Crónica de la Jungla: El Hechizo

Deslumbra al caminante la verde quietud del entorno natural. Solo el trino de las aves que han hecho de este su hogar y el susurro de la brisa perdida en la floresta quiebran el silencio centenario en la Jungla de Jones.

Es ese apacible remanso el tronar enloquecido de la vida diaria se toma una pausa, y las preocupaciones se desvanecen entre tanto verde que parece infinito.

Tal vez por eso aquí se asentaron primero las familias que después seguirían rumbo a Santa Fe para levantar allí el primer poblado pinero. Tal vez por eso la estancia en estos predios se convirtió en complemento de salud para quienes iban por tratamiento a los manantiales sanadores que dieron fama a esa comunidad primigenia.

Lo cierto es que aquí la naturaleza se toma en serio su poder curativo, y como con un toque de magia aparta del visitante todo pensamiento inquietante.

Este espacio verde es mucho más que un sitio ecológico, que un cúmulo de verdes o que una colección vegetal con tintes exóticos. Es un paraíso para curar los males del alma y un homenaje perpetuo a quienes pusieron las manos y el sentimiento para crear este paraíso natural en el corazón de la Isla.


Texto Linet Gordillo Guillama
Fotos: Jaime Prendes y Croma