julio 27, 2024 ¿Quienes somos?

Kennedy arreció el bloqueo de un plumazo en 1963

El 8 de febrero del año 1963, en plena Guerra Fría, Estados Unidos arrecia de un plumazo, las medidas del bloqueo económico a Cuba, teniendo como premisa que el 85% de las transacciones de a Isla quedó en manos solo de la URSS.

Lo anterior fue ejecutado mediante las Regulaciones firmadas para el Control de los Recursos Cubanos (Cuban Assets Control Regulations en inglés), lo cual supuso la prohibición a cualquier país (incluido EE. UU.) de que tenga intercambios comerciales o financieros con Cuba.

De esa manera se incrementaba la acción del boqueo ya firmado mediante la orden ejecutiva 3447, rubricada por el propio presidente John F. Kennedy el 3 de febrero 1962, pero ahora con esta medida se arreciaba el uso de la política con el objetivo de asfixiar la economía cubana, a la vez que de una vez,  marginaba económicamente a la Isla, convirtiéndose en uno de los tantos movimientos del juego de ajedrez que significó la Guerra Fría. 

Las Regulaciones para el Control de los Recursos Cubanos impusieron restricciones en la importación de productos cubanos en Estados Unidos y de estadounidenses en Cuba, y para las transacciones con Cuba o ciudadanos del país, así como congeló las inversiones cubanas en Estados Unidos y sus cuentas financieras bajo jurisdicción estadounidense, además de limitar todas las acciones de comercio.

También ilegalizó la compra, por parte de ciudadanos estadounidenses, de bienes de consumo fabricados en Cuba, fuera de Estados Unidos. Aún en nuestros días esas macabras regulaciones están en vigor, bajo la égida de la Oficina de Control de Recursos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

De esta manera, se jaqueaba económicamente a Cuba, que sólo podía comerciar con la URSS. Una vez disuelta ésta, la Isla se encontró en una fuerte crisis económica y debió implementar un riguroso plan de austeridad.

A las medidas ya aplicadas desde 1962, que fueron in crescendo desde su origen con el vaivén de la situación internacional y los propios intereses de la mayor potencia universal, por si fuera poco, se produce la aplicación de 243 medidas coercitivas adicionales desde el 2019 implantadas por Trump, la crisis global y nacional provocada por la pandemia de la covid-19 y la guerra en Europa, unidas a la arbitraria e injusta inclusión de Cuba en la espuria lista del Departamento de Estado estadounidense sobre supuestos Estados patrocinadores del terrorismo, son algunos de los elementos de la estrategia yanqui para aislar a Cuba y provocar su descalabro económico.

El ataque a todas las fuentes de ingresos del país, la intimidación y extorsión a terceros, el reforzamiento de las presiones a Gobiernos, instituciones bancarias y empresarios de todo el mundo, además reforzado con el incremento de la agresión política, mediática y comunicacional violatorias del principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados, se pretende fabricar una oposición política y generar desorden e inestabilidad en Cuba.

El bloqueo es el elemento central que define la naturaleza de la política de  Estados Unidos hacia Cuba, constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de los cubanos. Los daños acumulados en seis décadas ascienden a 154 217,3 millones de dólares, solo entre agosto de 2021 y febrero de 2022, causó pérdidas a nuestro país en el orden de los 3 806.5 millones de dólares, un monto récord para apenas siete meses. Además, solo en los 14 primeros meses del gobierno de Biden, los daños ocasionados por el bloqueo ascendieron a 6 364 millones de dólares, lo que representa una afectación de más de 454 millones de dólares mensuales y más de 15 millones de dólares diarios. Estudios aseveran que el Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba pudo haber crecido un 4.5% en este periodo, de no existir el bloqueo. Es esa la apetencia histórica, pero ninguno de los 13 gobernantes norteamericanos que la Revolución cubana ha visto sentarse en la silla ova durante estos más de 60 años, han podido destruirla, solo llevar más carencias y daños de todo tipo a la familia cubana, que es en definitiva, la que sufre las mayores consecuencias. De un plumazo de Kennedy en 1963 comenzó a arreciar e internacionalizar el bloqueo que ya cobra más de seis infructuosas décadas de política fracasada, desmoralizada y repudiada universalmente desde hace más de tres décadas, lo cual ratifica que ¡Cuba, mejor sin bloqueo!


Por Redacción Web

Fotos: Tomadas de la Red

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