26 de julio pinero (l)

Bien conocemos los pineros los detalles en torno al alzamiento independentista del 26 de julio de 1896 y de su trágico desenlace, de la participación femenina en la persona de Evangelina Cossío. Pero no todos conocen del antes y el después en la vida de esa valiente joven, teniendo como referencia  la fecha de marras.

La impresionante belleza de Evangelina no tardó en encandilar al jefe de la guarnición, coronel José Berriz, un hombre de confianza del sanguinario Valeriano Weyler, a la sazón, capitán general de la Isla de Cuba.

Berriz, de porte altivo, atildado en el vestir y con la soberbia propia de su cargo, prestigiaba sus 45 años con un rostro vivaz de fieros bigotes a los que dedicaban los cuidados del clásico Don Juan. Acostumbrado a las fáciles aventuras, creyó Berriz poder conseguir sin grandes esfuerzos el amor de la joven camagüeyana, pero solo obtuvo desprecio tras desprecio a pesar de su fingida pasión o los intentos de dadivas corruptoras. Entonces comenzaron las amenazas hacia el padre de la joven.

En los dos años que contaba para entonces don José en el confinamiento de la Isla de Pinos, se había ganado el respeto y la estima de la sociedad pinera y la triste situación en la que lo había colocado la liviandad y el desenfrenado apetito del jefe de la guarnición española habían provocado la indignación entre los jóvenes de la Isla, especialmente entre sus compañeríos de confinamiento, provocando o tal vez acelerando un complot destinado a apoderarse de la guarnición, de sus armas y de una fragata surta en el puerto para poner rumbo a Pinar del Rio, donde Antonio Maceo había culminado la invasión en los confines occidentales de la Isla y libraba importantes combates en la zona de Vuelta Abajo.

Para la planificación de las acciones entre los deportados se designó a Feliz Arias Segrera, quien fungía como secretario de Berriz y era considerado el más inteligente y culto entre los conspiradores y cuyo comportamiento ulterior en el levantamiento Evangelina califico de cobarde. Los encargados del reclutamiento entre los naturales de la Isla de Pinos estarían Bruno Hernández y Emilio Vargas.

De lo que aconteció el 26 de julio de 1896, no poco se ha dicho y escrito, pero…..qué pasó después del fracaso con  los complotados?...Qué sucedió con Evangelina? Todo eso lo contaremos la próxima semana. Mientras se preparaba cuidadosamente el golpe, un hecho inesperado precipitó los acontecimientos. El coronel Berriz recibió la noticia de que su esposa llegaría a la Isla de un momento a otro, pues ya había desembrocado en La Habana procedente de España, y eso sirvió para excitar un más la imprudencia del oficial español, quien extremó toda su severidad con el padre de Evangelina. Lo envió, sin motivo alguno, a trabajos forzados en las cuadrillas de penados  de Santa Fe. Así pondría más fácilmente a su alcance de sus deseos a la joven alejada de su padre.

Por Linet Gordillo Guillama