La Cultura es la Patria.

“… la patria os contempla orgullosa.”

Pedro Figueredo

En pleno apogeo de la capitulación victoriosa sobre las fuerzas españolas, el 20 de Octubre de 1868,  la Bayamesa de Perucho tomó cuerpo en versos encima de la montura de su corcel, corrió de mano en mano y se multiplicó en boca de los pobladores que defendieron la ciudad ante el influjo colonizador español, prefirieron hacerla suya entonando lo que es hoy Himno de la Patria, un llamado al combate, cual Marsellesa en tiempos parisinos, convocaba  a hacer la historia que hermanó el patriotismo y la cultura en medio de la contingencia.

Fue, es y será  ese himno sagrado, una permanente convocatoria con extraordinario poder aglutinador. Por vez primera, en plaza abierta, el sentimiento de Patria tomaba forma no solo en el espacio físico del país, sino en el concepto, el pensamiento y el ideal de los cubanos que comenzaron a pensar y sentir como nación. Se fundía a través de todas las fibras vibrantes el amor y sentido de pertenencia, penetró en el conocimiento; estimuló la inteligencia y los sueños en el ámbito de la emoción y de la sensibilidad con una firmeza esencial, arropada con lo más entrañable de la evocación, que conmueve y  enaltece en días de llamado raigal, de triunfo y de Patria.

Perucho Figueredo tiene el primer mérito al escribir sobre la montura los enaltecedores versos con la fuerza redentora de los leales, que a decir de Martí, son los que aman y fundan; sus corazones latían cada vez más enérgicos, un amasijo de emoción rebosaba las gargantas, y el canto, limpio, alto y libre, cubría la noche citadina otorgándole el exacto significado a la contienda: Nación y emancipación, libertad o muerte, que es como defender el sentido más amplio y enaltecedor de la Cultura.

Así, la historia de la cultura cubana creció estrechamente vinculada al fomento de la nacionalidad. Las inquietudes se manifestarían en el entorno de las ideas; los conflictos de intereses se expresaron entonces en el debate abierto entre los defensores del reformismo, el anexionismo o el independentismo, con la exacta prominencia en el sentido de la libertad y la soberanía sin importar los obstáculos que embrollaron a algunos, mientras los muchos pensaron y actuaron bien, enfrentaron intentos de quebrar, y siempre hubo hombres luz trazando el camino en medio de la urgencia de un llamado a la salvaguarda de la nación, sus ancestrales costumbres, tradiciones, pensamientos, ideales y realizaciones, como materia natural de la Cultura.

Sin dejar de abrir los ojos al mundo, la cultura cubana ha demostrado siempre la capacidad de apropiarse de las diferentes tendencias y modificarlas en beneficio propio contribuyendo a ofrecer una visión objetiva de la realidad para poblar el ideal de la nación. De este modo la cultura se convierte en un camino para el auto reconocimiento,  aglutinadora de nuestras esencias, presentes en cada cubano, familia, barrio, territorio y país. Somos cubanos, con nuestra manera de mostrar el idioma, el vestir, sentir y mirar el mar, el sol, los amigos, enfrentar el presente y transitar hacia el futuro, el modo de concebir y disfrutar la vida, aún en tiempos de resistencia creativa.

Con el paso del tiempo, cultura y nación se han abrazado como hermanas gemelas nacidas en la contienda. No por azar se celebra cada año la Jornada de la Cultura Cubana desde el 10 de octubre, coincidiendo en fecha con el aniversario del inicio de nuestras luchas por la independencia, hasta el día 20, ocasión en que el Himno Nacional se alzó en el sentimiento de los cubanos marcando el momento de pensar y actuar como país, declarándolo con toda justicia como Día de la Cultura Nacional.

Seguimos en la contienda, en una circunstancia que como en 1868, el sentimiento de unidad entre los que aman y fundan hacen posible la celebración, con una convocatoria altruista, renovada, enaltecedora de las virtudes patrióticas y tradiciones, en ejercicio del pensamiento emancipador y del estímulo oportuno ante los intentos globalizadores y neoliberales capitalistas.

Nos mantenemos convocados a seguir construyendo la nueva Cuba en medio de las más crudas adversidades, a pensar y actuar como país, a continuar fortaleciendo esta hermosa Isla con su pueblo unido y entrenado en las grandes contiendas de la resistencia creativa que también involucran a la cultura como elemento dinamizador de la identidad, la idiosincrasia y el ideal de soberanía nacional, porque la Cultura es la Patria es al decir de Fidel, “escudo y espada de la nación”; la Cultura es la Patria.

Spot Día de la Cultura Cubana 2022.


Autor: Sergio I. Rivero Carrasco

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *