diciembre 14, 2024 ¿Quienes somos?

“La alegría es inmensa”, entrada de Fidel a La Habana

Fidel saluda a los habaneros a su llegada a La Habana. Foto: Glinn, Burt.

La Habana, jueves 8 de enero de 1959. Las principales calles se engalanaron colocando banderas cubanas y del 26 de Julio en dependencias estatales, en comercios y viviendas. Así se dispuso para que todo el pueblo pudiese dar una calurosa y hermosa bienvenida a Fidel Castro y los barbudos de la Sierra Maestra.

Siete días tardó Fidel Castro, luego del Primero de Enero, en llegar a La Habana. Salió de Santiago de Cuba el 2 y entró en la capital del país el 8. Encima de tanques y otros equipos blindados del Ejército de Batista, acompañado por mil combatientes rebeldes, incluidos los integrantes de la Columna Uno José Martí de la Sierra Maestra y también por alrededor de unos dos mil soldados del ejército vencido, Fidel encabezó la Marcha de la Libertad, la Caravana de la Victoria o la Caravana de la Libertad como la llamaron indistintamente en aquellos días los periódicos.

En definitiva, Caravana de la Libertad es el nombre que ha quedado registrado para identificar ese acontecimiento.

En esos días, en cada ciudad y en cada pueblo por donde avanzaba la caravana, multitudes gigantescas dieron su saludo a Fidel, que calificó aquello de “un baño de multitudes, un baño de pueblo”.

Todo el pueblo quería ver a Fidel y a los combatientes que habían dado la libertad a Cuba. Lo recibían enarbolando banderas cubanas y del 26 de Julio, lanzando flores sobre los tanques, jeeps y camiones, y gritando sin cesar ¡Fidel! ¡Fidel! ¡Fidel! En cada lugar la caravana hacía un alto y Fidel aprovechaba la oportunidad para decir al pueblo que únicamente habíamos conquistado el derecho a comenzar y les hablaba del futuro y de los sueños de la Revolución para mejorar la vida del pueblo y llevarle bienestar y felicidad en una nueva Cuba.

En Ciudad Libertad se reúne con el pueblo donde expresa:

“Creo que es este un momento decisivo de nuestra historia: la tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil. Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario. Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones, siempre traería las peores consecuencias, y estimo que al pueblo hay que alertarlo contra el exceso de optimismo.”

“Tiene hoy el pueblo la paz como la quería: una paz sin dictadura, una paz sin crimen, una paz sin censura, una paz sin persecución”.

Conmemoración del Aniversario XXX de la entrada de Fidel a La Habana.
Efusión compartida entre los rebeldes y los habitantes de la capital con la llegada de Fidel.
Las palomas, junto al líder de la Revolución quedaron en la historia como signo de la libertad recién conquistada.
Junto a Camilo Cienfuegos en el jeep ocupado por la columna No. 17 Abel Santamaría que conduce a los héroes por las avenidas capitalinas. Foto: Alberto Korda
Un mar de pueblo arropa a la Caravana en su camino hacia Columbia.
En el rostro del líder de la Revolución Cubana se refleja la alegría del triunfo.
La Caravana de los Barbudos, integrada por las tropas del Ejército Rebelde, que desde Oriente llenaba de luz los corazones cubanos, partió en la madrugada del 2 de enero rumbo a La Habana. Habían salido desde Santiago de Cuba, por el camino viejo de El Cobre

En video, la entrada de Fidel a La Habana


Tomado de Cubadebate

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