enero 26, 2025 ¿Quienes somos?

Recuerdan alzamiento de 1896 en Nueva Gerona

Cada 26 de julio, los pineros realizan una peregrinación desde el sitio donde cayera Bruno Hernández Blanco, el primer mártir pinero, en la confluencia de la hoy calle 26 y Boulevard José Martí, hasta el obelisco situado a la entrada del cementerio de Nueva Gerona, donde un modesto obelisco de mármol gris rinde tributo a su memoria y a cuyo pie es colocada en su honor una ofrenda floral como símbolo de recordación y orgullo para quienes viven y sueñan en esta tierra.

La Isla de la Juventud tuvo su propio 26 de Julio y de ello da fe el pequeño obelisco junto a la entrada del cementerio civil de Nueva Gerona, que rinde tributo a la memoria de Bruno Hernández (Ninones), el primer mártir pinero, cuyos restos descansan bajo el monumento.

Tierra olvidada por el poder español y destinada al confinamiento de los enemigos del integrismo, sirvió como destino para deportados por más de siete décadas durante el siglo XIX.

Pero los destellos de la llamada Guerra Necesaria, organizada por José Martí junto a los emigrados cubanos en el exterior, habían llegado hasta la sureña insula, agitando las pasiones independentistas, especialmente, cuando la titánica invasión mambisa al mando de Antonio Maceo, había llegado hasta los confines occidentales y libraba importantes combates en tierras pinareñas.

Deportados y lugareños hicieron causa común para organizar un temerario plan de insurrección para tomar las armas  en el cuartel de la guarnición  española y hacerse con una fragata surta en el río Las Casas, en la que navegarían rumbo a Vueltabajo.

Los complotados aprovecharon la oscuridad de la noche y la valentía de la joven Evangelina Cossío Cisneros, hija de deportados y en quién el capitán José Beatriz, jefe de la guarnición española se había encaprichado. Una cita nocturna con visos prohibidos fue el móvil para atraer al don Juan uniformado, pero al comprobar que era una trampa, sus gritos pidiendo misericordia alertaron al piquete de soldados que dejó apostado muy cerca de la casa de  Evangelina, cuenta a esta reportera Roberto Ungel Pérez, historiador de Nueva Gerona.

Gritos, disparos y tropel de caballos rompieron la quietud de aquella calurosa noche de verano. Los soldados españoles eran superiores en armas y en hombres. También conocían los mejores sitios para emboscadas, puesto que muchos de los sublevados venían de Santa Fe. La confusión se apoderó de los independentistas, sobre todo cuando cayó, herido de muerte, su principal líder: Bruno Hernández, junto en la intersección de las hoy calle 26 y Boulevard José Martí. Una tarja en ese lugar recuerda su caída.

Los sobrevivientes de la acción que lograron dispersarse y burlar la encerrona, fueron asesinados o enviados a cumplir condena en el castillo del Príncipe, en La Habana, de donde muchos no regresaron.

En el caso de la joven Evangelina Cossío, fue encerrada también en la capital, en una cárcel infierno para mujeres a la que el gobierno colonial bautizó como Las Recogidas y desde después escaparía a Estados Unidos en una espectacular fuga

El alzamiento del 26 de julio de 1896 en la Isla de Pinos, donde deportados políticos y lugareños hicieron causa común por Cuba Libre,  enfrentando con machetes descargas de fusilería, evidencia que la clarinada de Baire encontró eco en una pequeña y muy poco poblada Isla, hasta entonces relegada de los intereses políticos de la metrópoli.


Fotos Noel Otaño Reyes
Texto: Linet Gordillo Guillama

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