noviembre 2, 2024 ¿Quienes somos?

Un caos que traspasa las cárceles (+ Video)

La coyuntura actual tiene raíces en los elementos sistémicos, propios del neoliberalismo, que desmontaron los beneficios sociales de la Revolución Ciudadana

La nación andina vive una situación de caos. Militares se preparan para controlar un amotinamiento en una cárcel Foto: Prensa Latina

implificar la situación de caos que vive Ecuador en los últimos años sería pecar de superficial. Por tanto, hay que buscar sus raíces en los elementos sistémicos, propios del neoliberalismo, que han dado al traste con todos los beneficios sociales logrados en tiempos de la Revolución Ciudadana.

La coyuntura política actual tiene sus antecedentes más inmediatos en la traición y el mal gobierno de Lenin Moreno, y de la más reciente administración, empeñados en desmontar beneficios sociales y otras medidas defensoras de su patrimonio económico, cultural y de sus recursos naturales, incluyendo la propia Amazonía y sus habitantes indígenas.

Reciente información divulgada por medios de prensa desde Quito reflejan que «uno de cada cuatro ecuatorianos vive en la pobreza (unos 4,5 millones), y no menos de 2,2 millones en pobreza extrema».

La situación de descontrol, violencia y caos que vive la nación andina, y cuya cara más visible es el ascenso del narcotráfico y su expresión de violencia en las cárceles del país, tiene raíces que no pueden excluir los daños descritos.

Este inicio de 2024, el nuevo gobierno del joven Daniel Noboa ha estremecido al país con noticias alarmantes, como la fuga de José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, líder de la banda criminal Los Choneros, y quien se encontraba en un pabellón de máxima seguridad en la Cárcel Regional, en la provincia de Guayas.  

La jornada de ayer fue especialmente compleja, pues delincuentes secuestraron hasta un canal nacional de televisión, que unido a otros focos de violencia, obligaron a Noboa a decretar estado de Conflicto Armado Nacional.

El entorno carcelario en seis establecimientos penales se describe como alarmante. En esos centros los reos han secuestrado a autoridades y agentes de seguridad.   

Luego, se desataron amotinamientos en diferentes reclusorios del país, como la del Turi, en Cuenca; la de El Inca, en Quito; así como en Cotopaxi, Riobamba, Ambato, Loja y Machala. Las acciones incluyeron la retención de guías penitenciarios.

Desde las prisiones superpobladas, las bandas fueron ganando poder y organización, para hacer crecer una violencia que hoy somete a los ecuatorianos a cifras nunca vistas, señaló RT.

En tanto, los 5 320 crímenes violentos en los diez primeros meses del pasado año –la cifra más alta de la historia– constituyen una especie de metástasis dentro de un sistema que fue aprobado por quienes resultaron mayoría a la hora de emitir su voto en los comicios del pasado año.


(Con Información del periódico Granma)

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