El túnel de Nueva Gerona.

La historia de un túnel que atraviesa la ciudad de Nueva Gerona y que se extiende desde el antiguo Cuartel de Caballería (hoy se levanta allí, la escuela Josué País), conectándose con la iglesia católica, el antiguo Protectorado (donde se encuentra la escuela de Artes), hasta llegar a la Comandancia Militar y sus cercanías–actualmente el Museo Municipal-, ha permanecido en la memoria colectiva de los pineros desde hace siglos y este relato se ha trasmitido de generación en generación como una leyenda urbana.

En el espacio que ocupaba el cuartel se construyó a finales de la década de 1940 la escuela primaria superior “Evangelina Cossío”, hoy Josué País, que según cuentan algunos alumnos que cursaron estudios allí en los años de 1960, en su patio había un hueco, donde asomaban unas columnas que al parecer eran las que sostenían el techo del túnel que llegaba a la esquina de la calle 18 y bajaba hacia el río Las Casas.

Personas que penetraron en él, extrajeron cascos, armaduras y espadas utilizadas por los soldados. Se afirmaba que tenía 3 salidas: al rio Las Casas, al Ayuntamiento- actual Museo Municipal- y a las lomas de Sierra de Casas.

Un testigo me narró que en la casa de su vecino de la calle 39 se produjo un derrumbe del piso que iba desde la sala al cuarto.  Acotó que “en mi casa uno golpea en el piso y suena como hueco”.

Contaba “Bellita” Trespalacios, que fue secretaria del tribunal municipal, que su mamá le hablaba siempre de la existencia de un túnel que partía del cuartel hasta el Ayuntamiento y hacia las lomas de Sierra de Casas, y que el señor Rolando Moya Barceló, que entró al túnel por el patio del cuartel recordaba que al parecer  “era largo, teniendo en cada tramo unas rejas y en las paredes unos objetos donde se ponían las antorchas para iluminarlo”. No pudo penetrar más porque sintió que se ahogaba por la falta de aire, los fuertes olores, los vahos, y para dar crédito a su relato extrajo algunos objetos que encontró en aquel subterráneo, como una mesita, un escritorio y una pluma que fueron exhibidos por los años ´50 en la tienda “La Isla”, hoy Galería de Arte.

Nos sigue contando que donde hoy existe la agencia de rentas de carros en calle 32 y 39, estaba la vivienda de la familia de Benigno Rodríguez, el que describía que en su patio había un túnel, donde jugaban sus hijos, que parecía que venia del Ayuntamiento y seguía para la loma.

Muchos afirman la existencia de este túnel, pues es una historia guardada por años y trasmitida por sus antepasados, que eran personas muy respetadas y por ello no podían mentir, aunque no han podido mostrar pruebas irrebatibles.

A raíz de unos derrumbes que se produjeron en el patio del antiguo cuartel y en una casa ubicada en la calle principal, se hicieron unas excavaciones a finales de los años ´60 del pasado siglo para constatar la veracidad de dicha historia, pero los resultados finales no demostraron relación alguna con el mencionado túnel.

A pesar de ello, los vecinos más viejos respondieron “que no se escavó a profundidad”, lo cual fue cierto, pues no se continuo por falta de recursos.

A finales de 1970 se realizaron  nuevas excavaciones que no se pudieron continuar para “la búsqueda del túnel que atraviesa la ciudad de Nueva Gerona, que en dos ocasiones hemos seguido su derrotero”, según señaló a la prensa local un miembro de la entonces Comisión de Historia Regional de la Isla.

Cuentan que el informe, fotografías y otros documentos relacionados con las excavaciones e investigaciones al respecto se encuentran en algún archivo del territorio, pero hasta la fecha no lo he encontrado.

Existió el túnel? No puedo afirmarlo, pero tampoco puedo negarlo, pues los mitos nacen de las realidades en las que vive el hombre y no es desacertado que el cuartel de Caballería tuviera salidas de emergencia o almacenes soterrados, que pudo llevar a los pobladores geronenses a tejer las más asombrosas fantasías, alrededor de aquel acontecimiento desconocido.

La leyenda del túnel como tantas otras, enriquecen el imaginario del pueblo pinero y por tanto su cultura, integrándose como parte inseparable de la historia local de la Isla de la Juventud.

Por: Lic. Guillermo F. Maquintoche Vázquez.

Fotos: archivo personal.