julio 27, 2024 ¿Quienes somos?

“El respeto al pueblo”

Bien podría decirse que octubre trae marca de calidad, en tanto el décimo mes del año en Cuba se dedica desde hace mucho a dimensionar este muy importante tema que debe distinguirnos, pero que no sucede así como línea general, porque una cosa ha sido el guión y otra la puesta en escena, lo cual no implica que sea totalmente generalizado. Ello se pone de manifiesto en las constantes quejas e insatisfacciones de la población cubana respecto primero, al mal  trato que reciben en diversos sitios, y luego por la falta de calidad de los productos y servicios que les son imprescindibles, y que nada tienen que ver con el bloqueo de Estados Unidos impuesto por más de 60 años, y sí por factores subjetivos.

No es menos cierto que las limitaciones de recursos ocasionadas por el bloqueo interfieren en que se puedan cumplir determinados parámetros de calidad en productos, mercancías o servicios por la falta de materias primas, materiales e insumos resultante de su existencia, pero el componente indispensable sí lo tenemos, y es el ser humano, el trabajador, el obrero, ese que a veces olvida, y no le recordamos, que todos necesitamos de todos; por ejemplo de un médico cuando tenemos un familiar enfermo, o el maestro que asegura la educación de los más pequeños, pero ambos necesitan del transportista, del panadero, del carnicero, del bodeguero, del barbero… por tanto, la correspondencia entre ambos debe ser biunívoca, como dicta la matemática.

En nuestra opinión, la mayor dificultad en la asociación de ambos en nuestras mentes. Aunque sean problemas, uno se manifiesta más apegado a lo material, carencias y limitaciones, mientras el otro a la conciencia. Cualquiera puede necesitar un producto, una mercancía, un servicio y no estar disponible en ese momento, pero lo desconcertante es la forma en que se le da la negativa al necesitado. En ocasiones entre unos y otros no se intercambia un saludo, los rostros de las partes no muestran su mejor expresión, a lo que hay que agregar que la persona responsabilizada con satisfacer una necesidad y devenga un salario por ello, habla por el mientras hace caso omiso al cliente.

Por todo lo anterior, es esencial que la población armonice con los trabajadores de estos centros y viceversa; usuarios y clientes son responsables de hacer valer la calidad, tanto por el cumplimiento de las normas como por el respeto que unos a otros se deben profesar.

Todo lo anterior motiva la celebración de la Jornada de la Calidad, en la que se incluyen acciones de muy diversa índole, rectoradas todas por la Oficina Territorial de Normalización. La idea es seguir fomentando una conciencia en torno a la importancia y urgencia de materializar la calidad en el más amplio sentido, tanto en productos como en los servicios.

No existen dudas de que aún es muy latente la necesidad de incrementar el conocimiento acerca de los Sistemas de Gestión de la Calidad y su aplicación en todo el quehacer nacional y local, así como incentivar el uso racional e inteligente de las herramientas precisas de lo que constituye la materialización de cualquier proceso, que es en definitiva, satisfacer al cliente.

No podemos pasar por alto la claridad del Che al evaluar el tema CALIDAD cuando precisaba la necesidad de cumplir una serie de requisitos como la gestión para el logro de información técnica actualizada, la creación de los Comités de Calidad, la elaboración de un manual para administradores, el cual incluyera entre otros,  aspectos sobre control y gestión de la calidad, trabajar en la creación de un nuevo concepto socialista de calidad, y que los directivos y trabajadores se esfuercen conscientemente en el logro de la excelencia, porque solo así se podía ponderar la categoría CALIDAD.

En el esfuerzo por cumplir con esas exigencias planteadas, el Che identificó muy temprano el imperativo de contar con información técnica actualizada para enfrentar los retos que se avizoraban para la recién nacionalizada industria cubana y es por ello que, a cumplir con su cargo de Ministro de Industrias, solicitó a la ya existente desde 1949 Organización Internacional de Normalización (ISO), la adhesión de Cuba, haciéndose efectiva el 5 de septiembre de 1961, con la visión de que la participación directa de  nuestro país en la ISO proporcionaría valiosa información técnica, imprescindible para poder afrontar el proceso de desarrollo económico que era necesario en medio del ya existente bloqueo económico impuesto por parte de los Estados Unidos a Cuba, con una economía atrasada y  totalmente dependiente de los vecinos del norte.

Es importante destacar que Cuba participó casi desde su ingreso en la ISO como miembro permanente en los Comités Técnicos de productos agrícolas, carga unitaria, tabaco, café, entre otros, y en 1966 fue elegida para ingresar por primera vez en el Consejo de la ISO para un período de dos años, lo cual tuvo gran significación para el país. El empuje del Che siempre estuvo presente, y lo demuestra, entre otras acciones, cuando en reunión con obreros y sindicalistas les precisó: “…podemos extraer una conclusión muy importante, y es que dentro de la norma tiene que existir la norma de calidad y la norma no solo es cantidad, es calidad. Y entonces la obligación del obrero es producir tanto de tal calidad; si no produce tanto de tal calidad no ha cumplido su deber social”.

Che ministro de Industria

"Y nos pudiéramos preguntar también, cómo cumplimos hoy con esos principios elementales e imprescindibles, si “el pan nuestro de cada día” es muchas veces incomible por su mala calidad, si irrespetamos las normas existentes y nadie las controla o exige su cumplimiento; si se comete el error de pagar el salario completo a un trabajador que incumplió sus compromisos productivos, o al funcionario público que irrespetó al pueblo. Son muchos poquitos los que llenan esa gran copa que se desborda por la irresponsabilidad, la ausencia del sentido de pertenencia, y diríamos más aunque nos juzguen: ¡La falta de vergüenza!


Pero nuestro país cuenta con los instrumentos jurídicos para hacer valer el cumplimiento de los objetivos de la calidad y se irrespetan muchas veces, exceptuando las grandes organizaciones vinculadas al sector industrial en varias esferas, a la Ciencia, la innovación tecnológica, la biotecnología y altos estándares del turismo y del conocimiento, pero existe desventaja en la esfera de los servicios donde la atención al cliente, esa que depende de la respuesta a sus reclamos, al oído de sus criterios o valoraciones es deficitaria, sin darse cuenta que hasta en el recién actualizado Decreto 323 sobre la aplicación del Sistema de Gestión de la Calidad, en su artículo  245 se precisa que: “La calidad la define el cliente y es el grado en que un conjunto de características inherentes a un producto o servicio cumple con los requisitos preestablecidos”.

En los momentos que corren, a pesar del inmenso legado del Che sobre la satisfacción que debe proporcionarnos el trabajo y ser dueños de los medios fundamentales de producción y pese a los ingentes esfuerzos realizados en ese sentido, aún se manifiesta una insuficiente cultura, poco desarrollo y mucha falta de conciencia y exigencia para alcanzar los estándares necesitados y deseados. Sirva entonces esta importante jornada para hacer un serio llamado a la conciencia, a repensar la calidad y evaluarla en su dimensión más integradora cada día de los 365 que tiene el año, esa que desde los propios inicios de la Revolución, el Che resumiera magistralmente en: “La Calidad es el respeto al pueblo”.


Por Sergio I. Rivero y Abel Pérez

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