En Ceja del Negro Maceo demostró su genialidad militar
Reza en la historia que el 4 de octubre de 1896, en la batalla de Ceja del Negro, en Pinar del Río, se demostró la genialidad estratégica del Lugarteniente General Antonio Maceo, cuando con un mínimo de condiciones materiales necesarias propinó al enemigo una de las derrotas más importantes de toda la campaña.
Se ha dicho que, durante la reunión de La Mejorana entre José Martí, Máximo Gómez y Maceo el 5 de mayo de 1895, se acordó realizar varias acciones de gran importancia para llevar la guerra al occidente y el centro de Cuba, en lo que Maceo era del criterio que lo más importante era llegar hasta e3l extremo de Pinar del Río y allí librar las acciones decisivas contra el ejército peninsular y acelerar la victoria según refería coincidentemente la tesis del Apóstol de la Guerra Necesaria.
Varios factores hicieron que no llegara a consumarse el importante acuerdo, dado que solo 14 días después muere el Apóstol en combate y Tomás Estrada Palma traiciona su legado, que era el que quedaba al frente del Partido Revolucionario Cubano, además de las ya conocidas divisiones internas que se volvieron a exacerbar.
No obstante Maceo llegó combatiendo hasta Mantua, el lugar más occidental del país en la provincia pinareña donde culminó el 22 de enero de 1896 la invasión iniciada el 22 de octubre de 1895 en Mangos de Baraguá, Oriente. A los factores negativos se une la injusta separación de José Maceo del mando como jefe del oriente prevaleciendo el racismo en esa prejuiciosa decisión del gobierno en armas y que por último caería en combate el 5 de julio de 1896.
No obstante Maceo en Guanahacavibes, enfrentó una situación muy difícil que se había producido y solo recibió el apoyo el 18 de septiembre de 1896, de una única expedición al mando del patriota puertorriqueño Juan Rius Rivera, que llevó abundantes municiones y una pieza de artillería neumática de 100 milímetros, lo hizo posible que pusiera en práctica de nuevo su estrategia militar de enfrentamiento en toda línea al ejército hispano.
En esas condiciones al amanecer del día 4 de octubre un pelotón de españoles iniciaban sus actividades diarias en una fortificación ubicada en la elevación conocida como El Guao, cerca del camino entre Viñales y Pinar del Río, cuando un largo proyectil cargado con un kilogramo de dinamita disparado por el cañón mambí detonó en el centro de la tropa, convirtiendo la posición en un amasijo de cadáveres y de restos ensangrentados. Se había iniciado la batalla.
Las fuerzas cubanas sorteando los sitios apropiados con la pieza de artillería itinerante ocuparon un macizo elevado denominado Ceja del Negro, contra el cual avanzaban columnas españolas de las tres armas que superaban ampliamente a las huestes insurrectas.
Pero en los momentos más comprometidos de la batalla, Maceo se presentó en los lugares de más peligro y reinstauró el orden cuando parecía que las vanguardias hispanas remontarían las posiciones criollas en Ceja del Negro, lo que hizo a los colonialistas retirarse y atacar a la retaguardia mambisa refugiada en una cañada cercana, con alto saldo de muertos y heridos.
Como bien se apunta, la infantería mambisa les hizo pagar caro esas bajas y fulminó a los atacantes desde posiciones camufladas en la espesa vegetación de Ceja del Negro.
Esta victoria demostró el alcance de los planes de Gómez, Maceo y Martí concebidos en La Mejorana, convirtiéndose en una de las últimas hazañas militares del Titán de Bronce antes de caer en combate el 7 de diciembre del propio año, en San Pedro.
El combate de Ceja del Negro, constituyó una de las principales derrotas de las fuerzas colonialistas en el occidente, y a 128 años de esa importante acción libertadora, aún suena el retumbar del cañón en los ecos de las montañas pinareñas como una señal para todo el que intente apoderarse de Cuba.
Recuerdan en Cuba combate de Ceja del Negro.
Por Redacción Web
Fotos tomadas de la Red.