marzo 20, 2025 ¿Quienes somos?

Un revolucionario convencido

Ser miembro de las Tropas Guardafronteras (TGF) es, más que un camino en la vida, más que una elección: es una vocación a ultranza de defender cada palmo del sagrado suelo de la Patria. Así lo confirma el capitán Luis Alberto Rives Pacheco, jefe del puesto de TGF Cayo Piedra, en la Isla de la Juventud.
"Formarse como combatiente de las Tropas Guardafronteras no sólo exige voluntad, sino también una excelente preparación física y mental", asegura este veterano con más de veinte años de servicio. “Caminar la costa no es tarea para débiles: el diente de perro, los manglares, el agua y el lodo pantanoso demanda una resistencia física considerable. Y a eso se suma la atención a los detalles, tanto en el mar, como en el litoral y sus áreas aledañas, y todo eso bajo el sol inclemente, la lluvia y las plagas de insectos, que en nuestra área son implacables.


“El puesto de TGF de Cayo Piedra es el único acceso al sur de Isla de Juventud, la mayor área protegida del municipio especial y eso amplía nuestro trabajo al control de personas y vehículos que acceden al lugar para evitar cualquier ilegalidad, además de mantener estrechos vínculos de trabajo con el Cuerpo de Guardabosques para evitar la extracción ilícita de recursos, en especial de especies protegidas”, agregó.


“Vigilar nuestras costas es una tarea en la que no hay días de descanso, porque somos la primera línea de defensa, y de nosotros depende la protección de nuestras costas y con ella, la tranquilidad de la ciudadanía.


“Las salidas ilegales del país constituyen un problema que pone en peligro la vida de muchas personas, incluidos menores de edad; evitarlas es una de nuestras principales tareas, como también lo es prevenir cualquier infiltración enemiga en el territorio nacional.


“Por otra parte tenemos los recalos de droga, muy recurrentes en el Sur de Isla de la Juventud, y constituye un deber irrenunciable para nosotros, detectarlos oportunamente para su posterior destrucción, antes de que puedan ser escamoteados por individuos inescrupulosos que intentan lucrar con ese flagelo social.

“En nuestras filas tenemos muchos jóvenes, especialmente los que hacen el Servicio Militar. A ellos no solo los capacitamos para nuestras tareas cotidianas, sino que también los preparamos política e ideológicamente para nuestro trabajo. Si cuando cumplen su tiempo de servicio, deciden quedarse entre nosotros, tienen la posibilidad de hacerlo si cumplen con los requisitos exigidos:
El principal de ellos: ser un revolucionario convencido.


Texto y foto: Linet Gordillo Guillama

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