Juventud y Rebeldía: Binomio perfecto

Al triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959, en Cuba existían diferentes organizaciones juveniles y estudiantiles, sociales, fraternales, religiosas, sus miembros y dirigentes en la gran mayoría procedían de la lucha revolucionaria contra la dictadura de Fulgencio Batista. Fue el comandante Ernesto Che Guevara, el que valorizó y organizó el movimiento juvenil en esos momentos, que adoptó el nombre de Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR). Se unía así la juventud y la rebeldía en una especie de perdurable binomio perfecto.
Las organizaciones que en esta ocasión se unieron a la Asociación de Jóvenes Rebeldes fueron la del Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de marzo, el Partido Socialistas Popular, la Juventud Socialista y la Confederación de Estudiantes Secundarios.
Al frente de la Asociación de Jóvenes Rebeldes fueron designados como presidente y vicepresidente dos jóvenes, uno el comandante del Ejército Rebelde Joel Iglesias y el capitán del Ejército Rebelde, Fernando Ravelo. Se conformó un Comité Nacional, así como los correspondientes Comités Provinciales, Municipales y Seccionales, es decir se logró una estructura a nivel de país hasta la base.

A la AJR se fueron afiliando principalmente jóvenes, que procedían de las organizaciones juveniles del movimiento revolucionario ya arriba mencionadas y llegó a tener más de 80 mil militantes en sus filas en el momento en que se realizó el Primer Congreso de la AJR celebrado del 31 de marzo al 4 de abril de 1961.

Mucha es la historia que atesora esta organización y sus transformaciones al propio ritmo y necesidades de la Revolución en cada etapa. Y hoy, a 64 años de aquel histórico acontecimiento, ya ganada una fuerte conciencia en nuestra militancia juvenil, del carácter marxista-leninista de la organización, discutida en ese Congreso, con un amplio y democrático debate, a propuestas de los asambleístas, se adoptó el nombre que gloriosamente lleva hoy de Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Es esa misma militancia revolucionaria que desarrolló la lucha contra bandidos, la Campaña de Alfabetización, la que combatió en Girón y derrotó al imperialismo, la que emprendió todos los planes de la Revolución, la misma que encauzó a los médicos, maestros, ingenieros, investigadores y científicos, campesinos, operarios, obreros calificados, artistas, deportistas, entre otros, determinantes, que también han sido imprescindibles.

No pasarán por alto tampoco las misiones internacionalistas, la independencia de los países africanos, el liderazgo en las organizaciones Latinoamericanas y la Fidelidad a la Revolución.

Son todas esas y otras sublimes razones las que han demostrado a lo largo de estos 64 años, que esta generación de jóvenes cubanos es heredera directa de la estirpe martiana, guevarista, fidelista, con el brazo y el pensamiento maceísta de que: “El que intente apoderarse de Cuba, morderá el polvo de la derrota, sino perece en la batalla”.
Texto Redacción Web
Fotos Tomadas de la red