Antiguamente era un solar yermo, paño de terreno de la finca de Germán Romillo, donde existía en uno de sus extremos una humilde casita de madera que el pinero Gerardo Sánchez Acosta la reparó y acondicionó convirtiéndola en su vivienda. Con posterioridad, Gerardo “El Negro”, así conocido por todos, levantó una especie de cafetería rústica de madera con techo de guano y zinc llamada “El Cañonazo”.
En la década de los 1960, y debido a que dicho lugar estaba ubicado dentro de una zona de desarrollo de viviendas, su propietario fue reubicado y fue construida una nueva cafetería, conjuntamente con el parque popularmente llamado “de las Cotorras”, en un estilo moderno con paredes de ladrillos y techo de placa de hormigón armado, rebautizándosele con el nombre de “La Cocinita” como actualmente se le sigue conociendo.
Con el tiempo se le han realizado remodelaciones, ampliándose hasta cubrir toda la manzana, y en el año 2014 se convirtió en una cooperativa no estatal, siendo uno de los establecimientos más frecuentado por los pobladores.
Nota curiosa: Gerardo Sánchez Acosta fue el primer niño que nació en el primer hospital que tuvo Isla de Pinos y lo bautizaron con este nombre, en honor al entonces presidente de la república Gerardo Machado Morales, quien gestionó un presupuesto estatal para la construcción del referido centro médico. Su llegada al mundo en manos de la partera “Cachita” (Caridad Pérez Morell) se produjo el 18 de agosto de 1925. Cuentan que era una persona muy afable, carismática, de buen carácter que siempre mantenía una sonrisa para con todos y era muy ágil atendiendo a los clientes en su café, a los cuales trataba con amabilidad, pero nunca permitió que mancillaran su hombría y el que osó cuestionarla recibió una paliza propinada por sus puños en limpia pelea. En una visita que realizó el presidente Batista al territorio, Gerardo le gritó ¡Asesino! y aunque no fue reprimido tuvo la advertencia de la policía. Falleció el 9 de septiembre de 1989 en su tierra pinera (N. A.).
Tomado de un documento familiar de 1959 y de testimonios de algunos que lo conocieron.
Autor: Lic. Guillermo Fabián Maquintoche Vázquez.
Fotos: archivo del autor.