas expresan iguales símbolos que en el escudo nacional, mientras que la estrella, la independencia e integridad del país.
En la siguiente ilustración demostramos las similitudes entre ambos escudos caracterizados por su profundidad identitaria en la que se muestra en primer plano la imagen del árbol de un pino criollo con su forma erecta y gallarda, en postura identitaria a la Palma Real del Escudo Cubano captando en primer plano la atención del observador, el cual constituye la máxima representación identitaria del medio natural pinero aportando simplicidad, equilibrio al diseño y estabilidad en la estructura de este símbolo. Estos recursos expresivos, de identificación con los de la nación, propician los sentimientos de amor a Cuba, y la aceptación plena de su soberanía sobre Isla de Pinos, hoy municipio especial Isla de la Juventud.
Lo cierto es que esos pineros rellollos que volcaron todos sus sentimientos y oficio a la creación de un identitario territorial como es el escudo, tan significativo, que rompieron los límites del tiempo y aún hoy, después de nueve décadas de su aprobación, continúa como uno de los símbolos identitarios a este territorio insular cubano junto a otros por su valor histórico, natural y social como son el buque El Pinero, el árbol de pino criollo, la flor de azahar, la cotorra y el sucu-suco, aprobados y/o ratificados todos en sesión de la Asamblea Municipal del Poder Popular.
Por Sergio I. Rivero Carrasco