La Victoria de la GRAN VICTORIA
“Pienso, sinceramente, que lo de Girón
fue una gran proeza de nuestro pueblo,
y no solo por lo que hizo, sino por lo
que estuvo dispuesto a hacer…”
Fidel
Alrededor de las 5:30 de la tarde del 19 de abril de 1961, los cubanos que decidieron entregarse a conquistar la soberanía de este terruño en las arenas de Playa Girón, realizaron la ofensiva final que conllevó a la Victoria de la GRAN VICTORIA en menos de 72 horas tras detener y neutralizar las acciones armadas emprendidas por la Brigada invasora 2506, entrenada y sufragada por el gobierno de Estados Unidos para destruir la naciente Revolución cubana.
La integraban mercenarios asalariados y preparados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) yanqui en bases militares emplazadas en Centroamérica, cuyo propósito era derrocar a la Revolución cubana, seguros de que llegarían a La Habana como libertadores asociados a los batallones de milicianos que se supuestamente se les unirían, tal como les había asegurado la CIA.
Pero la realidad fue otra y dos días después, los mercenarios que sobrevivieron, con los brazos en alto se rindieron ante las tropas cubanas, ya con la esperanza quebrada al no poder acceder a un reembarque que los salvara o la milagrosa aparición de los marines y la aviación estadounidense que los apoyara para alcanzar la victoria a última hora como sucede en las películas.
Durante esos días, los combates que tuvieron como escenario la zona de Playa Larga y Playa Girón, franja costera escogida para el desembarco y la invasión, fueron protagonistas de verdaderos episodios con un ilimitado derroche de coraje que matizó la epopeya de la joven Revolución en el poder, encarnando en sus muy jóvenes combatientes en su mayoría, el arrojo y valor por preservarla y defenderla hasta las últimas consecuencias.
La invasión, tras casi dos años de preparación, estuvo entre en los planes agresivos que se pusieron en práctica a partir de 1959 por orden de la Casa Blanca a la CIA para de una vez y por todas resolver “el problema cubano”, bajo la dirección de Allan Dulles, primer civil al frente de la Agencia Central de Inteligencia y el Director-CIA que más tiempo se mantuvo en el cargo (1953-1961) y se muestra con el mérito de haber derrotado en tiempo récord al gobierno nacionalista del presidente guatemalteco Jacobo Arbenz, en 1954, entre otras acciones.
Como hemos expresado, lo que sería, según pensaban ellos, una invasión segura y exitosa para los objetivos contrarrevolucionarios de establecer en el área un enclave que justificara la intervención directa de los Estados Unidos y facilitara el derrocamiento del Gobierno Revolucionario, resultó convertirse en el gran fiasco de la política norteamericana.
El fracaso que significó no poder apoderarse de un pedazo Cuba, convertido desde entonces en el primer descalabro del Imperialismo en América Latína, es la primera Victoria de la GRAN VICTORIA alcanzada aquel 19 de abril hace 62 años. Era la victoria que demostraba la práctica revolucionaria de Fidel y trazaba el camino de los acontecimientos, demostrando que la irreverencia imperialista no soportaba “la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba”.
La GRAN VICTORIA para todos los tiempos se alcanzó cuando los combatientes fueron a defender el socialismo en Girón, declarado el 16 de abril de 1961 por el Comandante en Jefe Fidel Castro frente a un mar de obreros y campesinos congregados en la céntrica esquina de 23 y 12 en la capitalina barriada del Vedado durante las honras fúnebres a las víctimas del cruel bombardeo perpetrado por aviones norteamericanos contra las bases aéreas de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba.
Podemos afirmar que también parte esencial de esa GRAN VICTORIA lo fue el nacimiento del Partido ese mismo día 16 de abril cuando se unieron las principales fuerzas de la victoria de Enero de 1959: El Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de marzo y el Partido Socialista Popular. Sobre ese importante proceso, Fidel, en el Informe Central al Primer Congreso, en 1975, afirma:
“Las condiciones estaban dadas para vertebrar en un solo Partido a todos los revolucionarios. Ya desde antes se había iniciado un proceso de integración en las bases y en la dirección, pero después de las definiciones del 16 de abril y de la gloriosa victoria de Girón, nació de hecho nuestro Partido en la unidad estrecha de todos los revolucionarios y del pueblo trabajador, cimentado por el heroísmo de nuestra clase obrera, que combatió y derramó su sangre generosa en defensa de la Patria y el socialismo. En lo adelante actuamos como una sola organización y bajo una dirección cohesionada”.
Ese es nuestro Partido, el mismo y único que en 1965 abrazó por decisión colectiva el honroso nombre de Partido Comunista de Cuba (PCC), surgido en el fragor de los combates en defensa de la Revolución. Así lo destacó Fidel cuando expresa: “En Girón se proclamó el carácter socialista de nuestra Revolución, en Girón prácticamente se forjó nuestro Partido”.
A partir de ese momento en Cuba, con el Partido en la vanguardia de la sociedad, se ha defendido el socialismo con sus esencias y como teoría científica flexible, de amplio espectro, se ha adecuado a las condiciones de la nación en cada momento ante las circunstancias que tiene que vencer el país, siempre compartiendo una ética solidaria, antiimperialista y profundamente humana, tanto a lo interno como a la proyección internacional de la Revolución.
Es por eso que a la distancia de 62 años de esta legendaria gesta emancipadora del pueblo cubano, sentimos el orgullo de repetir con Fidel que: “Nosotros escogimos el socialismo porque es un sistema justo, un sistema mucho más humano…”, y que esas palabras pronunciadas por él en 1991, continúen como paradigma de lucha de nuestro pueblo para enfrentar los desafíos de los tiempos actuales, acentuados por el recrudecimiento máximo del sexagenario bloqueo, pero que a la vez se enaltezca la dignidad de enfrentar con resistencia creativa esa política para continuar el desarrollo de la Patria.
Por: Sergio I. Rivero Carrasco