diciembre 4, 2024 ¿Quienes somos?

“Dios” los cría… y Lucifer los une”

La noticia llegó de sopetón y nada más perverso para Cuba que el nombramiento oficial del senador Marco Rubio como secretario de Estado del gobierno que tendrá como jefe de la Oficina Oval a Donald Trump.


Son como una inseparable yunta de bueyes que deben halar en la misma dirección, aunque uno tenga más fortaleza que el otro, pero en esta situación se compensan por ser Rubio “el elegido”, aunque en las primarias presidenciales republicanas del 2016 hayan sido oponentes, pero ya el camino quedó despejado y ahora son “uña y carne”.
Según ha dicho el propio Trump en un comunicado: “Marco es un líder muy respetado y una voz muy poderosa en favor de la ‘libertad’. Será un fuerte defensor de nuestra nación, un verdadero amigo de nuestros aliados y un guerrero valiente que nunca se rendirá ante nuestros adversarios”.


Mientras que la reverencia de Rubio al cacique no se hizo esperar y en su cuenta de la red social X confesó: “Dirigir el Departamento de Estado de EE.UU. es una responsabilidad tremenda, y me siento honrado por la confianza que el presidente Trump ha depositado en mí. Como secretario de Estado, trabajaré todos los días para llevar a cabo su agenda de política exterior”.


Y para ser más enfático con el placer que le desborda el ego, reconoce e insiste: “Bajo el liderazgo del presidente Trump, ‘ofreceremos paz a través de la fuerza y siempre priorizaremos los intereses de los estadounidenses y de Estados Unidos’. Espero ganar el apoyo de mis colegas en el Senado de EE. UU. para que el presidente tenga listo su equipo de seguridad nacional y política exterior cuando asuma el cargo el 20 de enero”.


No se puede perder de vista la casta de Marco Rubio. Él es hijo de los emigrados cubanos Mario Rubio y de Oriales García Rubio, de ahí su descendencia. Pero como dice también el refrán que “no hay peor astilla que la del mismo palo”, él siempre ha obrado para agenciarse el caudal en los bolsillos abrazando fuertemente la jugosa y degradante política anticubana a ultranza y sin medida. Todo lo que pueda estimular las más malas intenciones hacia Cuba, su gobierno y su pueblo, lo hará para mantener vivo el reaccionario y perverso legado.


No es ajeno a su ética, que para el nuevo presidente de la mayor potencia imperialista de la historia considere que, “la ‘lealtad personal’ es condición necesaria para formar parte de la nueva Administración estadounidense”, todo lo cual explica las simientes de los nuevos nombramientos como la designación de Susie Wiles en la muy discreta silla de la directora de su campaña presidencial y como futura jefa del Gabinete; ahora a Marco Rubio como secretario de Estado, que se ha pronunciado duro contra China, adopta una postura proisraelí y se manifiesta contrario a la ayuda a Ucrania; su selección la completa un equipo de la llamada “ línea dura” junto a Elise Stefanik como embajadora en la ONU, a Michael Waltz en el cargo de consejero de Seguridad Nacional, y Tom Homan convertido en “el Zar de la frontera” para la deportación masiva de inmigrantes.
Ya está servida la mesa para que Rubio pueda cumplir su más diabólica profecía: “…ofreceremos paz ‘a través de la fuerza’ y ‘siempre priorizaremos los intereses de los estadounidenses y de Estados Unidos’.” ¡Ah! Se le olvidó decir: “Sin importar el costo”.


Por Redacción Web

fotos tomadas de la Red

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