Tintas y agujas inspiraron para crear sobre la piel
Tintas, agujas, inspiración para crear lienzos sobre la piel…y la obra de arte que se plasma sobre la piel no permanece en ningún museo, va caminando por doquier, por todos los rincones por donde se mueve el hombre o la mujer que lo lleva.
La máquina para tatuar previamente limpias, agujas esterilizadas, botellas de tinta especial, plantillas de tatuaje, papel de calcar, botella con jabón antiséptico, bolsas estériles y la vaselina para hidratar la piel. Así la aguja se desplaza mejor sobre la piel…Son mecanismos que bien conocen los hacedores de tatoos y que ya en el territorio sobrepasan los 70 agrupados en el Club de Tinta pinera.
Doce meses esperaron para estar presentes en la segunda edición del Evento Tatau para dejar plasmadas sus obras de arte en manos, los pechos, las espaldas, los cuellos y las piernas de sus clientes.
Resultó la víspera una jornada para ver y disfrutar la creación. Hubo en el Lobby del Cine Teatro Caribe mucho más que pinchar y dibujar las pieles, fue propicio el encuentro para taller y conferencias en aras de ofrecer a los tatuadores las herramientas de un Arte que con los años ha cambiado la visión del uso. Abrazar la tendencia cada vez más creciente de elaborar un tatuaje bien elaborado como parte del arte corporal.
Esta edición premió a las mejores obras por el aporte creativo, alejándose de las copias, el empleo de líneas gruesas y colores planos atendiendo a dos categorías en competencia: la old eshool y el estilo libre.
Las palmas y reconocimientos fueron esta vez para Mayara Unger Bascó, con mención, Kayler Quintana y Carlos Andrés Blanco en la tendencia de la vieja escuela. Reconocidos fueron además en la categoría libre Yanisel Deulofeu con Mención y Lenier Mayo se alzó con el premio.
Texto y Fotos Katia Álvarez Rosell