Juventudes latinoamericanas en Congreso

“La liberación de los pueblos del
coloniaje y de la explotación es un hecho
que no podrán impedirlo los yanquis”. 
Fidel
(6.8.60)

Hoy se cumplen 63 años de aquel 28 de julio de 1960 cuando las organizaciones juveniles latinoamericanas se dieron cita en La Habana para realizar un cónclave que tuvo como objetivo lograr la unidad de acción de esa poderosa fuerza para enfrentar las agresiones imperialistas su apetencia por poseer a nuestras naciones.

El antiguo teatro “Blanquita”, hoy “Carlos Marx”, fue la sede del Congreso Latinoamericano de Juventudes, evento primigenio que agrupó a 339 delegados de 23 países del continente con el fin de unificar voluntades para buscar solución a los problemas de la juventud y para fortalecer la lucha por la liberación nacional y el progreso de los países de América, el cual devino además, en tribuna solidaria con la Revolución Cubana, bien asediada por esos tiempos para destruirla e impedir el ejemplo que irradiaba a las nuevas generaciones de latinoamericanos y sus pueblos.

Con una hermosa y solidaria bienvenida a los participantes protagonizada por el Comandante Ernesto Guevara de la Serna, se enalteció el sentimiento y sentido de la lucha juvenil latinoamericana, quién les expresó en apretada síntesis la historia de la joven Revolución Cubana y de sus principales también jóvenes dirigentes, además de los desafíos que debía superar a diario la nación por ser símbolo de emancipación para el continente latinoamericano, un motivo por los cuales ellos mismos estaban presentes ahí.

Destacó la valía de los jóvenes dirigentes revolucionarios cubanos crecidos en el fragor de la batalla, protagonistas del asalto a la segunda fortaleza de la dictadura batistiana con el objetivo de tomar el poder político y acabar con los males que laceraban al país en franco contubernio con el gobierno de Estados Unidos; jóvenes de todos los sectores de la sociedad entregados a la lucha sin intereses personales, solo el afán libertario y antiimperialista.

Fueron varias las intervenciones de los asistentes al encuentro, todas marcadas por una profunda solidaridad con la causa del pueblo cubano y de las ansias libertarias de Latinoamérica para desafiar las acciones imperiales en cuanto al saqueo de sus economías, la imposición de una cultura hegemónica y el modo de vida capitalista feroz que agobia a los pueblos  y envilece muchas veces a las fuerzas transformadoras de sus naciones.

La clausura de este mega evento juvenil se realizó el seis de agosto de 1960 en el Estadio Latinoamericano presidida por los principales dirigentes de la Revolución con Fidel Castro al frente, quien les dirigió la palabra haciendo público un grupo de decisiones del gobierno cubano en relación con el dominio soberano de Cuba sobre su territorio insular y los bienes que en él se encuentran, y anuncia las primeras nacionalizaciones a las empresas extranjeras.

En esa sesión de clausura usaron de la palabra el diputado venezolano Fabricio Ojeda habló a nombre de la juventud de Latinoamérica, mientras que un joven colombiano entonó una canción muy pegajosa a guitarra limpia dedicada a la Revolución cubana con un estribillo que después perduraría por muchos años “Cuba Sí, yanquis NO”.

Ante una indisposición afónica de Fidel cuando comenzaba a dirigirse a los presentes, Raúl toma la palabra y expresa que él no hablaría en nombre de Cuba, sino de Latinoamérica, de todos los países allí reunidos, y en el momento de mayor emoción Fidel ya recuperado de la voz toma la palabra para hacer las ya anunciadas declaraciones.

En su intervención expresó algunas ideas de suma importancia en esos momentos en las que puntualizó la importancia de estar todos reunidos aquí, lo cual constituía una quimera convertida en realidad, porque ahí estaba lo más representativo de la juventud latinoamericana, de Latinoamérica entera a la que el imperialismo había implantado un oprobioso sistema que también afecta al pueblo norteamericano, y precisaba: “Para nosotros, este es un acontecimiento único en nuestra historia: significa que vemos por primera vez convertido en realidad lo que para nosotros, los cubanos, como para todos los pueblos hermanos de este continente, no habían sido más que ilusiones hasta hoy”.

Esta intervención histórica del máximo líder de la Revolución cubana, no solo sirvió para clausurar el Congreso de Juventudes, más allá de ello, hizo justicia al sentimiento de los próceres latinoamericanos, Fidel da lectura a la Resolución mediante la cual se nacionaliza a todas las empresas y consorcios extranjeros que durante años saquearon la economía de la nación, en un gesto de total justicia revolucionaria, mediante el cual el pueblo de Cuba será dueño de las riquezas que les pertenecen logrando así la verdadera independencia.

En correspondencia con ello, También anuncia que cada uno de los centrales que sean intervenidos, llevará el nombre de una república latinoamericana en gesto de total solidaridad con los pueblos que aún enfrentan los desmanes imperiales.

A partir del seis de agosto de 1960 Cuba fue más libre, fue más ejemplo de radicalización revolucionaria y de lucha antiimperialista recogiendo el pensamiento del Apóstol y los principales líderes de las guerras emancipadoras que por más de un siglo enaltecieron la dignidad de este pueblo. El Congreso Latinoamericano de Juventudes fue el escenario propicio para enaltecer el espíritu revolucionario irredento de los pueblos, que a partir de entonces comenzaron a ser un poco más libres.

Noticiero ICAIC No. 10


Por: Sergio I. Rivero Carrasco

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