El Padre Varela nos enseñó a ser patriotas
“La patria a nadie debe,
Todos sus hijos le deben su servicio”.
Félix Varela
A 234 años del natalicio del eminente e independentista cubano Félix Francisco José María de la Concepción Varela y Morales, para los cubanos sencillamente “El Padre Varela”, continúa tan vivo, su acertado pensamiento y acción patriótica, que su luz nos sigue iluminando para enfrentar estos tiempos de tormenta agresiva y antipatriótica que promueve nuestro principal adversario.
Porque este hombre no fue un reformista como algunos han apuntado; tampoco un independentista ni un integrista como en ocasiones lo han calificado; Varela fue solo un nativo con una peculiar visión de lo cubano que superó lo criollo y que nos acerca por fin a lo que conoceremos como Patria: Por eso nos enseñó a ser patriotas.
El Padre Varela fue también sacerdote, maestro, escritor, filósofo y político cubano; el primero que enseñó a los cubanos a pensar en el patriotismo… en la nación a partir de los sentimientos. Él creció poco a poco dominando el conocimiento que necesitaba para servir mejor a su Cuba y a los cubanos; para ello estudió filosofía y teología en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio y en la Universidad de La Habana.
Cuando ya era sacerdote allá por 1811, ocupó la cátedra de filosofía de la primera de esas instituciones. Diputado a Cortes de Cádiz en 1821, en representación de Cuba, defendió el derecho a la autonomía de los territorios americanos, propuso la abolición de la esclavitud en su Cuba y la modernización de la enseñanza.
Por si fuera poco, sus libros “Lecciones de Filosofía y Miscelánea Filosófica” exponían toda una nueva concepción de la amplitud del conocimiento y la manera de conocer, a partir de la influencia de los ideólogos, la relación que se establece entre realidad inmediata (la naturaleza física y social de Cuba y, por extensión, de América) y el pensamiento universal.
Así comenzaba a cumplir su propósito de enseñar a las nuevas generaciones porque en esas obras, la juventud cubana encontró no sólo la emancipación del pensamiento de las limitaciones que lo mantenían amarrado a la escolástica medieval, sino también los fundamentos del pensamiento de la emancipación cubana y americana con un concepto más amplio de patria al considerar a Cuba y ampliar su visión hasta nuestra América y el mundo.
Como bien han explicado sus biógrafos, sus clases y su texto sobre la constitución política de la monarquía española, habían hecho añicos el absolutismo peninsular, y de ese modo enseñaba a los bisoños cubanos las nuevas propuestas teóricas del pensamiento político antifeudal. Ese texto constitucional le sirvió de pretexto para exponer su teoría de la emancipación política y social.
Pero el retorno de España al absolutismo monárquico lo condenó a muerte por su pensamiento adelantado, motivo por el cual tuvo que huir a España primero, para establecerse después en Estados Unidos, lugar en el que se consagró a fomentar el independentismo en los cubanos.
En los textos se refleja cómo junto a notables intelectuales publicó el diario El Habanero, que llegaba a Cuba a escondidas, y junto a José Antonio Saco “El mensajero semanal,” además colaboró con las revistas Bimestre cubana y Recreo semanal del bello sexo., destinados algunos a educar y preparar a la población para empeños futuros con impresionante aceptación juvenil.
Tiene una gran significación que por primera vez en la ínsula se conocía acerca de materias sobre la legalidad, la responsabilidad civil y el freno del poder absoluto, sobre libertad y derechos de los ciudadanos. Todas esas materias hoy son vistas como clave para la formación del futuro ideal independentista de los cubanos y de la conciencia nacional.
Fue Varela entonces, el iniciador del pensamiento jurídico nacional, “lo dotó de una ciencia tan autóctona, tan especial y tan sabia”, tal como lo afirmó el maestro Torres Cuevas, para que fuera similar a la significación de la griega para los griegos, lo cual se resumía en una frase: “Ciencia, conciencia, virtudes”. Precisamente el Padre Varela quien constituyó la primera cátedra de Derecho Constitucional y escribió el primer libro cubano de Derecho Constitucional, de observación a la política española.
Al padre Varela se le atribuye la formación de los más destacados hombres de su época tales como José Antonio Saco, Domingo del Monte, José de la Luz y Caballero, sin embargo su extensa labor no se limitó a la enseñanza, también fundó la primera Sociedad Filarmónica de La Habana, formó parte y trabajó para la Sociedad Económica de Amigos del País.
Un aspecto sumamente importante de su filosofía y métodos para la educación, era lograr que sus alumnos aprendieran a razonar con sus propias cabezas, considerando que lo importante es que aprendan a pensar y a decidir por sí mismos, lo cual recogía en sus libros como una nueva concepción del conocimiento
Si se tuviera la osadía de resumir en pocas líneas la intencionalidad del Padre Varela, de ese Padre Fundador, habría que decir que fue el iniciador de la teoría del pensamiento electivo como modo auténtico de pensar a Cuba y a nuestra América; como modo creador de concebir una realidad que no podía estar en las amplísimas teorías de los grandes filósofos que la desconocieron.
Como bien han expresado diferentes historiadores, en ese pensamiento electivo se inserta también la “teoría de la emancipación americana”; emancipación, en primer lugar, del hombre mismo, de la sociedad y del espíritu; emancipación que como bien demostró, comienza en la escuela y nunca termina; que exige la rigurosidad de la ciencia y el espíritu de las conciencias; emancipación que está por encima de los individualismos porque sólo el hombre se realiza justamente en la certeza humana de lo que está frente a él... de los que están con él y alrededor de él.
De ahí sus tres grandes principios políticos: “hacer sólo lo que es posible hacer, con lo que define a la política como el arte de lo posible; preferir el bien común al bien individual”; con lo que le da vuelo a la idea de una sociedad cubana y americana basadas en la justicia social, en plena defensa del principio de principios: la unidad de los cubanos abrazados a la patria.
Cuba recuerda a Félix Varela, el maestro que nos enseñó a pensar
Por. Sergio Rivero