Guillermón Moncada, el héroe mambí de la guerra
Parecía imposible que Guillermón Moncada, el héroe mambí de la guerra falleciera y no de un tiro después de participar en incontables combates, sino de una penosa enfermedad; porque él fue un verdadero héroe guerrero de las gestas independentistas al que le servían todas las acepciones contenidas en el idioma.
Fue Guillermón Mayor General del Ejército Libertador, uno de los héroes más sobresalientes de las gestas independentistas cubanas en contra del colonialismo español por lo cual constituye un héroe legendario de las luchas por la independencia y uno de los jefes más populares.
Diríamos con entero honor que Guillermón fue un valioso fruto de la unión de un ex esclavo y una mujer negra, el 25 de junio de 1841, con una infancia y juventud validadas por una total pobreza que hicieron tuviera que dedicarse al trabajo del campo desde muy pequeño, aunque desarrolló una gran estatura, de ahí su apodo de Guillermón, y a la vez poseyó una gran fortaleza física y adquirió el dominio del machete en las propias labores agrícolas, como campesino que fue en su juventud, no en clases de esgrima que nunca recibió.
Una vez comenzada la revolución iniciada por Céspedes en 1868, Moncada se incorporó muy temprano a la lucha, solo un mes después del levantamiento de la Demajagua, y rápidamente sobresalió por su valor y agresividad, comenzando desde un simple soldado a las órdenes del general Donato Mármol, en los combates por la toma del poblado de El Cobre, en diciembre de ese año fundacional, en que fue ascendido a cabo, hasta obtener los grados de general, años después. Con Máximo Gómez ya ostentaba, en 1870, la jefatura de un batallón y los grados de comandante.
El excelente guerrero se había incorporado al primer ataque a El Cobre el 5 de diciembre de 1868, y ya en Julio de 1869, Donato Mármol lo designó segundo jefe de uno de los batallones de la División Cuba, destacándose ese año en los combates de Loma de Sevilla, El Salado, Mayarí, Michoacán, Jiguaní, Santo Domingo, Zarzal, Guanal de la Cana, Mayarí Arriba, El Ramón, La Sidónea y Jarahueca, entre otros sitios.
Una vez que su hidalguía patriótica y guerrera le permitiera alcanzar varios grados militares por sus hazañas en el combate, le fueron impuestos los grados de General de brigada, el 17 de marzo de 1878. Se alzó en armas de nuevo en la denominada Guerra Chiquita, en 1879, como jefe del centro y el sur de la región oriental designado con el grado de Mayor General por el jefe de la nueva contienda, el General Calixto García, y se mantuvo en el campo de batalla hasta junio, cuando percatándose de que no había sentido para esa guerra, capituló junto a José Maceo mediante el Acuerdo de Cifuentes.
Como bien aparece en varias reseñas biográficas consultadas, después de embarcar hacia Jamaica, rumbo a la emigración, fue apresado en alta mar y enviado a cárceles colonialistas en Puerto Rico y España y a su regreso a Santiago de Cuba se involucró en los preparativos del plan insurreccional de Gómez y Maceo entre 1884 y 1886. Por su constante actitud rebelde fue detenido nuevamente en diciembre 1893 y recluido en el Cuartel Reina Mercedes, de Santiago de Cuba, hasta mediados de 1894, de donde salió enfermo de tuberculosis, muy resentida su salud por los años de reclusión en cárceles colonialistas.
Todos los méritos ganados durante la Guerra de los Diez Años y en la contienda intermedia, le dieron luz a José Martí para llamarlo a la nueva contienda y Cuando llegó el llamado de José Martí a la nueva empresa revolucionaria, Moncada, ya muy enfermo, se presentó, uno de los primeros, a brindar sus esfuerzos y experiencia, todo lo cual valió para que lo designara jefe de la provincia oriental durante la preparación de la Guerra de 1895. Después de dar la orden de alzamiento a la región Este de la provincia, Guillermón se dirigió a Alto Songo, donde se alzó al amanecer del 24 de febrero con el inicio de la Guerra Necesaria.
Ya la tuberculosis que padecía contraída en las cárceles españolas, estaba en fase terminal, y sintiendo la proximidad de la muerte, confió la jefatura de su región al mayor general Bartolomé Masó, falleciendo poco después en un campamento mambí, en Joturito, Mucaral, cerca de Alto Songo, en la región oriental. Sus restos hoy reposan en el Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.
A los 129 años de su partida a la inmortalidad, continúa vivo su ejemplo de hombre-patria, paradigma de la hidalguía de los cubanos en todos los tiempos que llevan en sí el más alto reconocimiento del pueblo cubano por su alta condición de Héroe eterno de la patria.
5 de abril, muere el Mayor General Guillermo Moncada
Por Redacción Web
Fotos de la campaña nacional