Encontré mi felicidad
Para Graciela Martén no existe mejor lugar para realizar sus sueños que el jardín de su casa. Un espacio de dos metros por dos basta para que ella, con la magia de sus manos, haga germinar cualquier semilla que deje caer en ese pedacito de tierra o recipientes reciclados .
"Este espacio de tierra es pequeño pero a la vez grande, digo esto por lo que tengo sembrado completo y con diversas plantas, aquí planté una mata de plátano que ya recogí dos racimos; tengo cilantro, habichuelas, ajo puerro, calabaza, pepino, plantas medicinales, entre ellas, sábila, muy demandada por sus propiedades medicinales". Así refiere Graciela mientras señala cada una de las especies de plantas que hoy engalanan su productivo jardín.
En el patio de Graciela también puedes encontrar cúrcuma, jengibre, romero, frijol, hasta una palma real que dice, llegó por casualidad en una tierra que le regaló su hermano para abonar las plantaciones.
Así nos cuenta: "No te puedes imaginar lo que reporta para mí este pedacito de tierra, cuando no me toca trabajar, creo que sueño con lo que tengo que hacer al día siguiente, me preocupo si veo alguna hoja marchita de mis matas y empiezo a investigar qué producto natural le puedo aplicar… porque le digo más, yo le echo borra de café, cascarones de huevo triturados, cáscaras de cualquier vianda, con eso mis maticas se mantienen lindas.
“Ver mis plantas así de lindas, me produce una felicidad que no tiene precio". Me cuenta Graciela, mientras está de un lado a otro, deshierbando, echando agua a sus cactus que son sus preferidos dentro de las plantas ornamentales. "Yo aconsejo a todos que pueden transformar cualquier pedacito de tierra en espacio útil, estoy segura que mi experiencia puede aportarle mucho, porque a mí me hace vivir".
El primer momento del amanecer es mágico para Graciela, ver cómo los arbustos crecen y las flores anuncian su despertar, la hace pensar que es ella, el rayo de luz que necesitan sus plantas para ser felices.
El jardín de esta vecina del CDR 6 de la zona 55 en la Demarcación Pueblo Nuevo, ubicado en Nueva Gerona, se convirtió en su paraíso y mayor motivación de su vida.
Texto y fotos Dianelys Labrador