octubre 8, 2024 ¿Quienes somos?

La Cinemateca de Cuba: Hecho cultural primigenio de la Revolución

La Cinemateca de Cuba fue fundada el seis de febrero de 1960 bajo los auspicios del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), y momento primigenio de la Revolución se ha mantenido como un sueño realizado para la preservación de la memoria histórica del patrimonio fílmico cubano, ha sido por estos 64 años de vida útil un archivo estable que además de preservar, difunde el patrimonio fílmico cubano.

Debemos estar orgullosos los cubanos de contar con la única verdadera cinemateca existente en las islas del Caribe y una de las que mayor patrimonio fílmico conserva en nuestra área geográfica. Con su labor extensionista contribuye al desarrollo de archivos que comienzan y mantiene una infatigable colaboración con los de otras partes del mundo.

Gracias a la persistencia de sus servicios de documentación y a sus programas de exhibición de filmes, la Cinemateca de Cuba ha devenido escuela de varias generaciones de cineastas cubanos y extranjeros. Esas actividades han contribuido a que sea, más que un centro de conservación de cine, parte viviente y reflejo de la cultura cinematográfica, lo cual es reconocido internacionalmente en su sexagenaria existencia, como parte activa de las instituciones que conforman la Comisión Nacional Cubana de Patrimonio Cultural.

Al cumplir sus 60 años de vida fue inaugurada su nueva sede el 20 de octubre del 2020 como parte de las actividades de la Jornada por el Día de la Cultura Cubana, (como bien se ilustra al inicio del trabajo), precisamente en la casa donde radicaba la residencia de Alfredo Guevara, quien fuera fundador y primer presidente del Instituto Cubano de Cine e Industria Cinematográfica (Icaic), lo cual constituye un estímulo a u quehacer en función de la Cultura Nacional.

Es que es el sitio idóneo para que ese inmueble abrigue a la Cinemateca de Cuba, porque fue precisamente Guevara y la propia Cinemateca quiénes preservaron el cine cubano, pero como bien se ha explicado en varias referencias, “no solo el nuevo cine, sino que arropó todo el esfuerzo realizado por el Icaic como institución, tales como el Noticiero Icaic Latinoamericano, los cines móviles, el cine de animación con un criterio artístico, la que se dio por llamar “escuela del documental cubana”, el movimiento de carteles cinematográficos, el propio Grupo de Experimentación Sonora del Icaic y hasta el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano”, al decir de la periodista Flor de Paz en un artículo publicado por el onomástico 60.

Desde el cine de 23 y 12, en el que radica un proyecto cultural de la Cinemateca de Cuba y a la vez es su sede de proyecciones para difundir la obra cinematográfica, se celebró el  aniversario 60 de las primeras funciones de la Cinemateca con la exhibición de El acorazado Potemkin y La Madre, de Máximo Gorki; dos filmes que formaron parte de esa proyección primigenia en diciembre de 1961.

¡Cuánta obra preservada! ¡Cuánta historia contada en esas cintas y archivos digitales hoy! ¡Cuánto esmero, inteligencia y entrega de los especialistas y creadores que hicieron suyo el quehacer y la preservación de la memoria cinematográfica cubana!

De acuerdo con declaraciones de su director Luciano Catillo, son muchos los resultados que exhibe y muchos los planes para continuar avanzando, en diferentes fases de ejecución y perspectivos, como “la atención primordial a la restauración del patrimonio fílmico con que se cuenta y un viraje radical en la dirección de comunicación, con especial énfasis en el rediseño de su sitio web y su presencia en las redes sociales”.

Su nueva sede, situada hace cuatro años en la calle 11 no. 806, entre 2 y 4, en el Vedado, al decir de su director, “deviene espacio idóneo para reunir sus fondos bibliográficos, hemerográficos y su creciente colección de copias en formato DVD y Blu-ray, dispersos hasta ahora en distintas áreas del edificio del ICAIC. Su remodelación permitirá, además, disponer de la pequeña sala El Mégano, destinada a proyecciones y conferencias, y un vasto patio para la realización de actividades multidisciplinarias, con el protagonismo del séptimo arte y sus creadores”.

Entre los más significativos logros de la institución se pudieran citar su contribución decisiva a la restauración de otra obra mayor en la historia de nuestro cine en el archivo de la Academia de Hollywood: La última cena (1976), de Tomás Gutiérrez Alea, seleccionado para la sección de clásicos por el Festival de Venecia. “Ese honor correspondió en 2019 a La muerte de un burócrata, dirigido también por Titón, y exhibido en agosto junto a su documental El arte del tabaco en el Festival Il Cinema Ritrovato, de Bologna”.

Asimismo, dijo que coincide con François Truffaut cuando afirmó en 1968: “Todo lo que sé lo aprendí del cine, a través de sus películas. Del cine se aprende su historia, su pasado y presente en la Cinemateca. Solo en ella se aprende. Es una enseñanza perpetua. Yo formo parte de la gente que necesita volver a ver siempre viejos filmes, los del cine mudo y el sonoro. Por lo tanto, me paso la vida en la Cinemateca”.

Es la Cinemateca de Cuba una de las más prestigiosas instituciones que enaltece los valores de la Cultura Nacional y trabaja incansablemente por su preservación y difusión.

Ojeada al cine cubano.

Fotos: Tomadas de la Red


Por Redacción Web

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