diciembre 9, 2024 ¿Quienes somos?

La Ley fundamental de la República

Un día como hoy 7 de febrero de 1959, hace 65 años fue promulgada por el naciente Gobierno Revolucionario cubano la Ley Fundamental de la República, una legislación fundamental que estableció el marco legal y político de Cuba tras el triunfo de la Revolución Cubana encabezado por Fidel. Es una norma revolucionaria  que mantuvo vigente los postulados fundamentales de la Resolución del ’40 que nunca antes se habían cumplido, desconocida por la tiranía de  Fulgencio Batista que era quien ostentaba el poder en Cuba.

La Constitución del ‘40  tenía un carácter democrático - burgués promulgada el 1 de julio de 1940 en GuáimaroCamagüey y puesta en vigor el 10 de octubre de ese mismo año, y fue la Constitución más avanzada de América en su momento.

Dentro de sus condicionamientos y circunstancias especiales, la Constitución de 1940 fue una obra de referencia política importante; paradigmática Carta Magna que sintetizó altos ideales y plasmó derechos por los que se había luchado en Cuba desde el siglo XIX, pero a la vez fue, también una constitución frustrada, irrealizada en sus designios más trascendentales.

Como resultado de todo ello y también de las más importantes influencias doctrinales en el terreno constitucional, esa Carta Magna de 1940 recogió las medidas progresistas que la lucha revolucionaria de la década del treinta había plasmado en decretos leyes, que de hecho se habían hecho ya irreversibles.

La Constitución reflejó las luchas de clase y estableció un tipo de Estado burgués que reconoció la legitimidad de la propiedad privada, aunque en sus esencias no se cumplieron los principales postulados de beneficio social.

Con el triunfo de la Revolución y las nuevas medidas económicas y sociales del Gobierno Revolucionario en el poder, asediado por la injerencia yanqui y la persistencia de una burguesía negada a socializar sus bienes y con el oído puesto en el Norte, fue necesario, de acuerdo a las regulaciones legales vigentes, establecer un sistema de leyes que responder y protegiera al nuevo gobierno, contrario a los intereses burgués-capitalista de los anteriores, y es que se promulga entonces en Cuba la Ley Fundamental de la República.

Con la Ley Fundamental de la República se sentaron las bases para el desarrollo del sistema político y social cubano hasta 1976 que se promulgó una nueva constitución reemplazando la Ley fundamental de 1959, estableciendo un marco legal y político más completo y actualizado y base constitucional de los nuevos desafíos.

No se podía hacer de otra manera, o se detenía el proceso revolucionario para dedicarse a hacer una nueva Constitución o se hacía lo que, en definitiva, se decidió. En materia de la configuración institucional, el cambio de mayor trascendencia fue definir al Consejo de Ministros como máximo órgano legislativo, ejecutivo y con facultad constituyente.

Era una necesidad imperiosa para poder adoptar las medidas futuras con la celeridad que imponía ese momento histórico. Bajo su amparo se hicieron realidad aquellos derechos reconocidos en el texto del 40 y, al propio tiempo, surgieron otros más profundos que alcanzarían a los más humildes.

En el primero de los casos fue cumplir lo que estaba establecido, pero al final, como leyes complementarias, se  abolió el latifundio.  Y esas leyes complementarias, pasaron los años y nadie se ocupó de que se cumplieran, hasta que llegaron la Revolución y Fidel, y a los pocos meses del triunfo, el 17 de mayo de 1959, se acordó, en el corazón de la propia Sierra Maestra, la Reforma Agraria de la Revolución Cubana.

La Revolución fue fuente de derecho, fue ella quien les dio la tierra a los campesinos, la que garantizó el acceso gratuito y universal a la educación, la que puso la salud pública al servicio de los ciudadanos, la que garantizó la igualdad de los cubanos, la que nacionalizó con el respaldo popular las grandes propiedades en manos de compañías extranjeras que explotaban a nuestros compatriotas.

Por las razones antes expuestas, la Ley Fundamental de la República abrió el camino a la naciente Revolución a promulgar otras leyes de beneficio económico y social para el pueblo y el país,  como fueron la nacionalización de las empresas extranjeras, la Ley de Reforma Agraria, la Educación, la salud, el deporte y la cultura derecho genuino del pueblo con servicio gratuito, entre otras, y se mantuvo hasta la proclamación de la Constitución de la República el 24 de febrero de 1976, resultado también de una amplia consulta popular y un referendo en el que participó el pueblo cubano que la hizo suya con su voto directo en las urnas.

En el Informe Central al Primer Congreso del Partido, Fidel señaló: “Hoy necesitamos una constitución socialista, en correspondencia con las características de nuestra sociedad, con la conciencia social, las convicciones ideológicas y las aspiraciones de nuestro pueblo. Una constitución que refleje las leyes generales de la sociedad que construimos, las profundas transformaciones económicas, sociales y políticas operadas por la Revolución y los logros históricos conquistados por nuestro pueblo. Una constitución, en fin, que consolide lo que somos hoy y que ayude a alcanzar lo que queremos ser mañana”.

La Constitución de 1976 reafirmó el carácter socialista de la Revolución, proclamado por Fidel el 16 abril de 1961, instituyó aquellos derechos conquistados por el pueblo, fruto del proceso revolucionario, e instauró un sistema de gobierno sustentado en los órganos del Poder Popular que rige hasta hoy.

Primeras leyes después el triunfo revolucionario


Por Redacción Web

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