diciembre 4, 2024 ¿Quienes somos?

Fidel, esa fuerza telúrica

Esa fuerza telúrica llamada Fidel Castro Ruz, cumple hoy ocho calendarios de no estar junto a nosotros físicamente, pero sí mucho más enraizado cada día en el pensamiento, en la acción revolucionaria y antiimperialista del pueblo cubano.
Esa fuerza telúrica llamada Fidel Castro Ruz fue el rasgo más importante y original de las peculiaridades de la Revolución cubana, expresado por el comandante Ernesto Che Guevara, en su artículo titulado “Cuba, ¿Excepción histórica o vanguardia en la lucha anticolonialista?”, escrito en abril de 1961.

Han transcurrido 63 años y aquel temprano retrato del entonces Primer Ministro del Gobierno Revolucionario no solo se ha confirmado, sino que se ha ido enriqueciendo con el transcurso del tiempo.

Mucha razón le asistía al Che cuando aseguró que “El futuro colocará en su lugar exacto los méritos de nuestro Primer Ministro, pero a nosotros se nos antojan comparables con los de las más altas figuras históricas de toda Latinoamérica” … Y así fue, Fidel es un país, es Cuba, es Latinoamérica y también un poco del mundo porque fue personalidad cimera entre los estadistas mundiales en el siglo XX.
Su ejemplo personal y sus valores humanos son nuestro “chaleco moral”. No se podría hablar de honestidad, responsabilidad, sentido patrio, antiimperialismo, altruismo o patriotismo, sin mencionar a Fidel. Esos son nuestros baluartes, los que nos protegen y auxilian en cada barrio, en la cuadra, y los que nos impulsan día a día a seguir luchando con optimismo y fortaleza en medio de tantas adversidades por las que atraviesa hoy la Revolución, gracias a la acción perversa del gobierno de Estados Unidos y sus acólitos pro imperialistas.


Decía el Héroe Nacional cubano que “el bien que en una parte se siembra es semilla que en todas partes fructifica”, y Fidel es el ejemplo de esa verdad martiana, porque la semilla que él sembró con la con ese gran proceso transformador en Cuba puede encontrarse en cualquier sitio, en cualquier obra, en nuestros niños, mujeres y hombres, que sí somos el principal fruto de su gigantesca obra que es la Revolución.


Digamos hoy como lo hizo la poetisa Carilda Oliver Labra: “Tenemos algo más que su imagen convertida en símbolo de su rebeldía y de su resistencia. Nos queda la sensación de su presencia interminable, esa certidumbre de que para encontrarlo no es necesario recordar, porque está metido en nuestros átomos como la raíz en la tierra”.


Por Redacción Web

Foto tomada de la Red

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