Hoy 13 de marzo constituye para los pineros un día de gloria y de Victoria, desde hace 98 años, que en esta misma fecha de 1925, llegó la noticia al antiguo telégrafo de Nueva Gerona que había sido firmado por el Congreso de Estados Unidos el Tratado “Hay Quesada”, mediante el cual el territorio pinero recuperaba la soberanía cubana después de 24 años de duro batallar de los cubanos, excluidos por el Artículo 6 del engendro que significa La Enmienda Platt.
Esta fecha de singular interés, guarda heroicos pasajes de la lucha de los cubanos desde el movimiento juvenil presidido por Julio Antonio Mella, quien rechazó con particular fuerza el servilismo oficial que le hacía el juego a las pretensiones yanquis expresando con toda razón que: “Darnos Isla de Pinos es un acto natural, siempre fue nuestra”.
Junto al movimiento juvenil las acciones de los pineros se hicieron presentes al unirse en un solo frente nacional, donde se crearon organizaciones de carácter nacionalista como la Columna de Defensa Nacional de Isla de Pinos y el Comité Patriótico Pro- Isla de Pinos, además de destacados intelectuales, científicos y personalidades del país.
En varias ocasiones el MsC. Roberto Únger Pérez, Historiador de la Isla, al referirse a la celebración ha expresado la significación de ese hecho para el fortalecimiento del sentimiento nacional y local, así como para la continuidad de la lucha antiimperialista frente a las ansias del Imperialismo de poseer por todos los medios al país, mediante un diferendo que alcanza una connotación histórica:
“No fue este acto una regalía yanqui, como expresó Mella, ni solo el resultado de las negociaciones diplomáticas formales, ambos factores incidieron entre 1823 a 1925. Fue una victoria de todos los cubanos en un año del Despertar de la Conciencia Nacional, luego del letargo político en que fue embaucada toda la nación por la intervención yanqui y los que traicionaron el propósito martiano de una República ‘Con todos y para el bien de todos’.
“Aún retumba en la calle José Martí de Nueva Gerona la alegría de los pineros de entonces, cuando el joven telegrafista Juan Blanco recibió el cablegrama con la información de la ratificación, y corrió hasta el Ayuntamiento ubicado en lo que es hoy el Museo Municipal de Historia para informar a las autoridades de tamaña noticia.
“La reacción del pueblo pinero fue una gran manifestación popular que enarboló, nuestra Enseña Nacional, la única que siempre han tenido y reconocen los pineros de todos los tiempos, que nunca han sido anexionistas ni invasora a otra nación, y que confirmó desde entonces, no solo la proclamación de la cubanía de sus pobladores, sino la voluntad de quererlo ser.
“De hecho este acontecimiento marcó un hito muy distinguido en la identidad pinera que forma parte la aprehensión de la cubanía, sintetizada en la expresión “Más pineros, más cubanos”. ¡Qué viva esta Isla siempre Cubana!”
Para los cubanos está muy claro que el 13 de marzo constituye una fecha que estamos obligados a recordar para no olvidar el peligro del anexionismo que circula por las venas en cada acción del imperio, pero también nos confirma aquellas tradiciones culturales que consolidan la unidad nacional.
Lo más importante de esta celebración no es exactamente la festividad en sí misma, sino el triunfo que representa de la cultura, la fortaleza de los valores que seamos capaces de mantener vivos y reasentar de una generación a otra. Es entonces el 13 de marzo, una fecha que trasciende lo político y va más allá; es un momento para rendirle culto a la soberanía de todo un pueblo que mantiene vigente la alerta que hiciera José Martí en la carta inconclusa a su amigo mexicano Manuel Mercado el día 18 de mayo de 1895:
“…ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber (…) de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso…”. Esta especie de testamento político martiano nos ha acompañado como principio hasta nuestros días.
El 13 de marzo continuó haciendo historia cuando en esa misma fecha, pero de 1957, los revolucionarios pineros se unen al duelo nacional por la muerte de José Antonio Echeverría durante el Asalto al Palacio Presidencial y otros valerosos jóvenes, signándolo entonces como un día de Gloria y de Victoria, transitando de manos con la historia, para ratificar una vez más, que esta Isla será ¡Siempre cubana!
Por: Sergio I. Rivero