A 65 años del primer trabajo voluntario
Después de mucho andar por los aportes del pueblo a la economía del país con un alto nivel de conciencia y convocatoria, vienen a nuestra memoria cuando aún pequeños los de nuestra generación, fuimos testigos del primer aporte voluntario masivo y alegre del pueblo.
El parque de nuestra ciudad natal se rodeó de camiones con banderas y pancartas alegóricas a la zafra. Esa primera vez la convocatoria allí fue al corte de caña para alimentar al central que iniciaba la zafra, aun paradigma hoy de la producción azucarera en el país con grandes aportes al sector.
La idea inicial no salía de la nada, precisamente comenzó en Santiago de Cuba con el propósito de enfrentar la acción diversionista de los elementos contrarrevolucionarios para sembrar incertidumbre y la deserción entre el campesinado.Fue precisamente un cinco de noviembre en el hoy central azucarero Bartolomé Masó, donde se concibió por el Che el trabajo voluntario como aporte y apoyo, en esta ocasión, a la construcción de la ciudad escolar para unos 20 mil niños en la Sierra Maestra, jornada que tuvo su inicio el día 23 de noviembre de 1959, teniendo como antecedente una jornada masiva convocada por el comandante Manuel Piti Fajardo con igual propósito.
Ese día, sobre la cama de un camión, el Ché explicó a los presentes la gran importancia que tenía esa labor en la cohesión de las fuerzas más importantes de la de la naciente Revolución, momento en el que expresó: Hoy juntos, obreros, campesinos y estudiantes, con su Ejército Rebelde, vamos a ayudar a construir la nueva Cuba. Como ayer juntos estuvimos en la lucha contra la tiranía, hoy tenemos que luchar contra los que nos quieren dividir con fantasmas, mitos y prejuicios.
() juntos garantizaremos la construcción de la Ciudad Escolar para los veinte mil niños campesinos de la Sierra Maestra. Esta escuela será un símbolo permanente de la alianza obrero-campesina donde se asienta nuestro poder revolucionario. El llamado realizado por el Che se extendió en el tiempo como práctica revolucionaria de todo el pueblo, y especialmente de los jóvenes, protagonistas todos del aporte consciente sin que ello implicara remuneración alguna, lo cual significaba una gran satisfacción. Ha sido el trabajo voluntario parte de la educación ideológica, fomento de valores, del sentido de aportar por todos sin interés material alguno, como a partir de los años 60 realizaron jóvenes de toda Cuba para recuperar lo perdido y avanzar mucho más en esta Isla de todos. Hoy también se traduce en convertir en pensar y el hacer en una actitud cotidiana para sentir como país, con el corazón en las manos y la satisfacción de hacer siempre el bien para muchos.
Por Redacción Web
Foto Gerardo Mayet Cruz