Podían haberse dedicado a dos o tres cosas más, pero les agarró la sorprendente sensación de ser aplaudido. Y entre que les gustaba actuar y sentir el reconocimiento del público, se fueron presentando en su barriada en el Consejo Popular Patria, allá por los años 2000. El interés de hacer teatro era como un juego:
¨Estábamos inspirados por esta gente linda que creció en nuestras propias cuadras… Saltamos sobre el aburrimiento de estar con gente parecida a uno. Nos hicimos de amigos, y eso nos enriqueció en términos de que el teatro es cognitivo, o sea, trae todo, todo le sirve como utilidad ¨, así comentó Adolfo Caicedo rememorando los primeros días de presentarse junto con Eduardo Leyva y Ernesto Cárdenas, actores, hoy profesionales, del Grupo Teatro de la Isla Joven.
Por estos días celebraron los 25 años de sus carreras artísticas y no hubo mejor manera para festejarlo que presentándose ante el público pinero con una de las puestas en escena que más les gustó interpretar: CANIBAL NIGHT.
El Cine Teatro Caribe les recibió como hace 20 años en que fue el estreno de la puesta en escena. El tiempo cambió rasgos en sus fisonomías, hoy llevan consigo más edad y sus pesos corporales dejan ver las huellas del tiempo.
Para Eduardo, Ernesto y Adolfo sigue siendo la emoción de estar ante el público la mejor de las pasiones, para ellos hay dos tipos de teatro: el deseado (el que hacen) y el necesario. Ambos van en el morral de trabajo porque el teatro que va a los barrios es necesario, porque la gente necesita verse en las obras, verse reflejada. Y ese trabajo actoral es un comprometimiento social donde hacen lo que les gusta. Es en el barrio donde se ven los roles que necesitan para enriquecer la dramaturgia y la resonancia que debe tener cada actor o actriz para movilizar a muchos.
Fotos: Cortesía de Francisco Fonseca Leyva y Katia Álvarez Rosell.
Texto: Katia Álvarez Rosell.