Y en eso llegó Fidel
A 30 AÑOS DE LOS DISTURBIOS DEL 5 DE AGOSTO DE 1994
Hoy dedicamos la reseña a un hecho de gran trascendencia política para el pueblo cubano ocurrido el 5 de agosto de 1994 en el malecón habanero, cuando una fracción de la población instigada, estimulada y algunos pagadoes, se lanzó violentamente a la calle protagonizando una protesta de baja y oportunista catadura, la cual fue enfrentada y destruida por otra parte del pueblo enaltecido junto a las autoridades las autoridades y los principales dirigentes de la Revolución encabezados por Fidel.
Por eso hoy es un día hermoso para Cuba, se cumplen tres décadas de aquel nefasto hecho en que el pueblo cubano con su Comandante en Jefe al frente, aplastó a la contrarrevolución en protesta baja y oportunista, sin disparar un tiro. Es el triunfo Revolucionario del pueblo cubano y su vocación de Victoria.
Recordemos que para darle cierta rimbombancia informativa, los medios miamenses y su descendencia genealógica anticubana dispersa por el mundo, bautizaron con el nombre de “Maleconazo” los disturbios antes mencionados.
Hay elementos que debemos tener presente porque de algún modo, crearon el caldo de cultivo de los agoreros del imperio para incentivar esas acciones violentas, tal como lo promulgan hoy en situaciones algo similares, como la ocurrencia de apagones que constituían la regla, no la excepción, escaseaban las medicinas, los alimentos... En tal escenario, la máxima dirección del país adoptó las más disímiles medidas para evitar el colapso de la Revolución.
Recordemos también, que previo a los disturbios de 1994 el Congreso estadounidense aprobó en 1992 la Ley Torricelli, de carácter profundamente extraterritorial y cuyas cláusulas siguen vivas aún como el primer día.
No menos significativa resulta la campaña mediática, maquinada por la ultraderecha de Florida, para promover la desesperanza, la inviabilidad de la Revolución e incentivar las salidas ilegales desde Cuba a través del secuestro de embarcaciones.
Como nos reseña Raúl Capote en un artículo de Granma Digital:
“Querían provocar un enfrentamiento sangriento entre cubanos, perseguían desatar la represión del Gobierno y que se vieran obligadas las fuerzas del orden a usar las armas.
"Todo parecía que les iría bien a los organizadores del caos, el guion se estaba cumpliendo; pero llegó Fidel, en el momento más peligroso, desarmado él y los que le acompañaban.
"Su primera orden fue que no debía haber un solo tiro, y que si había un muerto quería ser él.
"En cuanto arribó al epicentro de los disturbios, se produjo una especie de metamorfosis entre algunos de los tirapiedras, mientras otros preferían alejarse a toda velocidad. Una gran ola comenzó a generarse en el Malecón, un gran coro del que solo se escuchaba: Fidel, Fidel, Fidel.
"El pueblo cubano, enfrentó los disturbios con su Comandante en Jefe al frente, y como tantas veces, aplastó a la contrarrevolución sin disparar un tiro".
Cuba recuerda a Fidel el 5 de agosto de 1994 ante protestas callejeras en La Habana
Por Redacción Web con información de la Red.